Recientemente Editorial Ivrea lanzaba el tomo 11 del manga Goblin Slayer, adaptación de la serie de novelas de fantasía oscura creada por Kumo Kagyu que ha ido ganando fama de forma imparable desde su nacimiento.
El manga, que es en lo que nos vamos a centrar en este artículo, inició su publicación en mayo de 2016 en la revista Big Gangan de la editorial Square Enix, y a la fecha cuenta con 6 tomos recopilatorios, contando con dibujo de Kousuke Kurose.
Un trabajo magnífico que da como resultado una edición impoluta que los seguidores de la serie podrán disfrutar como enanos.
En este tomo llega a su final la adaptación a manga del arco argumental correspondiente a la quinta novela de Kagyu y que fue adaptada a película anime bajo el título Goblin's Crown en febrero de 2020. Tras ver como Goblin Slayer y sus compañeros de equipo partían a las heladas montañas para salvar a la joven noble superviviente, la chica se une al equipo titular de este manga para asaltar la fortaleza en la que se refugian los Goblins.
Allí hacen frente al culto maléfico y a un poderoso Paladín Goblin que les obliga a reformular toda su estrategia y a trabajar en equipo como nunca lo habían hecho antes.
Goblin Slayer vuelve a utilizar sus locas estrategias para hacer frente a sus enemigos, una vez más poniendo en riesgo a todo su grupo y su propia vida pero logrando su propósito, erradicando por completo a sus enemigos y arrasando de paso con toda la montaña.
Tras esta saga épica, bastante más larga de lo que estamos acostumbrados, el equipo regresará una vez más al poblado de siempre, dónde además de interactuar con otros aventureros, les veremos tomar alguna misión más para exterminar goblins.
La novedad viene cuando la sacerdotisa recibe una negativa respecto a su subida de rango de aventurera, lo cual dispara un nuevo arco argumental en el que se introduce a un nuevo personaje, un joven aventurero bastante impertinente que terminará a cargo del protagonista...
Kousuke Kurose continúa aportando un apartado gráfico increíble, ya sea dibujando bellas y pechugonas mozas o escenas de acción trepidantes, pasando por las páginas superiores dónde Goblin Slayer parece sacado directamente de una película de terror.
Simplemente, excepcional.