Podemos enumerar tranquilamente más de dos docenas de películas, cómics, libros o mangas protagonizados por héroes que matan bichos o seres sobrenaturales, se llevan a la chica y protegen el mundo de todo tipo de invasiones, pero cuántos de ellos hay que nos hablen de lo que sucede después? Muy pocos, pero por suerte en esta ocasión he tenido la oportunidad de echarle el guante a una de las novedades publicadas por Gigamesh y titulada Estamos todos de puta madre, obra de Daryl Gregory que explora precisamente esa parte poco conocida de la historia.
Pero antes de entrar en materia veamos exactamente lo que tenemos entre manos. Se trata de una novela titulada originalmente We are All Completely Fine y que cuenta con la traducción de Juan Manuel Salmerón, una presentación de Marina Vivó y claro está la ilustración de portada, realizada por Luis Bustos. Con un formato en tapa dura y un interior de 224 páginas no nos sorprende saber que fue la novela ganadora del premio Shirley Jackson en 2014, porque la verdad a mi me ha encantado y espero que a vosotros también.
Estamos todos de puta madre.
Lo importante está no en la gente que acude a esta singular terapia, si no en lo que dice que a experimentado, en la forma que lo recuerda, como vive la vida desde entonces o como se va a enfrentar a esta a partir de aquí. Porque por mucho que les pese los monstruos que los acosaron en su momento y que podrían seguir haciéndolo no son figurados.
Sin embargo estos “monstruos” no son personas como podríamos pensar, no estamos hablando de gente cruel o de padres maltratadores, si no de Monstruos en mayúscula y sin comillas, seres que no pertenecen a este mundo, ese algo que repta entre la oscuridad y te mira con sus muchos ojos, que te penetra hasta los huesos, te persigue a tu habitación y te acosa en sueños. Ese es su trastorno, el haberlo visto y haber sobrevivido.
Y es precisamente esto último, el haber logrado sobrepasar ese punto de no retorno, lo que los lleva a esa sesión de terapia en la que para curarse o para dejar al menos de estar menos rotos, lo mejor que podrán hacer será hablar, entender los demonios del resto, esperar que estos no vuelvan y si lo hacen, ir con todo, porque a fin de cuentas Están todos de puta madre.
Claramente la fácil lectura ha ayudado muchísimo a que esto pasara de novela de fin de semana a adicción lectora en alto grado y la verdad es que se agradece encontrar un argumento bueno y fresco acompañado de una narrativa ágil, porque la acción se convierte en algo trepidante y eso siempre es bueno dentro del papel,
Claro está, los personajes cargan sobre sus hombros el peso de la historia, y por mucho que al principio parezca que solamente encontraremos a un único protagonista, tras el paso de sus páginas nos damos cuenta de que aquí los 6 personajes son importantes, los 5 pacientes y la terapeuta, ya que cada uno tiene un rol que cumplir y lo logra con creces. Desde el joven aventurero a la tímida adolescente o al anciano gruñan, todos tienen un papel en esta trama y me encanta que no dejen a nadie fuera por mucho o poco que pueda realizar.
En conclusión, hacía tiempo que no me encontraba con una novela tan novedosa y entretenida, capaz de dar un giro de tuerca a historias ya muy manidas, pero de una forma totalmente sorprendente. A todos los fans de la literatura de ciencia ficción o pseudo terror sobrenatural, se la recomiendo, porque la verdad se merece mucho mas reconocimiento del que tiene.