Hoy os presentamos el noveno tomo del romance que tiene actualmente en publicación ediciones Babylon, la obra de Rika Enoki titulada Siempre habrá otra oportunidad y que finalizó recientemente en japón con 11 tomos.
Como suele ser habitual, el tomo cuenta con un formato en cartoné de tapas blandas y extraíbles que cuenta con un lomo plano y una sensual imagen de los enamorados protagonistas en portada. Su interior está compuesto por 164 páginas en blanco y negro, más las dos primeras a color y tiene un tamaño de 12 x 18 cm. Para aquellos que se quieran hacer con este nuevo volumen, tienen el tomo a la venta desde finales de marzo por 10.95€
Siempre habrá otra oportunidad Vol.9 
Yae finalmente ha decidido que quiere hacer en un futuro, y su camino la lleva a dedicarse profesionalmente a la religión y de que su futuro será trabajar junto a Oda, pero están a punto de separarse, y sus preocupaciones no cesan. Sin verde durante tanto tiempo, ¿serán capaces de seguir una relación en la que apenas se han besado?
"Quiero que estemos siempre juntos. No quiero volver a Tokio. Tengo miedo", dice Yae entre lágrimas, y la respuesta de Oda es clara, deciden subirse al coche y sin maletas, ni nada, salen a la aventura. ¿Se están escapando juntos? Van a empezar una vida lejos? Ambos son conscientes de que eso es imposible, pero se toman esa escapada como una señal para demostrar sus verdaderos sentimientos.
Las cosas se calentarán en la cabaña en la que deciden pasar la noche, y aunque el miedo atenace a Yae, Oda será consciente de que es la ocasión perfecta para demostrarle a la chica que realmente quiere pasar la vida a su lado.
Pero claro, ¿cómo se lo dirá Yae a su padre? ¿Con qué cara va a volver a casa, con un novio al que no conocen y el recelo de que pueden estar viendo a su hija tomar una decisión que le viene grande?
Parece que finalmente las cosas se han puesto serias en este manga. El romance adorable sigue como hemos visto otras tantas veces, pero ahora se enfoca mucho más en la idea de crear un futuro juntos, más que en la de demostrar que se quieren el uno al otro, algo que ha quedado claro y que era importante dejar de lado para avanzar.
Pero claro, este avance es lento y la trama no tiene un ritmo muy movido, por lo que la sensación de que el manga se mantiene en activo es muy poca. Se nota que la mangaka se toma su tiempo, pero no sé si está alargando demasiado el final inevitable.
En el apartado artístico encontramos escenas mucho más sugerentes de lo habitual, con momentos muy íntimos entre los protagonistas, a la vez que una gran cantidad de escenas naturales, de ambos viviendo su vida, en el templo y en el caso de Yae, con sus amigos. Un tomo sencillo pero con un puntito más picantón que el resto de la serie.
Con esto podemos decir que se nota que la serie se va acercando a su final, que poco a poco los personajes van decidiendo su verdadero destino y que las relaciones se vuelven más serias y maduras, dejando de lado la monería y la niñez. Un buen tomo en la línea de los anteriores.