El pasado mes de diciembre la editorial Ivrea publicó el segundo número de una de sus nuevas series en catalogo manga seinen, estamos hablando de Devils Line, obra de Ryo Hanada y que últimamente es conocida gracias a su anime. Recordemos que se encuentra actualmente en publicación en Japón con 11 tomos recopilatorios.
En cuanto al formato de este manga es un volumen en rustica con solapas en formato B6 que cuenta con un tamaño de 23 x 18 cm. En su interior encontraremos 200 páginas en blanco y negro manteniendo el mismo formato que el original Japonés, incluyendo la tira cómica de las portadas interiores. El cómic como tal tiene un precio de 8.50€ para todos aquellos que quieran hacerse con el, lanzándose con una periodicidad bimestral hasta alcanzar a la edición japonesa.
Tras conocer a Anzai, Tsukasa empieza a tener sentimientos por el chico que la salvó, invitándolo mas a menudo a visitarla y pasando tiempo juntos. Sin embargo no es el único que se enterará de estas citas ya que en una de estas visitas al piso de Tsukasa una francotiradora atacará y con su disparo dejará marcada la cara de la chica y un reguero de sangre tras de si. Con el frenesí de la situación Anzai podrá controlarse y no atacar a Tsukasa, pero no será tan fuerte de voluntad como para quedarse y correrá tras la agresora.
Pero el vampirismo de Anzai le nublará la mente y en el ataque a la francotiradora terminará herido de gravedad, y si no acaba muerto es gracias a una tercera persona que le salvará la vida. Este amable salvador resultará ser otro vampiro mestizo, como el propio Anzai, que comenzará una pequeña amistad con Tsukasa buscando juntos ayudar a los vampiros.
El problema es que por mucho que ellos dos quieran salvar a la comunidad vampírica no todos piensan igual, y en concreto habrá un grupo de personas que intentando revelar ante el mundo a estas criaturas crearán el caos en el centro de la ciudad.
La historia romántica entre Tsukasa y Anzai continua a pasos cortos pero constantes, ya que aunque el amor este en el aire también lo está el olor a sangre y eso turbia la mente de nuestro vampiro. Y no es de extrañar porque el terror de poder hacer daño a la persona que quiere es lo que aleja a Anzai de la dulce chica. Por suerte parece que ahora se nos plantea una posible mejora a la situación, la posibilidad de que Anzai sea capaz de controlar sus impulsos tomando un poco de sangre cada día, aunque no sabemos si este aceptará así como así dicho tratamiento.
En otro orden de cosas, nos plantean un nuevo enemigo en el horizonte, aquellos que están en contra de los vampiros tras haber sufrido una agresión por su parte o simplemente al considerarlos peligrosos y objetivo de exterminio. Obviamente las soluciones de esta gente no resultan ser pacificas pero será interesante ver como se desarrolla y evoluciona la relación entre estos dos grupos tan dispares.
Artísticamente hablando el volumen tiene grandes momentos, como los de acción y suspense, con mucha energía explosiva que logra engancharnos y hacernos saltar de la silla gracias a los elementos cinemáticos tan bien ajustados; a la vez que algunas de las escenas estáticas son para echarse a llorar de lo mal realizadas. Seamos sinceros, las proporciones no son el fuerte de Hanada Sensei y esto se nota en las primeras viñetas del volumen, en las que las manos de Tsukasa y su cabeza tienen proporciones totalmente desiguales.
Por suerte la trama de esta historia nos tiene bastante enganchados y el equilibrio entre acción, suspense y romance se mantiene de una forma perfecta, logrando que todo nos acerque poco a poco a sus personajes, que aunque distantes y algo difíciles de comprender, resultan unos buenos hilos conductores con los que dirigir esta serie. Ya tenemos ganas de leer el siguiente número y conocer la respuesta de Anzai.