Entre las novedades manga de este pasado mes de abril de Panini Comics llegaba el volumen 74 y último del popular shonen Bleach (ブリーチ ), con el que llegamos tras un extenso recorrido al final de uno de los mangas que marcaron a toda una generación de otakus y en la que por fin podemos presenciar el desenlace del enfrentamiento entre Kurosaki Ichigo y el malvado Yhwach.
Como no podía ser de otra forma, Panini nos ofrece un tomo que es una copia exacta del tankoubon japonés, en un formato rústica con sobrecubierta de 11,5x17cm dentro del cual encontramos 231 páginas en blanco y negro que reúnen los capítulos 675 a 686 de la historia en el tomo más grueso de toda la colección.
Bleach (ブリーチ) es una serie shonen obra de Kubo Tite (久保 帯人) que comenzó su publicación en agosto de 2001 en la revista Weekly Shonen Jump. El manga de Kubo Tite finalizó su publicación páginas de la Weekly Shonen Jump el 22 de agosto de 2016 tras 15 años en activo, contando con un total de 74 volúmenes tankoubon, entrega que alcanzamos al fin en nuestro país.
Finalmente el momento ha llegado; Yhwach y Kurosaki Ichigo se encuentran frente a frente para dar paso a la batalla final entre padre e hijo, una batalla para la que todos sus amigos han estado combatiendo a lo largo y ancho de la sociedad de las almas con el fin de lograr que nuestro protagonista llegara fresco contra el progenitor de los Quincy, quién busca el final y renacimiento del mundo mortal, la Sociedad de Almas y Hueco Mundo como una sola cosa, previa destrucción de todo lo anterior.
Mientra los últimos combates entre Shinigamis y Wandenreich aun hacen temblar el Seireitei, la esperada batalla en la sala del trono da comienzo, con un Kurosaki Ichigo que, para poder hacer frente al The Almighty de Yhwach que le permite ver el futuro decide llevar su poder un paso más allá, fusionando su energía Shinigami, Quincy y Hollow para dar lugar a una nueva forma que es la suma de todas sus partes.
Otra nueva transformación para nuestro protagonista que se suma a la docena que hemos visto a lo largo de Bleach y que hace evolucionar a Zangetsu una vez más.
Pero para desgracia de Ichigo, su evolución y su poder son menos que insuficientes cuando al verdad sobre la naturaleza de The Almighty es revelada: Su poder no es el de ver los futuros, si no el de alterarlos.
Ante semejante revelación, todos los esfuerzos y toda la fuerza de la que pueda hacer gala nuestro héroe quedan en nada, dando paso a un vapuleamiento ejemplar en el que ni el héroe ni la pobre Orihime tienen mucho que decir.
Totalmente en manos de Yhwach, la esperanza de victoria va desvaneciéndose entre sus dedos hasta que lo único que queda en sus corazones es la desesperación ante lo imposible, cayendo derrotados completamente a sus pies y dejando que el villano parta para poner punto y final al universo tal y como lo conocemos.
Pero aun derrotado y sin esperanza, Kurosaki Ichigo no se encuentra solo.
Mientras Renji y Rukia llegan al auxilio de su amigo, Yhwach se encuentra frente al otro ser más poderoso del Seireitei; el siempre presente e imperturbable Aizen, quién en un acto de pura rebeldía decide alzarse contra el rey de los Quincy.
Con estas cartas dispuestas sobre la mesa, Tite Kubo nos lleva hasta el último asalto contra Yhwach, en el que podremos ver como Aizen y Kurosaki unen fuerzas por primera vez, sumándose a la contienda otros personajes como Renji o Ishida, intentando lograr la derrota de un ser que ha superado a los dioses.
Unas páginas repletas de acción y de un arte que nos deja boquiabiertos, con el fino y exacto trazo del mangaka alucinándonos en unas viñetas repletas de dinamismo, dignas de este último combate.
Y para dar punto y final, las siete decenas y media de tomos nos dejan con un bonito (e innecesario) epílogo que nos sitá diez años después... un último detalle para dar cierre a esta serie que tantas alegrías nos ha dado.
¡Hasta pronto amigos!
Mientra los últimos combates entre Shinigamis y Wandenreich aun hacen temblar el Seireitei, la esperada batalla en la sala del trono da comienzo, con un Kurosaki Ichigo que, para poder hacer frente al The Almighty de Yhwach que le permite ver el futuro decide llevar su poder un paso más allá, fusionando su energía Shinigami, Quincy y Hollow para dar lugar a una nueva forma que es la suma de todas sus partes.
Otra nueva transformación para nuestro protagonista que se suma a la docena que hemos visto a lo largo de Bleach y que hace evolucionar a Zangetsu una vez más.
Ante semejante revelación, todos los esfuerzos y toda la fuerza de la que pueda hacer gala nuestro héroe quedan en nada, dando paso a un vapuleamiento ejemplar en el que ni el héroe ni la pobre Orihime tienen mucho que decir.
Totalmente en manos de Yhwach, la esperanza de victoria va desvaneciéndose entre sus dedos hasta que lo único que queda en sus corazones es la desesperación ante lo imposible, cayendo derrotados completamente a sus pies y dejando que el villano parta para poner punto y final al universo tal y como lo conocemos.
Pero aun derrotado y sin esperanza, Kurosaki Ichigo no se encuentra solo.
Con estas cartas dispuestas sobre la mesa, Tite Kubo nos lleva hasta el último asalto contra Yhwach, en el que podremos ver como Aizen y Kurosaki unen fuerzas por primera vez, sumándose a la contienda otros personajes como Renji o Ishida, intentando lograr la derrota de un ser que ha superado a los dioses.
Unas páginas repletas de acción y de un arte que nos deja boquiabiertos, con el fino y exacto trazo del mangaka alucinándonos en unas viñetas repletas de dinamismo, dignas de este último combate.
Y para dar punto y final, las siete decenas y media de tomos nos dejan con un bonito (e innecesario) epílogo que nos sitá diez años después... un último detalle para dar cierre a esta serie que tantas alegrías nos ha dado.
¡Hasta pronto amigos!
