L.A. era la Ciudad de Ángeles, pero eso fue antes de que llegara el Gran Terremoto y destruyera todo lo civilizado que tenía. Después de ello, crecieron dos ciudades entre los escombros: una de torres brillantes y un lujo indecible para los ricos, y otra de alambre de espino y miseria aplastante para los pobres.Rodeada por unos muros altísimos y unos guardias despiadados, Nuevos Ángeles es una isla de riqueza en un mar de pobreza. Fuera de sus fronteras, una nueva generación de angelinos lucha por las migajas entre los escombros mientras intenta desesperadamente encontrar la manera de atravesar la valla. Dentro, los escasos privilegiados han refinado su brutalidad y la han mezclado con el mayor invento del viejo Hollywood: la cultura de las celebridades.
Emitido en ultra-alta definición, unos gladiadores potenciados biomecánicamente y conocidos como los Suicidas, combaten a muerte en arenas de alta tecnología. Sus duelos son un recordatorio visceral para el mundo del poder que ostentan los jefes corporativos de Nuevos Ángeles.
Tanto para los ricos como para los pobres, los Suicidas son leyendas. Pero, como la ciudad que habitan, su gloria está construida sobre un cementerio... y a medida que los cadáveres se pudren, sus cimientos amenazan con resquebrajarse y caer de nuevo en el caos.
Lee Bermejo es un artista cuya carrera ha fascinado ya a muchos por sus anteriores trabajos con Brian Azzarello en Joker, Luthor y Batman/Deathblow: After the Fire. En 2011, publicó su primer álbum como autor completo, Batman: Noel, pero no fue hasta la creación de
SUICIDAS que el autor se dejó llevar de verdad.
Después de pasar mucho, mucho tiempo elaborando el proyecto, finalmente el autor lanzó al mercado su historia que, en clave de ciencia ficción oscura transportaba al lector a un futuro distópico en el que, décadas tras un terremoto que lo cambió absolutamente todo, una dividida L.A. se divierte con una suerte de juegos de gladiadores cyberpunk que combaten a muerte para deleite del público, centrándose principalmente en la figura de El Santo.
Con él como epicentro, se nos narra la trama en dos tiempos diferentes que se van alternando a lo largo de sus páginas, y que exploran el inicio del Suicida y su caída, desde su llegada como inmigrante ilegal a L.A. a sus primeras peleas, hasta que finalmente se convierte en la estrella del deporte y sus propios managers quieren verle caer para llenarse los bolsillos.
Con esta clásica historia de película de boxeadores y un thriller de espionaje periodístico de fondo que no para de cobrarse víctimas, Lee Bermejo nos deleita en estas páginas con su impresionante grafismo hiper realista y una narrativa de lo más peliculera que, sin embargo, no termina de alcanzar el peso del resto de ingredientes de la obra al no ofrecer nada especialmente remarcable.
Lee Bermejo produjo dos series de SUICIDAS que encontramos recopiladas en este edición cartoné, Suiciders núms. 1-6 USA y Suiciders: Kings of Hel.L.A. núms. 1-6 USA, precuela de la serie que a pesar de ser lanzada posteriormente, encontramos como apertura en este volumen.
La precuela retrocede quince años, cuando el terremoto que destruyó Los Ángeles estaba más fresco en la memoria, y cuando el deporte de Suicidas aún estaba en sus primeros años de formación. El rey de los primeros días del deporte fue Leonard McCarthy hasta que lo atraparon arreglando partidos y una de las figuras protagonistas de este volumen, ahora representado como una estrella del deporte caída que perdió tanto su fama como su familia en el proceso.
El proto protagonista de esta precuela es un matón adolescente llamado Johnny, quién de niño fue víctima de las secuelas del terremoto, y quién encabezando a una banda de agresivos delincuentes se enfrente a las corporaciones y sus escuadrones blindados por conseguir un territorio propio, sin saber que sus actos han provocado que un psicópata McCarthy ahora ande detrás de su cabeza... mientras al mismo tiempo un periodista con trastorno caníbal persigue al ex-suicida.
El resultado es una trama repleta de violencia que recuerda a The Warriors (película 1979), solo que mucho más bestia y toda una serie de añadidos con el único objetivo de hacer crecer su perturbador mundo, pero por desgracia la trama de Lee Bermejo no termina de enganchar y termina resultando algo confusa y descentrada, sin llegar a dejarnos claro exactamente que nos quería contar.
Esta precuela cuenta con arte de Alessandro Vitti, al menos durante la mayor parte de la historia. Vitti tiene un enfoque más flexible que el propio arte de Bermejo, pero es igualmente bueno para transmitir la acción y el ambiente apocalíptico buscado en estas páginas. Gerardo Zaffino también es un buen artista, pero con un estilo mucho más oscuro y sin la facilidad de Vitti para las expresiones y la definición de personajes.
