Reseña Dan Da Dan vols. 16 y 17 – Momo, Okarun y Zuma atrapados en el diorama

¡MOMO Y OKARUN LOCALIZAN LA ÚLTIMA BOLA DORADA!

Llega a librerías un nuevo volumen de este superventas de Yukinobu Tatsu que aglutina más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo. ¡No te pierdas el anime que ha batido récords de audiencia tanto en Netflix como en Crunchyroll!

Momo y Okarun piden ayuda a la Turbovieja para averiguar quién se ha llevado la bola dorada de la comisaría, pero su estrategia fracasa al no saber cómo usar el ordenador. Es entonces cuando se topan con Serpo 6, que les echa una mano e identifica quién se ha llevado la bola.
    Reseña de DAN DA DAN de Yukinobu Tatsu, Norma Editorial

Recientemente de la mano de Norma Editorial llegaban a tiendas los tomos 16 y 17 de DAN DA DAN, uno de los shonen más espectaculares y divertidos que hemos leído últimamente y obra de Yukinobu Tatsu, ayudante de los autores de Chainsaw Man y Jigokuraku y uno de los nuevos éxitos de la revista Shonen Jump.

Reseña Dan Da Dan vol. 16 – Norma EditorialDan Da Dan volúmenes 16 y 17 Norma Editorial con Momo, Okarun y Zuma atrapados en el diorama

DAN DA DAN (ダンダダン) inició su publicación en la aplicación y sitio web Shōnen Jump+ de Shūeisha el 6 de abril de 2021, y hasta el momento ha sido compilada en diecisiete volúmenes tankōbon.  En octubre de 2024 se estrenó una adaptación de una serie de televisión de anime producida por Science Saru.

Norma Editorial
 nos ofrece la serie en un formato idéntico al japonés, un tankoubon rústica de tapa blanda con sobrecubierta de 11,5 x 17,5 cm en cuyo interior encontramos unas 200 páginas en blanco y negro, algunas de ellas a color.

Reseña de DAN DA DAN de Yukinobu Tatsu, Norma Editorial
DAN DA DAN

Los protagonistas de nuestra historia son Momo Ayase, una atractiva y popular estudiante de secundaria metida en la moda gal (gyaru) descendiente de sacerdotisas y Okarun, un tapón gafotas adicto al ocultismo y los extraterrestres que, tras conocerse y tener un primer encuentro sobrenatural, terminan respectivamente despertando ella sus poderes al enfrentarse a unos alienígenas y el muchacho quedando poseído por los poderes del espíritu maldito de la turbovieja.

Dotados de nuevas habilidades, los dos comienzan ha hacer frente a toda una serie de casos sobrenaturales que implican tanto a espíritus como a aliens, con el fin de recuperar  el pito y las bolas del pobre Okarun, que se han perdido debido a la maldición del espíritu que le ha poseído. Una extraña colaboración en al que, poco a poco, van despertando sentimientos el uno por el otro.

Páginas interiores del manga Dan Da Dan vol. 15 publicado por Norma EditorialA esta pareja ahora tenemos que sumabamos a Aira, una muchacha convencida de que Momo es el mal definitivo y que se ha enamorado de Okarun durante todo un caso que la ha dejado en posesión de los poderes de Acroseda, otro espíritu maldito, y a Jin Enjôji, apodado Jiji, un chaval de lo más risueño y bastante mal de la cabeza amigo de la infancia de Momo quién ahora ha poseído el peligroso espíritu Ojeador.

En los tomos más recientes veíamos los últimos miembros que se unían al grupo, con el compañero de clase pervertido y bueno para nada en especial Kinta Sakata y la peculiar muchacha alienigena salida del traje de kaiju llamada Bamora, quién a duras penas puedes comunicarse que que claramente siente algo por Okarun.

Dan Da Dan vol. 16 – Entre dioramas, secretos y una nueva amenaza

Con cada entrega, Dan Da Dan reafirma su lugar como uno de los mangas más explosivos, surrealistas y entrañables de los últimos años. Publicado en España por Norma Editorial, el volumen 16 retoma la búsqueda de la última bola dorada, pieza central de esta etapa de la serie, y lo hace con una mezcla perfecta de humor, tensión sobrenatural y acción desbordante. Yukinobu Tatsu no solo sigue sorprendiendo con giros imposibles, sino que también continúa ampliando su universo con personajes que, pese a lo disparatado de la trama, destilan humanidad y contradicciones reconocibles.

