Recientemente la editorial Letrablanka ha lanzado al mercado el esperadísimo tercer tomo de su sorprendente obra Green Class, obra de David Tako y Jérôme Hamon que nos está encantando por los giros en su argumento y su apasionante historia.
Como sucedió con los anteriores volúmenes, este tercer tomo cuenta con un formato en tapa dura y texturizada que tiene un tamaño de 22,2 x 29,5 cm. En su interior recopila 72 páginas a todo color con las que acompañar a unos adolescentes que desde luego no esperaban verse metidos en el follón en el que se han encontrado. Para aquellos que quieran hacerse con esta joyaza de colección, el tomo está a la venta por 18€ en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Todavía cuesta asumirlo porque todo ha sucedido demasiado rápido, pero tras el encontronazo con los militares y la confesión de Sato para salvar su pellejo, Noah acaba muerto, eso sí, después de movilizar a un gigante moribundo y de traer alrededor de su localización a miles de infectados.
Sin embargo, los chicos tendrán la suerte de no estar solos, en su ruta de escape se encontrarán con Jane y Faraday, dos militares encargados de encontrar al Alfa pero que secretamente trabajan para el gobierno, siendo ellos quienes les ayudan a escapar y les cuentan la verdad de lo que está sucediendo.
Y es que por muy loco que parezca, esto que está sucediendo no es solamente un virus, es una civilización de miles de años de antigüedad que crece y se reproduce a través de huéspedes, a los que dejan totalmente inutilizados cuando toman el control. Hace muchos años que el gobierno y los científicos buscan comunicarse con ellos, pero solo una persona lo ha conseguido, un acólito que es capaz de mandarlos, a través de un Necronomicón.
Es entonces cuando las cosas empiezan a quedar claras, no están ante un virus, ni ante una plaga, están afrontando algo mucho más gordo, a Shoggoths siervos del Anciano Dios que lo destruirá todo si logra atravesar el plano en el que duerme y llegar al nuestro.
Claro está, no solamente esto ha sido una gran sorpresa, si no que ha venido acompañado de un lore muy interesante del que nos encantaría nos dieran mas información. Cuantas civilizaciones han caído por su culpa, como logran mantener algunos de ellos la conciencia humana y como se comunican con su Dios. Estas son algunas de las preguntas que nos encantaría que nos resolvieran, pero creo que tendrá que ser en otra ocasión.
Por otro lado, hay que indicar que el desarrollo de los personajes es cada vez más interesante y cuenta con más matices, estando muy bien llevado. Al tener personalidades muy distintas todos los personajes, ya sea entre sí como con el resto de gente que se encuentran, logran destacar las reacciones de todos y nadie se queda totalmente plano. Eso sí, a más de uno lo querríamos ahogar en un cubo por ser un niñato cuando la cosa se pone difícil.
Vamos, los adolescentes son capaces de afrontar, en su mayoría, las decisiones que toman, los militares dan un miedo que no veas y los Shoggoths infunden el respeto de toda criatura extraña venida de realidades oscuras. No podemos pedir una mezcla mejor.
Cosas hermosas y bellas que chocan muchísimo con los monstruos que plasma después. Si los Shoggoths de por si nos dan mal rollo, el verlos ahora hablando, obedeciendo a humanos con ritos extraños, sabiendo que su mente llega a lugares tan oscuros e inescrutables que pueden causarnos pesadillas o incluso suicidios… ya resulta en la guinda que le faltaba a este pastel.
La verdad es que es la mezcla de historia para adolescentes con toques de terror, pseudo religión, supervivencia y puede que incluso romance, lo que hace que todo funcione a las mil maravillas y nos encante.
No sabemos cuanto tardarán en publicar el cuarto tomo, pero nos hemos quedado con muchas ganas de seguir a estos personajes y ver como logran sobrevivir a lo que tienen por delante. Sobre todo ahora que sabemos que la cosa está muy lejos de ser fácil de resolver.