Entre las novedades manga de este pasado mes de noviembre 2019, Planeta Cómic nos traía al fin el esperado número 11 y último de la nueva edición del mítico seinen 20th Century Boys de Naoki Urasawa, genio mangaka responsable del maravilloso Monster.
Planeta Cómic recupera tras una edición hace años bastante más simple esta colección, y ahora nos la ofrece en una edición Kanzenban idéntica a la homónima japonesa, un espectacular tomo de 464 páginas en un formato 14,8 x 21 cm rústica con sobrecubierta, en cuyo interior además encontramos páginas a todo color para deleite de aquellos que amamos el arte de Urasawa.
Una edición que destila estilo por los cuatro costados, teniendo incluso una aplicación de tintas y barnices que le dan un efecto brillante a las letras sobre la portada.
Para aquellos aun ajenos a esta maravilla, pongámonos en situación brevemente...
El viaje hasta aquí ha sido muy largo.
Un auténtica epopeya, una historia de ciencia ficción y misterio capaz de mantener al lector pegado a la silla, devorando sus páginas una tras otra sin parar mientras sus personajes evolucionaban de niños pequeños de pueblo a adultos sin sueños con una vida tediosa... y finalmente a héroes revolucionarios que decidían salvar al mundo con sus propias manos.
Naoki Urasawa nos ha ofrecido una trama completa repleta de personajes de lo más profundos que se ha extendido a lo largo de 50 años en la linea de tiempo de la misma, con los protagonistas viajando de Japón a USA o incluso el Vaticano. Una extensión en al que el sensei ha demostrado en más de una ocasión haber recapacitado sobre cada paso en una cadena de sucesos que invitaban al lector a indagar en sus misterios, intetandolos resolver en base a las pistas que iba revelando en cada nueva página.
Es fascinante como cuatro críos que jugaban en las calles de la era Showa terminaron inocentemente creando una cadena de sucesos que desencadenaría en un futuro la distópica Era de Amigo tras la finalización de la anterior era Cristiana, todo a causa de un Megalómano que se tomo demasiado en serio los desvaríos de unos niños inocentes.
Ahora por fin, este tomo da una conclusión a una trama excelente, poniendo las cartas sobre la mesa y propiciando al fin que las historias de Kenji, Kanna y los demás converjan en el encuentro final.
Un recuerdo que, realmente, no le importaba a nadie más.
La naturalidad con la que llega este final es simplemente excelente, retrocediendo en estos últimos momentos de locura a unos tiempos en los que todo era muy sencillo y un caramelo lo era todo en el universo infantil de un niño pequeño.
Un niño pequeño que decidió darle la vuelta al mundo.
Con esto se completa el viaje de Kenji y su grupo de amigos, once volúmenes en un formato kanzenban de lujo más que merecido que debería estar en la biblioteca de todo aficionado al buen manga. Una historia que, fervientemente, os recomendamos disfrutar.