El pasado Salón del Manga de Barcelona, Norma Editorial estrenaba shojo en su catálogo con el lanzamiento de El Monstruo de al Lado, o como ya lo conocía todo el fandom y bien es destacado en pequeño en portada, Tonari no Kaibutsu-kun (となりの怪物くん,) - literalmente El monstruo que se sienta a mi lado, obra de la aclamada Robico que hasta al fecha ya computa tres tomos en nuestro país de los 12 (y uno especial que ya veremos si vemos por estos lares) de los que consta la obra, la cual terminó en tierras niponas en 2013.
Muchos fans se quejaban y con razón del poco volumen de shojo que nos ofrecen las editoriales españolas, y parece que los ruegos comienzan a verse respondidos con lanzamientos como este, que si bien tarde, llegan por fin para alegría de nuestros románticos corazones.
Como bien sabéis, este manga fue adaptado a una serie de televisión de 13 episodios realizada por el estudio Brains Base en el 2013, serie que se quedaba a medias y que de todas maneras nunca llegó a nuestras tierras de manera legal.
Ahora por fin se ha solucionado esto, y Tonari no Kaibutsu-kun llega con una gloriosa edición totalmente idéntica a los tomos japoneses tanto en formato - tomos en rústica con sobrecubierta - como en tamaño (11,5 x 17,5 centímetros), con una traducción respetuosa repleta de pequeñas anotaciones a pie de página e incluyendo absolutamente todo el material de los tankoubons, manteniendo hasta las pequeñas historias que se encuentran bajo la sobrecubierta.
Sin duda una edición de las que arrancan las lágrimas de cualquier otaku. ¡Bravo!
Con esto dicho, vamos a dar un pequeño repaso a lo que la grande de Robico tiene que ofrecernos con estos tres primeros tomos que ya son en toda regla, una buena introducción al universo de Tonari no Kaibutsu-kun.
Muchos fans se quejaban y con razón del poco volumen de shojo que nos ofrecen las editoriales españolas, y parece que los ruegos comienzan a verse respondidos con lanzamientos como este, que si bien tarde, llegan por fin para alegría de nuestros románticos corazones.
Como bien sabéis, este manga fue adaptado a una serie de televisión de 13 episodios realizada por el estudio Brains Base en el 2013, serie que se quedaba a medias y que de todas maneras nunca llegó a nuestras tierras de manera legal.
Ahora por fin se ha solucionado esto, y Tonari no Kaibutsu-kun llega con una gloriosa edición totalmente idéntica a los tomos japoneses tanto en formato - tomos en rústica con sobrecubierta - como en tamaño (11,5 x 17,5 centímetros), con una traducción respetuosa repleta de pequeñas anotaciones a pie de página e incluyendo absolutamente todo el material de los tankoubons, manteniendo hasta las pequeñas historias que se encuentran bajo la sobrecubierta.
Sin duda una edición de las que arrancan las lágrimas de cualquier otaku. ¡Bravo!
Con esto dicho, vamos a dar un pequeño repaso a lo que la grande de Robico tiene que ofrecernos con estos tres primeros tomos que ya son en toda regla, una buena introducción al universo de Tonari no Kaibutsu-kun.
Me siento al lado de un tío raro.
Nuestra historia toma como protagonista a Shizuku Mizutani, una muchacha que ha enfocado toda su vida en avanzar en los estudios en un plan a muy largo plazo, convirtiéndose en una chica apática y fría que valora más bien poco las relaciones sociales, considerándolas más un estorbo que otra cosa.
Por desgracia para ella, un mal día es designada por su profesora para ser la encargada de llevarle los apuntes al que teóricamente es su compañero de pupitre pero que jamás se ha personificado desde que comenzó el curso a causa de la pelea que ocasionó el primer día.
