Este fin de semana pude disfrutar del largometraje de anime del 2010 producido por el estudio Madhouse sobre la carrera de coches más peligrosa y frenética del universo: REDLINE. Gracias a @kyazar por tal recomendación en su blog.
Contando con la dirección de Takeshi Koike (小池健), que ya nos trajo Animatrix, y guionizada por Katsuhito Ishii (石井 克人) este film pasado de vueltas cuenta con una animación que nos deja boquiabiertos y una historia llena de detalles tan "japoneses" que nuestras pupilas quedarán dilatadas como si fumásemos helechos con colacao. Pura adrenalina gestada durante 7 años de producción.
La historia nos traslada a un lejano futuro donde JP, nuestro protagonista, es un imprudente conductor de carreras secretamente enamorado de Sonoshee, una atractiva chica con la que compite y que está dispuesta a todo por llegar a lo más alto del podio de ganadores. Su historia los traslada a la extrema carrera intergaláctica REDLINE, con los conductores más locos y temibles en el lejano planeta de Roboworld, que cuenta con un ejercito de villanos aun más bizarros que pretenden impedir que se celebre dicha carrera.
Como citaba, la historia está llena de personajes bizarros a los que les cogemos cariño rápidamente (personalmente amo a Sonoshee) y aunque la historia no es nada del otro mundo la película no aburre en ninguno de sus segundos.
Sin duda nos hallamos frente a un Speed Racer renovado, actualizado, mejorado y absolutamente LOCO que solo las mentes más abiertas podrán soportar sin un derrame cerebral.
A mi personalmente, ¡me ha encantado!
Sin duda uno de esos animes que se convertirán en un clásico a recordar.