Manga: Reseña de "Bailando con Vampiros / Dance in the Vampire Bund" vol. #2 [Yowu Entertainment].

Yowu Entertainment nos traía tras una larguísima espera el pasado XXI Salón del Manga de Barcelona el ansiado segundo volumen de Bailando con Vampiros / Dance in the Vampire Bund (ダンス イン ザ ヴァンパイアバンド), un manga seinen de ambientación sobrenatural obra de Nozomu Tamaki publicado originalmente en la revista japonesa Comic Flapper a partir del 23 de junio de 2006.

En su haber, esta obra tiene 14 tankoubons (tomos recopilatorios), un volumen Gaiden (un spinoff vamos) y un anime del estudio SHAFT (Bakemonogatari) de 12 capítulos que también trajeron en su momento a nuestro país los chicos de Yowu.

Ahora nos toca ponernos a la espera del tercer volúmen, rezando por que este no se demore tanto ni tenga tantos problemas como han presentado la publicación de sus dos primeros tomos.

Mina Tepes, no nos olvides.

Un país para los vampiros.
Pasando a la materia interesante, el manga de Nozomu Tamaki centra su historia en Mina Tepes, reina de todos los vampiros de la tierra, la cual decide que ha llegado el momento de abandonar las sombras.

Con este propósito pudimos ver en el primero volumen como Mina compraba a base de deuda pública una isla artificial al gobierno de Japón e instauraba su pequeño reino independiente, donde acogería a todos los seres de la noche del planeta mostrando abiertamente su existencia.

Este cambio sin precedentes revolucionará a toda la humanidad ante la aparición del "Bund" y el reinado de esta monarca con aspecto infantil sobre unas cuarenta mil bestias sobrenaturales.

En esta situación conocíamos al protagonista de esta historia, Akira Kaburagi Regendorf, un joven hombre lobo que juró lealtad a Mina cuando ambos eran niños. Ahora, convertido en su guardaespaldas y niñera personal, Akira se ve trasladado al lado de Mina para protegerla de todo mal, teniendo que convivir con el resto de seres del Bund bajo constante peligro frente a todos los detractores de la monarca vampira.

Problemas internos.

En este volumen Mina se enfrenta a una nueva serie de problemas al intentar interactuar abiertamente con la sociedad humana.

El primero de ellos surgirá a raiz de su incursión en los territorios humanos que rodean al Bund durante el número anterior, lo cual despertará las reticencias del gobierno japonés, así como la enemistad del ministro encargado de los trámites con el país de Mina.

Totalmente contrario a la integración entre la sociedad humana y vampira, el ministro tratará de sacar todo su armamento burocrático para recluir a los seres sobrenaturales en su territorio, sin conocer la frialdad y crueldad con la que pueden abarcar los temas aquellos bajo las órdenes de Tepes.

Al mismo tiempo, Mina se incorporará a asistir a las clases en el mismo centro donde se encuentra inscrito Kaburagi, despertando el odio de todos los estudiantes humanos a su paso.

El concilio estudiantil decidirá oponerse a la inclusión de estudiantes vampiros en el centro, pero Mina se encontrará totalmente preparada para hacer frente a esta oposición, revelándose como la auténtica fundadora y directora del instituto religioso.

A pesar de los esfuerzos de Mina Tepes por poner orden, la desaparición de la presidenta del consejo estudiantil y el rapto del nieto del ministro provocará todo tipo de disidentes entre humanos y vampiros, agravándose cuando el propio Akira comience a sospechar de los métodos de Mina, plantandole cara a la princesa a la que él mismo debería proteger.

Con estas cartas sobre la mesa nos encontramos en un volumen con cuya interesante trama Nozomu-sensei continúa sumergiéndonos en su peculiar y original historia de vampiro, repleta de matices políticos y de un buen montón de acción sangrienta, adornada con el extraño romance que parece rodear a Akira.

La narrativa de Nozomu Tamaki continúa mostrándose muy fluida, presentando rápidamente la situación y a sus personajes, a los cuales podemos llegar a conocer profundamente en tan solo unas páginas, en las que mezcla la acción con la trama habitual con un toque muy natural, sin dejar de lado esa esencia perturbadoramente sexual que acompaña a toda buena historia vampírica.
Una sensualidad a la que acompaña Mina, nuestra loli frustrada favorita.

El nivel de dibujo continúa mejorando en este número, y poco a poco podemos ir viendo como el trazo del autor va mejorando conforme nos acercamos al final, augurando una notable mejora en un futuro no demasiado lejano.

Sin duda, un manga repleto de seres sobrenaturales y acción que encantará a todos los lectores aficionados a los vampiros.