Ivrea lanzaba recientemente los tomos 4 y 5 del manga Komi-san no puede comunicarse (Komi-san wa, Komyushō desu) de Tomohito Oda, ofreciéndonos un poco más de esta silenciosa waifu que nos ha robado el corazón.
Ivrea nos ofrece la serie en una edición de tomos dobles en formato B6 con periodicidad bimestral.
Oda lanzó el manga en Weekly Shonen Sunday en mayo de 2016, después de publicar por primera vez un onew-shot del manga en septiembre de 2015. Shogakukan ya ha publicado 25 tomos.
Komi-san no puede comunicarse
Nos encontramos ante unos volúmenes que comienzan a cambiar por completo la vida de Komi. Lejos queda aquella muchacha con trastorno de comunicación cuyo sueño era hacer amigos. Y es que, si bien continúa sin ser capaz de decir palabra, sus interacciones sociales son cada vez más prolíficas, en especial con la llegada del invierno.
Tras ser asaltada en las vacaciones de Navidad por sus compañeros en su propia casa para felicitarle el cumpleaños y realizar una nueva visita a su abuela para dar inicio al nuevo año, Komi y sus nuevos amigos celebran diversos encuentros que dan pie a hacerse regalos, jugar al juego del rey y otras varias situaciones que, poco a poco, van acercando más y más a la muchacha a Hitohito Tadano.
Una cercanía que dará un salto gigante cuando, víctima de un gripazo monumental, el muachacho se equivocará y llamará a Komi solicitando ayuda... a lo que ella acudirá rauda para prestarle los cuidados necesarios y dar pie a una situación bastante comprometida que perseguirá los pensamientos de la muchacha durante bastante tiempo...
Tras las vacaciones tendrá lugar el arco del viaje a Kioto, un clásico en cualquier comedia romántica estudiantil que se precie, y que en esta ocasión brindará a Komi una serie de escenas rodeada de las chicas de su grupo (ya que van separados por sexos) que propiciará, entre otras cosas, una conversación en al que se dará cuenta de sus verdaderos sentimientos por Tadano.
Con este gran paso dado por la muchacha, el centro de la historia cambiará por completo, ahora con una Komi mucho más vergonzosa que no sabe como gestionar esos nuevos y recién descubiertos sentimientos.
Tomohito Oda continúa edificando en Komi-san a un personaje del que nos enamoramos inevitablemente, mientras continúa analizando tanto el trastorno de Shoko como el del resto de personajes que van apareciendo, como es el caso del egocéntrico Shisuto Naruse, que se suma a la historia para aportar aun más locura.
Esto, sumado a su precioso estilo de dibujo que sabe alternar los rostros cómicos de Komi-san con sus expresiones más tiernas, logra crear un ambiente que nos mantiene enganchados para descubrir cada nuevo capítulo a que nuevos desafíos sociales se enfrentan nuestros personajes.
