Como otras muchas obras maestras, esta nació en una época de dura crisis editorial. Allá por 1995
El Castigador vio como debido a las malas ventas sus series eran canceladas de manera inclemente. El personaje de
Frank Castle, como muchos otros en aquellos momentos, se había "quemado" y el público había perdido el interés, lo que inevitablemente llevó a su desaparición.
Tras algunos intentos que solo se pueden tildar de fracasos finalmente se lanzaba a inicios del siglo XXI el sello Marvel Knights, salvando de la quiebra a la Casa de las Ideas y de paso a muchos personajes para los que ya parecía no quedar esperanza. Así es como volvió a casa con este proverbial Bienvenido, Frank, salvándose del olvido junto a otros muchos personajes como Daredevil ó Pantera Negra.
Pero antes de abordar este título hay que esclarecer que no todo en el mencionado Marvel Knights fue destacable, y menos con el Castigador, quién antes de llegar a estas páginas protagonizo una idiotez de miniserie en la que actuaba como agente del cielo. Un hecho que aunque es "mencionado" en esta serie, ignoraremos por nuestra salud mental y para seguir manteniéndole respecto al señor Castle.
Dicho esto nos encontramos ante una auténtica joya fruto de
Garth Ennis y
Steve Dillon, el equipo creativo tras
El Predicador, quienes llevaron a la gloria al personaje a lo largo de 12 maravillosos números bajo el título
Marvel Knights: The Punisher que ahora vemos recopilados de forma integra bajo el sello
Marvel Must-Have, ofrecidos por
Panini Comics en un cartoné de 17x26 cm.
Marvel Must-Have. El Castigador: Bienvenido, Frank
Si me preguntas a mi o a cualquiera por dónde empezar a leer cómics de El Castigador, te van a recomendar a Garth Ennis y Steve Dillon. Es inevitable.
Este equipo creativo se hizo tan icónico que probablemente todo lo que has visto y escuchado sobre el personaje provenga su etapa, y en esta serie de 12 números encontramos toda la esencia de esa grandeza.
La historia que tenemos entre manos gira en torno al regreso de Frank Castle a la ciudad de Nueva York y su cacería contra una de las principales familias criminales que reinan en sus calles. Y si algo hay que destacar en sus páginas es que nos encontramos ante una trama bestial y brutalmente divertida en al que disfrutamos como críos con cada nueva hipérbole narrativa con la que nos sorprenden Ennis y Dillon.
Cómo en su momento dijo el propio Ennis, no nos encontramos ante un análisis complejo de las causas del crimen, ni un retrato del trágico descenso de un hombre hacia la psicosis asesina. No, esto es simple entretenimiento en su forma más cruda y salvaje. Ni más, ni menos.
Y eso es lo que hace esta serie grandiosa.
Ennis y Dillon solo se enfocan en divertirse al máximo con Frank Castle, y no solo lo logran, si no que consiguen transmitirselo al lector para que disfrute tanto como ellos o más con una galería de brutalidad inolvidable que deja en pañales a la mayoría de películas de acción, con un fantástico toque mordaz, una esencia de comedia oscura que logra distinguir esta historia de cualquier del Castigador.
El arte de Dillon es tan sencillo como eficaz. No es que no sea detallista, pero sin necesidad de grandes piruetas artísticas es capaz de mostrar al lector lo que necesitaba ver, con unas expresiones faciales en sus personajes que hablan por si solas. Puede hacerte reír y darte escalofríos con solo una imagen, y a veces al mismo tiempo.
Y por si su arte no fuera lo suficiente para plasmar la historia de Ennis, a su lado tiene a Jimmy Palmiotti a las tintas y Chris Sotomayor al color, logrando unas viñetas que no vas a poder olvidar.
Diablos, este cómic tiene casi 20 años y sigue siendo lo mejor que he leído de Frank.
Con eso lo digo todo.
