El tomo 11 del manga Ayakashi Triangle de Kentaro Yabuki, publicado recientemente por Ivrea, continúa la intrigante y divertida saga de Matsuri y Suzu en su lucha contra los Ayakashi y la búsqueda de Matsuri para recuperar su forma original. Este volumen es una excelente adición a la serie, ofreciendo a los lectores una mezcla equilibrada de acción, comedia y, por supuesto, el característico fanservice de Yabuki.
Ivrea lo lanza en nuestro país en una replica exacta del formato japonés, un formato tankoubon rústica con sobrecubiertas de 192 páginas en blanco y negro, con cadencia bimestral de momento.
AYAKASHI TRIANGLE vol.11
Para aquellos que no estén familiarizados con la serie, Ayakashi Triangle sigue las aventuras de Matsuri, un ninja exorcista dedicado a proteger a su amiga de la infancia Suzu de los Ayakashi, unos monstruos malignos que habitan Japón. Sin embargo, todo cambia cuando el poderoso Ayakashi Shirogane utiliza una técnica para transformar a Matsuri en una chica. A partir de entonces, Matsuri debe lidiar no solo con la protección de Suzu, sino también con los desafíos de su nueva vida femenina mientras busca la manera de revertir la transformación.
En este volumen, la narrativa se centra en la complejidad de las personalidades divididas de Suzu. Anteriormente, descubrimos que Suzu, la sacerdotisa Ayakashi, tiene su personalidad fragmentada en tres partes: la Suzu original, la pervertida amiga de Matsuri y la reina de los Ayakashi; Kagemei, la reencarnación de una vida anterior que busca destruir a la humanidad; y una tercera Suzu, que representa a su niña interior y alberga los recuerdos de sus vidas pasadas. En este tomo, la tercera Suzu se "independiza" debido a su hartazgo con la actitud pervertida de Suzu.
El arco principal del volumen se centra en este conflicto interno, ofreciendo una introspección profunda en el personaje de Suzu y añadiendo una nueva capa de complejidad a la trama. La independencia de la niña interior de Suzu provoca una serie de eventos que Matsuri y Suzu deben manejar, lo que resulta en situaciones tanto cómicas como tensas.
El tomo también presenta varias aventuras en las que Matsuri y Suzu solucionan problemas causados por Ayakashis fuera de control. En una de las historias, visitan una playa desierta debido a un frío anormal causado por un Ayakashi, mostrando una vez más la habilidad de Yabuki para crear escenarios únicos y visualmente atractivos. Otra historia involucra a Ritta, quien tiene pesadillas tras ver una escena "calenturienta" entre Suzu y Matsuri. La manera en que Matsuri y Suzu manejan estos problemas ofrece momentos de acción y comedia que mantienen al lector enganchado.
Otro punto crucial en este volumen es el conflicto con Kagemei. Matsuri y sus amigos se unen para ayudar a Kagemei a liberarse de unos delincuentes que están ocupando su lugar de residencia. Sin embargo, esta solución desencadena más problemas, complicando aún más la ya tensa relación entre Kagemei y los demás personajes. Este arco no solo añade emoción y suspenso a la trama, sino que también profundiza en la dinámica entre los personajes, mostrando sus fortalezas y debilidades.
El dibujo de Kentaro Yabuki es, como siempre, uno de los puntos fuertes del manga. Su estilo detallado y expresivo da vida a los personajes y a las escenas de acción de manera impresionante. Yabuki sabe cómo balancear el fanservice con la narrativa, asegurando que nunca se sienta fuera de lugar. Las escenas de acción están coreografiadas de manera dinámica y emocionante, manteniendo al lector al borde de su asiento.
Kentaro Yabuki continúa demostrando su maestría tanto en la narrativa como en el arte, ofreciendo una historia que es a la vez emocionante y conmovedora.
