El séptimo volumen de Persona 5, publicado recientemente por Ediciones Babylon, marca un nuevo punto de inflexión dentro de esta adaptación del aclamado videojuego de ATLUS. Con guion e ilustraciones de Hisato Murasaki, el manga continúa trasladando con precisión y estilo el universo visual, temático y emocional de la saga, al tiempo que ofrece matices propios que enriquecen su narrativa.
Este volumen profundiza en el enfrentamiento de los Ladrones Fantasma de Corazones contra un enemigo tan invisible como poderoso: la colectividad de hackers conocida como Medjed, cuya aparición plantea el dilema de cómo combatir la corrupción en una sociedad cada vez más gobernada por la información.
Después de la caída del mafioso Junya Kaneshiro, los Ladrones Fantasma comienzan a saborear la victoria. Sus acciones han tenido un impacto real: los corazones de los corruptos cambian, la gente vuelve a creer en la justicia, y el grupo gana fama en redes y foros. Sin embargo, esa notoriedad pública se convierte en un arma de doble filo.
Lo que empieza como un reconocimiento termina atrayendo la atención de una nueva amenaza global. De repente, el grupo recibe un mensaje inquietante: Medjed, un colectivo de hackers que se autoproclama defensor de la justicia digital, los desafía públicamente, acusándolos de impostores y amenazando con desenmascararlos.
A partir de ese momento, la tensión narrativa se multiplica. Lo que hasta ahora había sido un conflicto entre jóvenes rebeldes y figuras de autoridad corruptas se transforma en una guerra mediática, ideológica y tecnológica. Murasaki explora con inteligencia cómo el poder del anonimato en la red puede convertirse en un arma tan peligrosa como cualquier Palacio de la cognición.
La irrupción de Medjed sirve para poner a prueba la cohesión interna del grupo y, sobre todo, el liderazgo de Ren Amamiya (Joker). La narrativa juega con la desconfianza, el miedo a ser expuestos y la sensación de estar siempre observados. En un entorno donde la línea entre justicia y manipulación se desdibuja, los Ladrones Fantasma deben decidir si su lucha puede sobrevivir cuando el enemigo deja de tener rostro.
Uno de los aspectos más destacables del manga es la habilidad de Murasaki para condensar la complejidad del juego original sin sacrificar ritmo ni profundidad emocional. En este tomo, las secuencias de acción se combinan con momentos de introspección que revelan la evolución interna de los personajes. La adaptación no se limita a reproducir los acontecimientos del videojuego, sino que ofrece una mirada más íntima, especialmente en lo referente a la carga psicológica que implica ser un “ladrón de corazones”. El autor consigue transmitir esa dualidad entre el heroísmo juvenil y la vulnerabilidad emocional que define a los protagonistas, haciendo que el lector empatice con sus dudas y contradicciones.
En términos temáticos, este séptimo volumen representa una reflexión sobre la identidad en la era digital. Los Ladrones Fantasma nacieron para corregir las injusticias del mundo, pero ahora se enfrentan a una pregunta más compleja: ¿qué ocurre cuando la justicia se convierte en espectáculo? Murasaki utiliza el conflicto con Medjed para explorar la fragilidad de la verdad en tiempos de información masiva y manipulación mediática. La amenaza de los hackers no solo pone en peligro la misión de los protagonistas, sino también su propio sentido de propósito.
En el plano visual, el arte de Murasaki mantiene la fuerza estilística característica de la saga: composiciones dinámicas, contrastes marcados entre luces y sombras y un uso expresivo de las líneas que refuerza la tensión narrativa. Los diseños de los Palacios y las transiciones entre el mundo real y el cognitivo son especialmente logrados, capturando esa estética entre lo urbano y lo onírico que ha hecho de Persona 5 una obra icónica. Cada página respira energía, movimiento y una atmósfera de peligro constante.
En definitiva, Persona 5 Vol. 7 es una entrega sólida, intensa y visualmente potente, que combina acción, filosofía y crítica social bajo el inconfundible sello de ATLUS. Con su mezcla de misterio tecnológico, dilemas morales y estética rebelde, este volumen consolida al manga como una de las adaptaciones más coherentes y estimulantes de los últimos años. Una lectura imprescindible para los seguidores de la saga y para cualquiera que disfrute de las historias donde el alma humana y la tecnología se enfrentan en un mismo escenario.


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