Review del comic Faithless de Brian Azzarello y Maria Llovet - Editorial Panini

 

 

Buscando acabar el año con buen pié y muchas ganas, la editorial Panini decidió lanzar al mercado a mediados del pasado mes de diciembre una nueva obra de una de mis autoras nacionales favoritas, estoy hablando de la polifacética Maria Llovet, quien le pone el dibujo a una maravilla de historia creada por el mismo Brian Azzarello y bajo el título de Faithless. 

Como siempre, Panini nos presenta el tomo dentro de su línea de cómic Americano, contando con un formato de tapa dura y un tamaño de 17 x 26 cm, en cuyo interior encontramos 160 páginas de una historia sensual, mágica y sorprendente. Para aquellos que quieran incorporar este tomo único a su biblioteca, lo tienen a la venta desde el pasado día 17 de diciembre por 19€ en librerías, tiendas especializadas, y a través de la web de la editorial.

Faithless

Faith es una chica a la que le gusta jugar con la magia. Forma parte de su encanto y de su retorcida búsqueda de un propósito que la haga sentir parte del mundo, más ahora que no sabe qué hacer con su vida desde que finalizó sus estudios de arte y solo hace que vagar sin rumbo fijo ni objetivo en mente. Pero pese a ese sentimiento de andar perdida en su propia vida Faith sabe que existe un poder superior que la rodea.

Esa magia, esa tentación, esa cosa desconocida… ha tardado en encontrar a Faith, pero el infierno por fin ha volcado su mirada en ella. Lo ha hecho de una forma tan casual como predestinada, tirándole el café a una atractiva chica y conociendo a su extraño padre. El artista y el arte, dos de los personajes más carismáticos del mundo más vanguardista y elitista chocan con Faith como si de polos imantados se tratara.

Y es que aunque ella no lo sepa en un inicio, su nueva amiga/amante, Poppy es una de las modelos más famosas de múltiples artistas, su rostro está en lienzos con tantos ceros que no puede contar y sus brazos son mucho más cálidos de lo que esperaba encontrar, tanto como las llamas del infierno. Mientras tanto el padre de ésta, artista, marchante, carismático y diabólico, le ofrecerá lo mismo que su hija, y mucho más: placer, fama y gloria, siempre que esté dispuesta a acompañarles hacia ese camino; a los dos.

Un camino que estará plagado de preguntas sin respuesta, visiones y recelos, presagios de mal agüero y mucha sangre. Pero quien no rompe unos huevos no puede hacer una tortilla, no?

 

Decir que nos hemos quedado sorprendidos con esta obra es decir poco. Si bien es cierto que esta autora suele pisar el terreno sexual con mucho arte y muy a menudo, no esperábamos que el mismo Azarello la resguardara bajo su ala y crearan juntos esta magnífica historia que respira lujuria y demonios de una forma muy acertada, sin notarse basta o demasiado explicita, aunque no podemos negar que lo sea.

Pero es el uso de los personajes lo que para nosotros le da este calificativo de sorprendente, ya que en muchas otras ocasiones hemos podido ver al diablo tentando a la humanidad y ofreciéndole los regalos que estén en sus manos para que ellos caigan a sus pies. 

 

Sin embargo en este caso es la misma protagonista la que acepta caer de cabeza al infierno, agarrarse a la chaqueta de este diabólico caballero y desear, soñar y bañarse en la lujuria que le ofrece sin miedo a lo que venga después

Eso si, quizás la historia nos habría parecido bastante más sorprendente sin una sinopsis tan explícita y tan a mano. Obviamente con el titulo y el nombre de la protagonista ya lo podíamos ver venir, pero se siente una perdida el que nos hayan arrebatado la sorpresa de su desarrollo argumental.

En cuanto al apartado artístico poco podemos decir que no hayamos comentado sobre esta chica barcelonesa con anterioridad. Sus secuencias, plasmadas en viñetas como si fueran planos de cine, nos vuelven a recordar que su estilo de dibujo es único y muy detallado, con cierto énfasis en el vestuario y los personajes, quienes pocas veces visten el mismo modelito si se puede evitar.

Claro está que con este argumento y este arte el tomo pasa a ser calificado de erótico, con lo bueno y lo malo que eso supone ya que dicha temática puede no gustar a todo el mundo, pero es que además algunas de las escenas son tan bellas y delicadas que no sabemos si estamos ante una película porno o viendo una obra que merece ser enmarcada y expuesta para el deleite de todos.

Siendo realistas, de Azarello encontramos poco y casi nada en la historia, solamente algunos diálogos magistrales que nos sacan una sonrisa por lo escuetos que son y lo mucho que dicen en tan pocas palabras, pero la verdad es que en una obra de este estilo se agradecen las pocas palabras acompañadas de grandes escenas.

En conclusión, nos ha encantado. Maria Llobet vuelve a conquistarnos con su arte, Azarello da las pinceladas necesarias para que esta obra suba de nivel y el resultado final nos deja una sonrisa juguetona en los labios y con ganas de su continuación.