Así es como conoce a Haru Yoshida, el chico más raro con el que se ha topado jamás y que, a causa de que Shizuku le ha llevado los apuntes, de repente la considera su amiga. La particular gracia de todo esto es que Haru Yoshida tiene graves problemas en todo lo que a relaciones y convenciones sociales se refiere, en parte a causa de una arrolladora inocencia y sinceridad que termina empujándole a los enfrentamientos. Temeroso de que siempre termina todo de esta manera para él, Yoshida decide no volver a las clases.
Algo que cambia por completo cuando conoce a Mizutani.
Tras un previo enfrentamiento entre ellos, finalmente Yoshida decide regresar a clases y dejar claras sus intenciones cuando ni corto ni perezoso declara en la cara de la muchacha que le gusta, dando pie a una relación en la que el raciocinio helado de Shizuku se encuentra de bruces con la irracionalidad salvaje del problemático Haru, creando una constante química que los atrae entre ellos de manera inevitable.
Por supuesto, con una confesión tan rápida como la de Haru (en el tomo uno, eso si que es un muchacho espabilado) no se soluciona el tema, ya que no solo él es un paralítico en lo que a relaciones sentimentales se refiere. Tras esto comenzará un tira y afloja entre ambos conforme sus sentimientos comiencen a madurar hacia algo más parecido al amor, desatando la tormenta.
Y es que lo que siente por Haru provoca una inestabilidad emocional en Shizuku a la que la pobre chica no está acostumbrada, y que comienza a convertirse poco a poco en una antítesis de sus planes de estudiante perfecta... algo que aun se agrava más cuando descubre que el bueno de Haru resulta ser un maldito genio capaz de sacar las mejores notas sin tocar un libro de texto.
Con esta situación como pilar central para comenzar a desarrollarse la historia, pronto comienzan a añadirse otros personajes que le dan otra nota de color a la trama. Por un lado encontramos a Tonari no Kaibutsu-kun, una muchacha más bien poco espabilada sin ningún amigo que se la pasa metida en internet creándose una identidad ajena a la suya, y que pronto encontrará en Shizuku a la miga que ella buscaba (contra la voluntad de nuestra empollona), dedicándose en cuerpo y alma a que la relación entre nuestros protagonistas prospere.
Por otro tenemos a Sasayan, un muchacho que conoce de antes a Haru y que también se suma a su pequeño grupo, haciendo buenas migas con ellos e intentando que la gente entienda lo buena persona que es realmente Haru.
A estos personajes tenemos que sumar dos más para completar el equipo: Mitsu, el primo de Haru y quién se hace cargo de él actualmente debido su peculiar y misteriosa situación familiar, y Nagoya, el pollo de Haru (sí, tiene un pollo como mascota), una muestra de todo lo que tiene para ofrecer esta serie en cuanto a buen humor.
Pero no todo el monte es orégano, y no todos los personajes de esta historia se encuentran aquí para ser amistosos. Así llegamos al personaje que despierta todo el interés del lector desde su primera aparición: Yoshida Yuzan, el hermano de Haru.
Con su llegada, comienza a plantearse el origen de todo el peculiar carácter y rango de comportamiento de Haru, en base a lo que parece una situación familiar en la que la palabra complicada parece un chiste.
Dejando de lado al que parece ser el antagonista de toda la serie, no tardamos también en encontrar gente cuya mera presencia comienza a arrojar borrascas entre la ya de por si turbulenta relación de Haru y Shizuku, como son Oshima o Yamaken, dos personajes que terminarán dando mucho que hablar...
Con todas estas cartas sobre la mesa, podemos decir que nos encontramos ante una historia de corte shojo que, si bien al principio parece no ofrecer nada realmente especial, pronto nos seducirá con una inesperada profundidad de sus personajes y la inmensa capacidad de Robico de poder intercalar el amor más inocente y el humor más absurdo, aderezarlo con un poco de trauma y finalmente verterlo sobre unas viñetas repletas de expresividad.
Con esto, solo me resta decir una cosa:
Viva el pollo Nagoya.