Este tomo arranca justo tras los planes fallidos de Momo y Okarun para usar a la Turbovieja en la comisaría y conseguir información. El intento de camuflarla como un objeto perdido desemboca en una serie de enredos tan hilarantes como frustrantes. La anciana espectral, incapaz de manejar un ordenador, se convierte en un obstáculo más que en una aliada, empujando a los protagonistas a buscar una alternativa. La solución aparece en forma de Rokuro, el exaliado Serpo ahora convertido en empleado de supermercado, cuya tecnología de nanoskin ofrece una vía de infiltración. Este regreso, cargado de desconfianza por parte de Momo y Okarun, da pie a una dinámica deliciosa: Rokuro exige que se hagan responsables si pierde su trabajo, un recordatorio de que incluso en medio de conspiraciones alienígenas y poderes sobrenaturales, lo mundano sigue pesando.

Reseña Dan Da Dan vol. 16 – Norma EditorialReseña Dan Da Dan vol. 16 – Norma Editorial

La secuencia en la comisaría ejemplifica a la perfección el estilo de Yukinobu Tatsu: comedia física, diálogos llenos de malentendidos y acción resuelta con un ritmo frenético. Rokuro disfrazado como agente policial logra extraer la información, no sin antes protagonizar un enfrentamiento absurdo con el oficial Bega. Todo esto, mientras Momo y Okarun improvisan una pelea falsa para distraerlo, culmina en un momento de comedia romántica involuntaria cuando ambos terminan cayendo uno sobre el otro, con sonrojos incluidos.

Gracias a esta rocambolesca operación, la pareja descubre que el ladrón de la bola dorada es Unji Zuma, estudiante de Renjaku High. La investigación los lleva a una escuela envuelta en una especie de guerra entre clases, un terreno donde los códigos de honor estudiantiles y la violencia juvenil se mezclan con el aura sobrenatural que rodea a Unji. Aquí, Okarun muestra su faceta más protectora cuando un estudiante se atreve a tocar el cabello de Momo, un gesto aparentemente trivial que desata una secuencia de tensión, celos y orgullo herido.

La construcción del personaje de Unji resulta uno de los grandes aciertos de este tomo. Se nos presenta primero a través de rumores: un chico peligroso, ausente, casi poseído, que porta el kintama de Okarun con la firme intención de “destrozar el mundo”. Sin embargo, cuando por fin aparece, lo hace dentro de un contexto inesperado: el diorama conocido como Danmara. Este objeto maldito, que funciona como un juego de mesa viviente, introduce un nuevo concepto en la serie: la fusión de fantasía lúdica con el terror sobrenatural.

Reseña Dan Da Dan vol. 16 – Norma EditorialReseña Dan Da Dan vol. 16 – Norma Editorial

Momo, arrastrada accidentalmente al interior del diorama, se enfrenta a un mundo absurdo y peligroso hecho de postres gigantes, caballeros colosales y reglas de juego que ponen en riesgo su vida. La idea de un tablero que absorbe a los jugadores y los convierte en piezas añade un matiz inquietante que recuerda al folclore japonés, pero pasado por el filtro pop y caótico de Tatsu. La llegada de Unji, disfrazado con una apariencia similar a la Turbo Granny, confirma la magnitud del problema: el joven no solo ha aceptado la misión de superar el juego, sino que necesita el kintama para mantener sus poderes, lo que lo convierte en un enemigo y un aliado al mismo tiempo.

La interacción entre Momo y Unji en este entorno es brillante. Ella se niega a revelar su nombre hasta que devuelva el objeto, pero termina dependiendo de él para avanzar en las pruebas. La secuencia en la que él le presta sus pantalones para que no se preocupe por su falda mientras cruzan un obstáculo es tan absurda como tierna, y al mismo tiempo decisiva: el kintama cae al suelo, desatando una persecución caótica contra ranas cocineras y un gigantesco chef demoníaco que juega al “pilla-pilla” mortal con dulces. Este contraste entre lo infantil y lo letal es uno de los sellos más potentes de Dan Da Dan, capaz de transformar un escenario cómico en un momento de auténtica tensión.

