Editorial IVRÉA nos ofrecía entre sus novedades de inicios de mayo de 2019 el volumen 25 de PRISON SCHOOL (Kangoku Gakuen / 監獄学園), esta pedazo de obra maestra del ecchi fruto de la perturbada mente de Akira Hiramoto.
En esta ocasión nos viene con una portada protagonizada por Gakuto, un personaje a quién veremos cambiar la suerte en este volumen.
Como bien sabéis la serie llegaba a las librerías especializadas asociadas con su primer tomo el pasado mes de julio de 2016, con una cadencia mensual / bimensual que probablemente continúe, ya que esta locura de historia llegaba a su final el pasado 25 de diciembre de 2017 en la Young Magazine de Kodansha, quedando con un total de 28 tomos, además de un flamante spinoff protagonizado por Meiko titulado Fukukaichou wa Ganbaru (副会長ガンバル。La vicepresidenta hace lo que puede), que esperamos llegue también a nuestro país.
IVRÉA nos ofrece la colección en un formato de tomo idéntico al japones, una rústica con sobrecubierta y solapas y una traducción respetuosa e impecable que conserva todos los matices originales, como el típico gozaru de Gakuto.
Hiramoto comenzó a publicar su manga en la Young Magazine de Kodansha en febrero de 2011. Actualmente cuenta con mas de 4 millones de copias en circulación y recibió el el premio al Mejor Manga en la edición número 37 de los Premios Kodansha en mayo del pasado año, lo cual dio luz verde a un anime de 12 capítulos y un OVA emitidos originalmente en Japón entre Julio y Septiembre de 2015, y también una serie live-action emitida entre Octubre y Diciembre de 2015. Casi nada.
La historia nos traslada a la Academia Privada Hachimitsu, una estricta y prestigiosa institución de educación secundaria femenina que goza de un alto nivel académico y que, a pesar de encontrarse en plenos suburbios de Tokio, se comporta como un internado con instalaciones para albergar a su millar de estudiantes. En base a un cambio de dirección, se decide convertir el centro de enseñanza en mixto, aceptando a nuestros cinco protagonistas: Kiyoshi Fujino, Takehito "Gakuto" Morokuzu, Shingo Wakamoto, Jouji "Joe" Nezu, y Reiji "Andre" Andou.
Pronto descubren la existencia de un Comité Estudiantil Secreto, que odiandoles por ser hombre los condena a una medida tan absurda como drástica: encerrarles en una prisión para cumplir una condena de trabajos forzados bajo la vigilancia de la espectacular y neumática vicepresidenta Meiko Shiraki (a la cual es imposible no amar y comprarse compulsivamente todo su merchandise), la monísima y sociópata secretaria Hana Midorikawa y la presidenta entrenadora de cuervos e hija del director, Mari Kurihara.
Tras quedar libres hace aparición el Comité Estudiantil (el de verdad), formado por la déspota y rencorosa con pelo de taladro Kate, la sádica y ojerosa Risa y la adorable Mitsuko, decide hacer cumplir a su homólogo secreto la misma condena que sufrieron nuestros protagonistas...
Finalmente el largo e inacabable duelo de jinetes, en el que Mari Kurihara y Kate se juegan la existencia de cada uno de sus consejos, que llevamos viendo en los últimos volúmenes, llega a la traca final.
Cuando Kate queda totalmente indefensa con la adorable Mitsuko, desata un arma de destrucción masiva cuando suelta los moños de la segunda, desatando un el apocalipsis sobre todos gracias a su área de efecto de caos y desastre calenturiento puro.
Una cadena de sucesos que termina lanzando sobre Andre y en general todos los presentes en el instituto un helicóptero con el director en su interior; un desastre de dimensiones dantescas y totalmente desproporcionado que nadie hubiese podido esperar.
En medio del pánico, Gakuto continúa persiguiendo su adorada PBR, lo cual, de alguna manera termina salvando el día al impedir de alguna manera que haya víctimas.
La semana siguiente, todo esto ya se ha superado, pero las secuelas son terribles; mientras las chicas ahora adoran a Andre por su fuerza y a Gakuto por haberlas salvado a todas de su aciago destino, los demás reciben un rechazo unilateral. Un rechazo que en especial sufre Kiyoshi, que tras haber participado con la polla fuera y totalmente entrempado, ahora es insultado con asco por todas sus compañeras.
Esta situación insoportable termina por hundirle cuando cree que Chiyo también le rechaza por culpa de un malentendido con Hana (uy uy Hana, que te empiezas a quedar colgada...), lo cual le lleva a casi suicidarse empalmado (la lógica de este portento) para manifestarse por el mal trato sufrido.
Una situación que por suerte detiene la propia Chiyo, dejandole claro al muchacho que sigue estando de su parte, y recordandole la barbacoa prometida para después del torneo, en la cual además el pretende declararse a su amada.
Mientras trata de preparar la prometedora barbacoa y tras unos fortuitos y eróticos encontronazos con Mitsuko (más información a la derecha), nuestro protagonista decide ayudar a la pobre chica a que se encuentre a solas con Gakuto, quién ahora está solicitadísimo por todas las hembras del instituto.
Un plan para reunir a estos dos enamorados para que puedan hablar de su fanatismo por los Tres Reinos y quizá avanzar en su peculiar relación, que se ve interrumpido inevitablemente por las seguidoras de Gakuto...
¿Recordáis a La Perra del duelo de jinetes? ¿Aquella Gal calentorra que se enfrentó a Kiyoshi? Pues métela en una caja, enseñando teta y bragas con el pobre Gakuto y... ¿qué puede pasar?
Akira Hiramoto continúa superándose a cada tomo, cada vez con más malentendidos y una situación más alocada para nuestros protagonistas, quienes empezamos a preguntarnos si llegarán vivos y con sus genitales intactos al final de la historia.
Cuando Kate queda totalmente indefensa con la adorable Mitsuko, desata un arma de destrucción masiva cuando suelta los moños de la segunda, desatando un el apocalipsis sobre todos gracias a su área de efecto de caos y desastre calenturiento puro.
Una cadena de sucesos que termina lanzando sobre Andre y en general todos los presentes en el instituto un helicóptero con el director en su interior; un desastre de dimensiones dantescas y totalmente desproporcionado que nadie hubiese podido esperar.
En medio del pánico, Gakuto continúa persiguiendo su adorada PBR, lo cual, de alguna manera termina salvando el día al impedir de alguna manera que haya víctimas.
Esta situación insoportable termina por hundirle cuando cree que Chiyo también le rechaza por culpa de un malentendido con Hana (uy uy Hana, que te empiezas a quedar colgada...), lo cual le lleva a casi suicidarse empalmado (la lógica de este portento) para manifestarse por el mal trato sufrido.
Una situación que por suerte detiene la propia Chiyo, dejandole claro al muchacho que sigue estando de su parte, y recordandole la barbacoa prometida para después del torneo, en la cual además el pretende declararse a su amada.
Un plan para reunir a estos dos enamorados para que puedan hablar de su fanatismo por los Tres Reinos y quizá avanzar en su peculiar relación, que se ve interrumpido inevitablemente por las seguidoras de Gakuto...
¿Recordáis a La Perra del duelo de jinetes? ¿Aquella Gal calentorra que se enfrentó a Kiyoshi? Pues métela en una caja, enseñando teta y bragas con el pobre Gakuto y... ¿qué puede pasar?
Akira Hiramoto continúa superándose a cada tomo, cada vez con más malentendidos y una situación más alocada para nuestros protagonistas, quienes empezamos a preguntarnos si llegarán vivos y con sus genitales intactos al final de la historia.
