Juanjo Guanido y Alain Ayroles se
embarcan en la empresa más ambiciosa del cómic de los últimos años, ‘El Buscón
en las Indias’, la segunda parte de las aventuras del célebre sinvergüenza que
Quevedo proyectó, pero nunca llegó a escribir.
Un mendigo agoniza en los sótanos de
la fortaleza de Cuzco. En su zurrón se descubre un colgante con un ídolo inca
de oro. ¿De dónde ha salido ese pobre diablo? ¿Y cómo ha llegado a sus manos
ese objeto precioso? El alguacil, persuadido de que el moribundo puede
conocer el camino hacia un gigantesco tesoro, está dispuesto a arrancarle el
secreto bajo martirio, si fuera necesario. Por suerte, no hará falta llegar a
tanto: el tipo habla por los codos. Incluso demasiado.
Pablos –sí, el don Pablos de El
Buscón de Quevedo–, natural de Segovia, resulta ser un rufián que
un buen día se embarcó rumbo a las Indias en busca de una vida mejor que
aquella, llena de precariedad y de humillaciones, que dejaba atrás. Sin
embargo, como él mismo sentencia, “la vida del villano es como yegua penca.
Uno cree tenerla por las riendas, pero la muy empicada se acula”. A través de
sus recuerdos y divagaciones, va revelando el accidentado modo en que puso sus
pies por primera vez en tierras de América, sus primeros y difíciles contactos
con la población local, su primer encuentro con los españoles que se iban
abriendo paso, a sangre y fuego, por los vastos territorios de la Nueva España…
Fiel al mandamiento
supremo de su padre –“¡no trabajarás!”–, el pícaro seguirá su periplo por
libre, rumbo hacia Perú: el confín donde podría encontrarse ese lugar cuyo
simple nombre enciende la codicia en el corazón de los hombres, el mismo que
hizo hundirse en selvas insondables a tantos desdichados tras los pasos del prudente
Ursúa y el loco Aguirre: El Dorado.
Con un despliegue de
recursos fuera de lo común en el mundo de la viñeta, Juanjo Guarnido –premio
Nacional de Cómic con Blacksad– y Alain Ayroles – De capa y
colmillos, D. Diario de un no muerto– se atreven a culminar, cuatro siglos
después, aquella segunda parte de El Buscón que Francisco de Quevedo proyectó,
pero nunca llegó a escribir.
Sin traicionar la
fidelidad al modelo original, y sobre la base de una escrupulosa documentación
histórica, Ayroles firma un texto que rebosa talento, libertad e
imaginación, tanto en la sabrosa recreación del habla del Siglo de Oro como en
el desarrollo de la peripecia de Pablos. Un guion que, como exige el
protagonista, acaba siendo un intrincado, maravilloso juego de confesiones,
embustes, fantasías, simulaciones y giros insospechados para que el lector no
pestañee entre página y página.
Y cómo no descubrirse
ante un dibujo que nos lleva de la mano por todos los paraísos e infiernos
imaginables del Nuevo y del Viejo Mundo: desde la Corte de Madrid a los
palenques de los esclavos libertos, de las naves que cruzaban el océano a las
nevadas cumbres andinas, Guarnido dobla la apuesta y vuelve a demostrar
por qué es quizá el dibujante español con mayor proyección internacional. Su
capacidad para dibujar escenarios con todo detalle solo tiene parangón con su
arte para poblarlos de personajes memorables, los genuinos hijos de aquel
tiempo de miseria, temeridad y sueños de grandeza.
Muchas veces se nos ha
contado la terrible y fascinante época de la América colonial desde arriba,
desde la épica y los grandes nombres escritos en grandes caracteres en los
libros de Historia; El Buscón en las Indias nos invita, en cambio, a
verla desde abajo, desde la óptica de los parias, los menesterosos y los
buscavidas. Ello hace de esta novela gráfica no solo una vertiginosa sucesión
de aventuras, unas desopilantes y otras estremecedoras, sino también un
emocionante relato de fondo social, un grito contra la injusticia y en favor de
la libertad.
Sobre los autores:
Juanjo Guarnido (Granada, 1967) es uno de nuestros creadores más
internacionales. Se formó en la facultad de Bellas Artes de Granada y se asomó
al mundo de la historieta colaborando en distintos fanzines, de donde pasó a realizar
portadas e ilustraciones para Planeta De-Agostini. Durante los años 90, trabajó
para la televisión y como animador en la compañía Disney. En 2000, su amistad
con el guionista Juan Díaz Canales culminó en la creación de una de las
obras maestras de la historieta española, Blacksad (Norma Editorial), que ha
vendido cientos de miles de ejemplares y le ha valido multitud de galardones,
incluidos el premio a la mejor serie en Angulema, el Eisner al mejor artista
completo y el Premio Nacional del Cómic otorgado por el Ministerio de Cultura. El Buscón en las Indias es su creación más reciente,
y en ella nos ofrece, como es su costumbre, un auténtico recital gráfico y
narrativo.
Alain Ayroles (Lot, 1968) es un brillante guionista francés apasionado por la
historieta, el dibujo, la literatura y los juegos de rol. Se formó en la Academia
de Bellas Artes de Angulema, se inició en el campo de la animación y se curtió
como guionista en las series Garulfo (1995-2002) y De capa y colmillos (1995-2016), que será recuperada próximamente por Norma
Editorial en dos espectaculares volúmenes integrales. En España hemos podido
disfrutar de su talento en la citada De capa y colmillos y en el volumen integral D. Diario de un no muerto (Norma Editorial, 2016). El Buscón en las Indias es su último libro hasta la
fecha, y también el más ambicioso.