Hoy os traemos un manga que nos ha parecido una pequeña joyita: dulce y triste a partes iguales pero realmente único y encantador. Estamos hablando de El zorro y el pequeño Tanuki (Kori Senman), obra de Mi Tagawa que está actualmente en publicación en nuestro país gracias a la editorial Arechi.
El primer tomo que se ha publicado se nos presenta con el clásico formato en rústica con sobrecubiertas extraíbles que tiene un tamaño de 128x182 mm. En su interior encontraremos 160 páginas en blanco y negro de esta serie que por ahora cuenta con 5 tomos publicados en Japón, y sigue abierta. Para aquellos que se quieran empezar a leer esta bonita y enternecedora obra, se encuentra a la venta desde el pasado mes de agosto por 9€.
Érase una vez un zorro tristemente célebre por sembrar el terror por doquiera que pasase, hasta que la diosa del Sol, ayudada de los lobos de la zona, lo sumió en un sueño profundo.
Trescientos años después, en la actualidad, deciden despertarlo con una sola condición: deberá criar a un pequeño tanuki, que posee unos poderes inmensos que no controla, y convertirlo en un digno servidor de los dioses.
Ahora su vida, su sufrimiento y su futuro estarán ligados a los de esa pequeña criatura que tan pronto empieza a aprender a transformarse en animales y personas, como que se marcha solo alejándose sin avisar a nadie, perdiéndose en la espesura y haciendo enfadar a antiguos dioses.
Desde luego el zorro no estará nada contento con esta situación, pero poco a poco el amor y cariño del pequeño Tanuki le irán ablandando en corazón, pasando a convertirse en algo así como una extraña familia llena de peculiaridades.
Qué bonita sorpresa nos hemos encontrado con este primer número. Estamos ante una trama tan bonita y dulce como humanamente desgarradora, la historia de dos criaturas muy diferentes, pero que gracias a los dioses tienen la oportunidad de compartir el mismo camino. Y es que aquí los dieses tienen mucha presencia y ese elemento de fortuna le gana puntos a la obra.
Eso si, no creáis que estamos ante una obra ñoña o empalagosa. Aquí las verdades se sufren como puños y los personajes tienen que aprender de esos golpes para seguir creciendo fuertes. Sí que es cierto que su aspecto le da un punto aniñado, pero no estamos ante una obra para nada infantil.
En cuanto al arte, como decíamos anteriormente, nos encontramos ante un estilo más bien adorable y poco realista. Si bien hay escenas en las que los personajes son todavía más Disney y chibis, esto solamente sucede una vez y no es representativo de la historia, por lo que en conjunto es adorable, está bien realizado, pero no es excesivamente infantil.
Así pues, para concluir, nos encontramos ante un manga adorable, muy tierno pero con su punto cruel, que nos ha sorprendido y encantado. Siempre es interesante leer estas historias que tratan de la amistad y los valores, sin romance de por medio.