Volvemos a las turbulentas aguas de la academia masculina Morimori con el tercer volúmen de la serie Yaoi más cachonda del catalogo de Panini, la desternillante Yarichin Bitch Club, obra de Tanaka Ogeretsu.
Nuevamente nos encontramos ante un tomo en formato Tankobon y diseño en rústica con sobrecubiertas extraíbles que miden 13 x 18 cm. En su interior encontraremos 208 páginas de las cuales las dos primeras son a color. El precio de cada uno de los tomos es de 8.50€ y están disponibles en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Yarichin Bitch Club Vol.3 
Toono se ha quedado a solas con su querido Yaguchi, sin embargo eso a propiciado que vea algo que no debía, la verdadera forma de su compañero de clase. Y es que el simpático chico es una autentica fachada para el mundo, siendo un verdadero amargado, enfadado con el mundo y sobre todo consigo mismo.
Sin embargo, esa actitud arrolladora y descarada encontrará su freno cuando se de cuenta de que Toono realmente le sigue apreciando pese a su horrible carácter, creando un sentimiento cálido dentro de Yaguchi.
Por otro lado, Yuri y Toru se hacen cada vez mas inseparables, por mucho que el primero no sepa muy bien que dice y que el segundo tenga claramente un trastorno obsesivo con el que él considera es su dios. Sin embargo en las escenas que encontramos juntos son en las que realmente empezamos a ver y a conocer mas a Yuri.
En cuanto al resto de miembros del club de fotografía, todos siguen sus vidas y su día a día, aunque Yu empezará a obsesionarse con nuestro protagonista sobrepasando el nivel del amor platónico y buscando algo mas.
Bueno, después de una extensa introducción de dos tomos en la que se nos presentaban a los protagonistas y las relaciones de esta historia, es en este tercero en el que realmente podemos apreciar las relaciones entre la mayoría de ellos y sobre todo como Toono parce tener un serio problema al ser un imán para la mala suerte.
Personalmente me encanta ver el desarrollo de esta gente tan loca, y como solucionan muchos de los problemas a base de sesiones intensivas de sexo. Una forma tan buena como cualquier otra de lidiar con la tensión en ese aislado lugar.
En cuanto al arte de este volúmen encontramos escenas realmente cómicas y mucho sentimiento en los personajes. Ya sea odio, amor, lujuria o simplemente la sonrisa de un día a día, todo ello ha sido plasmado a la perfección y consigue mostrarnos a personajes tan diferentes entre si. Personalmente me encantaría llegar a verlos con ropa mas de calle, pero será algo para otra historia.
En conclusión, este tercer volúmen nos acerca irremediablemente al final de esta obra, no tanto porque esté realmente acabada, si no porque el cuarto es el último ejemplar publicado. Hay tantas tramas por cerrar y conflictos que resolver que no sabemos que se quedará a medias y que no, pero desde luego nos está gustado esta bizarrada digna de sus personajes.