Shun Takahata está harto de la monotonía de la vida, pero las cosas cambian de repente un día cuando, en plena clase y sin previo aviso, él y sus compañeros de instituto son testigos de cómo al profesor le estalla la cabeza. En ese instante, un misterioso muñeco daruma aparece ante ellos y los obliga a participar en lo que a primera vista son unos inocentes juegos infantiles. Sin embargo, la realidad los dejará atónitos: quienes no sigan las reglas del juego o quienes pierdan la partida morirán en el acto de forma atroz. Desconcertados y sin entender los motivos de ese sádico plan, los estudiantes arriesgarán sus vidas para sobrevivir, aunque ello implique dejar de lado su humanidad y traicionar a sus amigos de la infancia.
Recientemente
Distrito Manga, el sello de manga de
Penguin Random House, lanzaba dos nuevas entregas del manga
As the Gods will (Kami-sama no Iu toori 神さまの言うとおり), obra ilustrada por
Akeji Fujimura y escrita por
Muneyuki Kaneshiro, autor a quién ya conocemos de sobras gracias al exitoso manga
Blue Lock.
La historia se publicó entre febrero de 2011 y octubre de 2012 en la Weekly Shōnen Magazine de Kodansha desde el 3 de febrero de 2021 y cuenta con cinco tomos recopilatorios. Cuenta con una segunda parte de 21 tomos, que se serializó de enero de 2013 a enero de 2017.
Distrito Manga nos ofrece la serie de forma impecable con una publicación de calidad en un formato idéntico al japonés, un tankoubon (rústica con sobrecubierta) de 13,2mm x 18mm, en cuyo interior encontramos 224 páginas en blanco y negro traducidas por Drac Studio (Daruma).
As the Gods willLa historia nos presenta a Shun Takahata un muchacho que esta harto de su vida aburrida como el típico estudiante de instituto promedio... pero antes de que se de cuenta, de repente de revienta la cabeza a su profesor durante las horas lectivas y un Daruma salta a la mesa para dar inicio a un juego de lo más macabro.
Así es, de forma precipitada e inesperada, el Daruma parlante da inicio a un macabro juego con los alumnos del aula en el cual, si estos se mueven cuando él se gira, les explota la cabeza. Con un más de justificado ataque de pánico, los compañeros de Shun intentan abrirse paso hasta el Daruma para pulsar el botón que se encuentra detrás de él y salvar la vida... pero esto es mucho más complicado debido a los cambios de ritmo aleatorios del ejecutor.
Con este inicio tan abrupto como impactante daba inicio este survival, en el que su protagonista deberá hacer frente a toda una serie de juegos macabros que parecen creados por una entidad superior junto a otras potenciales víctimas, dejando tras de sí rápidamente un rastro de cadáveres hasta que finalmente el camino de Shun parece ser uno que deberá hacer en solitario o en compañía de unos compañeros bastante dementes.
En este caso y tras lograr sobrevivir a las pruebas del interior del edificio, finalmente el grupo superviviente llega hasta lo que parece una suerte de casa ubicada en un extraño espacio junto a otras tantas. Estos dos grupos de cuatro casas parecen formar los equipos que, cuando unos manekken pis de lo más bizarros hagan la llamada, deberán enfrentarse en un juego de tirar de la cuerda para evitar caer liquidados por las caprichosas estatuas.
Comenzando a caer víctimas del agotamiento inevitable que supone toda esta situación, el equipo de Shun deberá encontrar su propio equilibrio interior para poder salir vivos de esta nueva prueba, en la que los equipos de las otras casa irán cayendo como insectos hasta el esperado duelo final.
Aunque por supuesto este juego no es el último duelo, y tras una sospechosa celebración una vez más quién se haya tras los hilos que controlan estas pruebas, generará un nuevo giro que sumirá en la desesperanza y la miseria una vez más a ganadores y perdedores.
Una vez superada esta saga, entramos en un nuevo arco en el que la sociedad ha comenzado a considerar a los supervivientes de estos macabros juegos los Niños de Dios, sobrenombre a través del cual mucha gente empieza a venerarlos aun sin saber quién o qué se encuentra tras las pruebas anteriores.
Tres meses después, Shun decide reunirse con sus excompañeros bajo el misterioso cubo del cual emergieron victoriosos, solo para encontrarse con que unos nuevos juegos dan inicio. Pero a diferencia de la vez anterior, ahora el equipo protagonista se encuentra más que dispuesto ha hacer frente a los nuevos desafíos y así poder vengarse de los que se encuentren manejando los hilos.
Mientras tanto, un personaje ajeno a estas pruebas encuentra una serie de pistas que podría revelar los motivos que se encuentran tras el misterioso organizador...
Muneyuki Kaneshiro sigue alucinándonos cada vez más con este survival vertiginoso repleto de misterios y con un ritmo que no deja respirar ni a los protagonistas ni al lector, transmitiendo algo del sentimiento de agobio que sufren los participantes y, por lo tanto, haciéndonos vivir en en carnes propias estas bizarra experiencia.
Akeji Fujimura se encarga del arte de la obra con un dibujo que, si bien intenta ofrecer viñetas emocionantes y encuadres repletos de acción, carece aun de la experiencia para ofrecer algo constante y firme, dando como resultado a unos personajes algo deformes y unas expresiones poco concretas, un estilo artístico que aun tiene mucho por madurar.
Aun así, la capacidad de crear la tensión es palpable, gracias principalmente a la crueldad que es capaz de inculcar a los monstruos ejecutores de los juegos que hemos vivido hasta ahora.
El resultado de todo esto es un survival al uso, que si bien en un inicio parece no ofrecer ninguna novedad en este campo, parece llevar tras las incógnitas planteadas a algo mucho más interesante en los próximos tomos.
