Cómic: Reseña de "Rai" vols 1 y 2 de Matt Kindt y Clayton Crain [Aleta Ediciones].

Aleta Ediciones continúa imparable en su inmersión en el universo Valiant, aumentando su catálogo el pasado noviembre con la publicación del segundo volumen de RAI, titulado Batalla por Nuevo Japón y secuela del primer tomo publicado por la misma editorial en octubre de 2015.

Con este motivo hoy os traemos esta reseña de los dos volúmenes en los que nos sumergiremos en el Japón del siglo XLI para que, aquellos que aun no conocéis esta obra, seáis conscientes de lo que os estáis perdiendo.

Los dos volúmenes comprenden los números regulares USA #1 al #4 y #5 al #8 respectivamente, en sendas rústicas de 112 páginas a todo color, incluyendo una buena galería de portadillas a modo de extras.

Rai (霊) fue el primer héroe original creado por Valiant, apareciendo en las páginas de Magnus Robot Fighter (noviembre 1991), cuya popularidad le llevo a poseer su propia serie de 9 números en 1992. En esta primera encarnación Rai era un espíritu guardián que protegía la nación de Japón en el siglo XLI, pasando dicho título y responsabilidad de padre a hijo durante generaciones.

Con la resurrección del Universo Valiant, Rai recibía una nueva serie regular en abril de 2014 bajo el fantástico equipo creativo formado por el escritor superventas según el New York Times Matt Kindt (Unity, Mind MGMT) y el dibujante estrella Clayton Crain (X-Force, Carnage), habiéndose publicado hasta agosto de 2016 la nada despreciable cantidad de 16 entregas en USA.

En el verano de 2012, el mercado norteamericano del comicbook se vio sacudido por la publicación del primer número de X-O Manowar. Con esta cabecera renacía el nuevo Universo Valiant, repleto de personajes y aventuras que se inspiraban en los que ya habían impactado a los lectores de todo el mundo dos décadas atrás, pero que ahora volvían a brillar con un vigor nuevo, deslumbrante.

Este nuevo proyecto editorial surgió como una apuesta personal del máximo responsable de Valiant Entertainment, Peter Cuneo, quien contó con la experiencia del editor ejecutivo Warren Simons para poner en marcha una nueva serie de cabeceras cuyo propósito era marcar un estilo propio en las estanterías de las librerías especializadas en cómic. Al frente de las primeras cuatro colecciones que se pusieron a la venta durante “el verano de Valiant” se encuentran algunos de los guionistas y dibujantes más interesantes y frescos del comic-book actual, consiguiendo un impacto tan grande entre los lectores que el Universo Valiant recibió uno de los Gem Awards que se entregan a las mejores editoriales del país, y el número 1 de X-O Manowar fue uno de los cómics más vendidos, tan sólo superado por los títulos estelares de los dos dinosaurios de la industria, Marvel y DC.

NUEVO JAPÓN - Siglo XLI

La historia de RAI nos traslada aun futuro distópico en el año 4001 d.C, en el que la isla de Japón poco tiene que ver con el archipiélago que conocemos actualmente. En este lejano futuro, la nación nipona se encuentra elevada sobre el propio planeta en órbita geosincrónica con la Tierra, adoptando la forma de una dantesca fortaleza aérea de proporciones continentales, en cuyo interior el pueblo japonés a prosperado mientras el mundo bajo ellos se destruía.

En el interior de la monstruosa masa de tecnología la sociedad japonesa se encuentra bajo el mandato de una inteligencia artificial eterna que responde al nombre de Padre, cuyas leyes y lógicas han permanecido imperturbables y no dan pie a discusión, dando pie a una sociedad tan disciplinada y leal como inerte de espíritu. En una sociedad integrada por 500 millones de civiles virtualmente inmortales, la reproducción ha dejado de ser algo viable, y en su lugar cada adulto es dotado por la compañía de un positron; un ser creado artificialmente destinado a cumplir el propósito de compañero y esclavo.

Pero la voluntad de padre no siempre es absoluta, y entre la sociedad surgen los radis, humanos que se oponen a esta dependencia tecnológica y que, obviamente, generan problemas a los agentes de la ley de Padre.

Pero respondiendo a su omnisciencia, Padre tiene a un solitario guardián atemporal encargado de proteger Japón de todos los males bajo su tutela: Rai, un héroe legendario que puede transportarse de forma instantánea sobre toda la superficie de la nación para hacer llegar el orden y la voluntad de Padre a cualquier rincón.

Este orden se ve perturbado cuando aparece el cadáver de una mujer que supone el primer asesinato tras mil años de paz inquebrantable. Dispuesto a esclarecer lo ocurrido tras este suceso, Rai comenzará una investigación que lo llevará hasta los más bajos fondos en busca del posible culpable de semejante transgresión.

Con estos motivos Rai recorrerá los rincones más peligrosos de Japón hasta llegar a Silk, un humano más viejo que el mismo Japón cuyas actividades delictivas y asociación con los radis es totalmente omitida por Padre y quién, inevitablemente, pondrá a Rai tras la verdad que se oculta no solo tras la muerte de esta mujer, si no tras la identidad de la misma e incluso del propio Rai.

Con esto da inicio una inclemente batalla por el control del Japón del siglo XLI, en al que tanto positrones como radis se alzarán bajo sus propios líderes contra Padre, en una guerra que no dejará indemne a una sociedad que hasta ahora había permanecido subyugada bajo el déspota régimen de una inteligencia artificial que se declaró como absoluta hace demasiado tiempo.

Un arco argumental que solo podemos definir como impresionante a nivel de planteamiento, cuyas bases de ciencia ficción van mucho más allá de lo visto en el noveno arte habitualmente y dejan más que clara la inmensa imaginación de la que dispone Matt Kindt.

Sin despeinarse, el guionista nos ofrece todo un universo complejo y repleto de matices y engaños que, aun así, se mantiene sobre unos sólidos y originales pilares capaces de soportar una trama repleta de conspiraciones y mentiras.

Unos pilares sólidos en los que se desarrollan unos personajes completos y carismáticos, a los que además el arte de Clayton Crain ha dotado de un aspecto inolvidable.

Crain aporta a Rai un grafismo sintético que le viene como anillo al dedo, aportando un arte difícilmente sustituible y que encaja perfectamente con el ambiente cyberpunk y la esencia tan futurista como decadente que envuelve a Japón del siglo XLI.

Rai nos ofrece un salto a un futuro al que nunca querríamos llegar pero, que sin embargo, no podemos evitar amar.