Dan Da Dan volúmenes 16 y 17 Norma Editorial con Momo, Okarun y Zuma atrapados en el dioramaDan Da Dan volúmenes 16 y 17 Norma Editorial con Momo, Okarun y Zuma atrapados en el diorama

El salto al volumen 17: caos en el diorama

El tomo 17 retoma la acción exactamente en este punto, con Momo y Zuma atrapados en el Danmara y obligados a enfrentarse a pruebas cada vez más extravagantes. Tras perder la bola dorada en un campo de obstáculos plagado de caramelos y galletas, la tensión aumenta: las reglas del juego imponen que deben recuperarla si quieren salir vivos. La situación se complica cuando una horda de ranas guerreras aparece en escena, cada una armada con utensilios de cocina convertidos en armas letales.

La secuencia del enfrentamiento contra el cocinero gigante es uno de los momentos más espectaculares del volumen. Este antagonista, mitad ogro, mitad chef, encarna a la perfección el humor macabro de la serie: lanza cucharones hirvientes y cazuelas como proyectiles, mientras canta una parodia de canciones infantiles sobre comida. Yukinobu Tatsu aprovecha aquí para desplegar todo su ingenio visual, transformando lo culinario en lo grotesco y lo terrorífico.

Al mismo tiempo, fuera del tablero, Okarun y los compañeros de Zuma intentan hallar la forma de rescatarlos. Este contrapunto narrativo aporta variedad al ritmo: mientras Momo y Zuma sobreviven dentro de un carnaval letal, Okarun investiga desde el exterior las raíces sobrenaturales del Danmara y empieza a intuir conexiones con fuerzas más grandes, vinculadas al misterioso “Dios” que acecha en segundo plano desde sagas anteriores.

El desarrollo de la relación entre Momo y Zuma se afianza en este tomo. Si en el volumen 16 eran rivales forzados a cooperar, aquí el vínculo se matiza: comparten estrategias, confían el uno en el otro y hasta bromean en medio del caos. Momo, siempre pragmática, reconoce el valor de Zuma en combate, mientras que él deja entrever una vulnerabilidad inesperada, marcada por su deseo de proteger a quienes le rodean pese a su fachada de chico peligroso.

Dan Da Dan volúmenes 16 y 17 Norma Editorial con Momo, Okarun y Zuma atrapados en el diorama

Humor, acción y drama en equilibrio

El volumen 17 ejemplifica la capacidad de Dan Da Dan para oscilar entre géneros sin perder cohesión. A un mismo tiempo puede ofrecer secuencias de slapstick absurdo —como Momo golpeando accidentalmente a Zuma con una galleta gigante— y escenas de auténtica angustia, con ambos a punto de ser devorados por ranas demoníacas. Este vaivén emocional mantiene al lector en vilo y refuerza la imprevisibilidad de la serie.

Gráficamente, el diorama continúa siendo un festín de creatividad. Yukinobu Tatsu dibuja escenarios saturados de detalles, donde cada pastel y cada monstruo tiene un diseño único. Las splash pages del cocinero gigante y las hordas de anfibios son especialmente memorables, demostrando la habilidad del autor para combinar lo grotesco con lo cómico en un mismo trazo.

Dan Da Dan volúmenes 16 y 17 Norma Editorial con Momo, Okarun y Zuma atrapados en el diorama

Conclusión

Con los tomos 16 y 17, Dan Da Dan se adentra en uno de sus arcos más imaginativos hasta la fecha. El concepto del Danmara como tablero viviente permite a Yukinobu Tatsu explorar nuevas posibilidades narrativas y visuales, mientras el triángulo entre Momo, Okarun y Zuma añade tensión emocional al conjunto. La mezcla de comedia absurda, romance adolescente, terror folclórico y acción desbordante alcanza aquí un equilibrio que confirma por qué la serie es ya un fenómeno de masas.

El arco del diorama no solo enriquece la trama con nuevos personajes y desafíos, sino que refuerza los grandes temas de la obra: la pertenencia, el sacrificio y la búsqueda de identidad en un mundo donde lo sobrenatural irrumpe en lo cotidiano. Dan Da Dan sigue demostrando que es un manga que no conoce límites, y que cada nuevo tomo es una caja de sorpresas lista para explotar en las manos del lector.