A mediados de este agosto Ivréa lanzaba el cuarto volumen de Devilman G (ル マ G (グ ル モ ワ ワ ー), también conocido como Devilman Grimoire, un manga escrito y dibujado por Rui Takato con motivo del 40 aniversario de Devilman para presentar la franquicia a las nuevas generaciones.
El manga se publicó en la revista Champion Red de Akita Shoten de mayo de 2012 hasta enero de 2014, recopilándose en 5 tankoubons.
Ivréa nos ofrece esta serie en un formato idéntico al japonés: tomos rústica con sobrecubierta tamaño B6, con algunas páginas interiores a color, y contando con cadencia bimestral.
Y ahora, ¡al lío!
Y ahora, ¡al lío!
La historia en los tomos anteriores nos plantea como en el mundo al margen de lo que la gente sabe, los demonios campan a sus anchas y han convertido sus rincones en un auténtico matadero.
Miki Makimura, una estudiante de instituto que decidió en primaria que era una bruja, y haciendo uso de un anillo que asegura es el del mago Salomón, realiza acccidentalmente una invocación a partir de la cual un demonio legendario de la antigüedad llamado Amon sustituye a la consciencia de su hermano adoptivo Akira Fudo y toma el control de su cuerpo, convirtiéndose en un imparable y poderoso huracán de muerte que barre con los demonios en un auténtico festival de vísceras.
En el volumen anterior veíamos como el general demoníaco Atrocius decide lanzar un ataque contra el instituto dónde se encuentran Amon, Sirene y Miki, ahora convertida en Devilman tras haber absorvido algunos demonios, desatando todo un infierno.
Por desgracia para Atrocius, este plan le lleva a enfrentar a la vez a Amon y Nix (Hikaru Tomoda), y a pesar de su virtual inmortalidad gracias a sus infinitas colas, terminará viéndose superado por unos guerreros cuyo poder parece no tener fin.
Tras superar esta batalla, nuestros amigos conoceran a unos nuevos aliados en las Tropas Devilman, toda una serie de humanos cuya voluntad no fue eliminada por los demonios, como le ha sucedido a Miki, y cuyo objetivo es elimianr a los demonios que amenazan a la humanidad.
A la cabeza de este pequeño ejercito rebelde se encuentra Ryo Utsugi, quién en su interior posee a un demonio llamado Zenon, quién traicionó a los demonios en el pasado y que se dice posee el poder de Dios.
Un poder que, por supuesto, no les hace ninguna gracia al Senado de los Demonios.
El resultado es un volumen repleto de nuevas alianzas y traiciones conforme nos acercamos al apoteósico final.
Con esto Rui Takatou nos ofrece una revisión del conocido mito de Devilman que deja las expectativas bien altas no solo al recuperar toda la esencia y brutalidad del personaje, si no que nos ofrece una auténtica fiesta sangrienta carente de moralidad que es, a todas luces lo que esperábamos de este manga: Matanza y sexo sin tabúes, todo con un ambiente bizarrísimo.
En el volumen anterior veíamos como el general demoníaco Atrocius decide lanzar un ataque contra el instituto dónde se encuentran Amon, Sirene y Miki, ahora convertida en Devilman tras haber absorvido algunos demonios, desatando todo un infierno.
Tras superar esta batalla, nuestros amigos conoceran a unos nuevos aliados en las Tropas Devilman, toda una serie de humanos cuya voluntad no fue eliminada por los demonios, como le ha sucedido a Miki, y cuyo objetivo es elimianr a los demonios que amenazan a la humanidad.
A la cabeza de este pequeño ejercito rebelde se encuentra Ryo Utsugi, quién en su interior posee a un demonio llamado Zenon, quién traicionó a los demonios en el pasado y que se dice posee el poder de Dios.
Un poder que, por supuesto, no les hace ninguna gracia al Senado de los Demonios.
Con esto Rui Takatou nos ofrece una revisión del conocido mito de Devilman que deja las expectativas bien altas no solo al recuperar toda la esencia y brutalidad del personaje, si no que nos ofrece una auténtica fiesta sangrienta carente de moralidad que es, a todas luces lo que esperábamos de este manga: Matanza y sexo sin tabúes, todo con un ambiente bizarrísimo.
Y a todo esto le sumamos su estilo de dibujo, que con ese toque ágil y viejuno es capaz de capturar por completo la esencia característica que rodea toda obra de Go Nagai, y que además en este volumen continúa acentuando el erotistmo hasta niveles insospechados, regalándonos viñetas dignas del hentai más perturbado.