Reseña de Hanako-kun, el Fantasma del Lavabo #24, el nuevo presente de la casa roja está lleno de maldad

En su tomo 24, Hanako-kun, el Fantasma del Lavabo confirma algo que los lectores ya intuían: la saga ha entrado en una fase oscura, emocionalmente intensa y narrativamente decisiva. La edición de Ivrea —rústica, 200 páginas, con el arte pulido y expresivo del dúo AidaIro— nos trae uno de los volúmenes más turbios, densos y emocionalmente elaborados hasta la fecha. Lo que comenzó como un manga escolar sobrenatural, cargado de humor y misterio, alcanza aquí un nuevo punto de madurez, donde la tensión psicológica se mezcla con la tragedia, la memoria rota y el cuestionamiento del destino.

Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.

Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.
El eje narrativo se desplaza hacia la Casa Roja, un símbolo recurrente que, en este tomo, adopta un nuevo significado: ya no es solo un escenario de terror, sino también un espejo distorsionado del pasado de los gemelos Yugi. La sinopsis ya advierte sobre el peso de Tsukasa en esta entrega, pero lo que sorprende es cómo la autora utiliza este espíritu para ahondar en la fragilidad emocional de Kou, Nene y Mitsuba, atrapándolos en un presente alterado que amenaza con devorarlos literalmente. La maldición que sufre Kou marca el inicio de una cadena de sucesos inquietantes: sombras que gritan, sobres vacíos, recuerdos que no deberían existir, voces que insisten en que “salgan”… El resultado es una atmósfera que oscila entre el horror doméstico y el drama psicológico.

AidaIro aprovecha este arco para profundizar en la dualidad entre memoria y destino, y en la forma en que los personajes luchan contra versiones alternas de sí mismos. En especial, Kou y Mitsuba encarnan una tensión conmovedora entre sus identidades del “mundo original” y sus vidas en el “nuevo presente”. Sus interacciones, cargadas de miedo, lealtad y vulnerabilidad, dotan al tomo de una fuerza emocional poco habitual incluso dentro de la serie. La sensación de que ambos se aferran a un hilo que puede romperse en cualquier momento convierte cada escena en un recordatorio de lo mucho que han perdido… y de lo que aún podrían perder.

La aparición de un Yugi Amane completamente distorsionado, entre lo humano y lo monstruoso, marca el punto más alto de horror del volumen. Lo que ocurre cuando se cruza con Nene no solo desestabiliza la lectura: redefine por completo la percepción que teníamos de su personaje. Es un Amane lleno de culpa, fragmentado, incapaz de salvarse a sí mismo, y cuya relación con Nene alcanza un nivel de vulnerabilidad desgarrador. La clásica dinámica entre “fantasma y chica humana” se transforma aquí en un grito desesperado de ayuda mutua.

Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.

A la par, Teru, Aoi y Akane intentan descifrar los enigmas de la Casa Roja desde su propio frente, enfrentándose al deterioro físico del lugar y a las implicaciones sobrenaturales del “nuevo presente”. Teru, en particular, brilla como uno de los personajes más complejos del tomo: su aparente frialdad encubre una culpa insoportable, y su enfrentamiento con Amane —brutal y simbólicamente devastador— deja una marca emocional que atraviesa todo el volumen. El manga no teme mostrar que incluso los personajes más fuertes cargan con heridas invisibles.

La narrativa visual de AidaIro alcanza un equilibrio notable entre belleza y horror. Las composiciones claustrofóbicas de la Casa Roja, los close-ups al borde del llanto, los gestos mínimos de afecto y vulnerabilidad, y las transformaciones grotescas se integran con fluidez. El tomo logra mantener la estética luminosa y “adorable” de la serie, incluso mientras narra algunos de los momentos más retorcidos y desesperados de toda la historia.

Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.Hanako-kun 24 reseña y análisis del arco de la Casa Roja.

Hacia el final, Nene se convierte en el corazón emocional del volumen. Su desorientación, su duelo anticipado y su determinación por salvar a los suyos funcionan como un contrapunto luminoso frente al caos del resto de personajes. Su interacción con Tsuchigomori —cálida, íntima y profundamente triste— prepara el terreno para lo que promete ser uno de los arcos más dramáticos del manga.

Hanako-kun, el Fantasma del Lavabo #24 es un punto de inflexión: un volumen que oscila entre la tragedia, el terror y la ternura, y que demuestra que la serie está dispuesta a arriesgarse para llegar más lejos. La exploración del destino, el sacrificio y la memoria convierte este tomo en una lectura imprescindible, tanto para quienes siguen de cerca la obra como para los lectores que buscan historias sobrenaturales que no temen adentrarse en la oscuridad emocional de sus protagonistas.