A principios de junio la editorial Distrito Manga lanzó al mercado su primera obra de género Yaoi, estrenándose así en el manga de género con un tomo auto conclusivo de lo más tierno. Su nombre es Joy, siendo una obra creada por Etsuko y que nos ha encantado.
Editado como un manga en rústica con sobrecubiertas extraíbles y un tamaño de 133mm x 180mm, en su interior encontraremos 208 páginas en blanco y negro de esta obra calificada como para adultos, aunque aseguramos que no contiene escenas demasiado explicitas. Para aquellos que se quieran hacer con este tomo único, lo tienen a la venta desde inicios de junio por 8.95€ en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Joy
Gô Okazaki es un mangaka especializado en shôjos que se pasa las jornadas ideando historias que calen hondo en sus lectoras. Sin embargo, el mismo día que descubre que su asistente Yûsuke, quien también es autor de manga, pero en su caso infantil, es gay, su editora le propone dibujar un manga BL.
Gô acepta el reto, pero enseguida se encuentra en un callejón sin salida: no se le ocurre ninguna idea buena para la trama, porque, a fin de cuentas, ¿cómo puede crear algo cuyos sentimientos no comprende? Después de darle muchas vueltas opta por la solución que considera más factible y que puede dar buen resultado.
Así, se decidirá a fingir que siente algo platónico por su asistente para, con suerte, lograr estimular su imaginación y crear así una buena historia. Pero ¿qué pasaría si esos sentimientos se transformaran en algo real? Sobre todo, teniendo en cuenta que Yûsuke no solamente es abiertamente Gay, si no que tiene una pareja a la que ve a menudo y que casualmente no se lleva demasiado bien con Gô cuando le conoce.
¿Se verá su amistad involucrada en este tejemaneje de sentimientos, y conseguirá Gô transmitir sus sentimientos a sus personajes?
Nos encontramos ante un manga BL con mucho sentimiento, raciocinio y bien creado. Nos encanta el desarrollo de los personajes que están bien creados y son lo suficientemente maduros para su edad. Además, el que se trate de un manga sobre autores de manga nos saca una sonrisa al verlos trabajar codo con codo en sus respectivas obras.
Lo más interesante es que, aunque hay escenas de magreo entre hombres, se notan muy bien encajadas en la historia, algo que no suele pasar en otros mangas en los que los personajes tienen una relación dulce y de golpe en un capítulo extra parecen conejos. De verdad se agradece que este tipo de mangas sepan aunar ambas temáticas sin que queden cojas o fuera de contexto.
En cuanto al arte, se ve sencillo, bien realizado y muy harmonioso con la historia. Nos parece muy bien realizado, aunque tenga pocos detalles, porque es en su simplicidad en donde se encuentra el sello de esta autora. Además, todos sus personajes tienen mucha expresividad tanto en el rostro como en las reacciones, por lo que es un manga que se disfruta tanto en la trama como en el diseño y el arte.
En conclusión, estamos ante una pequeña gran obra que nos ha abierto las puertas a una autora que desconocíamos. Ya tenemos ganas de leer la otra obra que traerá Distrito Manga sobre esta autora, porque si es la mita de interesante que está, caeremos de cabeza encantados.