Cómic: reseña de "La Espada vol. #2; Agua" de los hermanos Luna [Aleta Ediciones].

Aleta ediciones nos traía tras una larga espera tras la aparición de su primer número el segundo volumen de "La Espada", otra de las obras de los Hermanos Luna.

El último trabajo de los Luna, que se editó por primera vez por Image Comics en Abril del 2008 se encuentra finalizada y consta de 24 números recogidos en 4 volúmenes, habiéndo sido anunciada su adaptación al cine con David Hayter a cargo de la adaptación del guión (X-Men y Watchmen).

En esta ocasión, el segundo volumen titulado Agua recoge los números del 7 al 12 en una rústica de 144 páginas a todo color exactamente igual a la edición USA de Image, al precio bastante asequible de 14,95 euros.

Una oportunidad de poder disfrutar de este mito que nos sirven los Luna, aderezado con violencia extrema y misterio.

El arma de los dioses.
La historia de La Espada nos presenta a Dara Brighton, una estudiante universitaria y parapléjica que ve trastocada su vida cuando un trío de extraños con poderes increíbles aparecen en casa para reclamar una espada, acusando a su padre de ser algo más de lo que dice ser.

Pese a que todos niegan saber nada de lo uno ni de lo otro, la noche termina con el brutal asesinato de la familia y a Dara dada por muerta. Sin embargo, la fortuna quiere que Dara encuentre entre las ruinas de la casa la espada ancestral que los misteriosos asesinos andaban buscando. Tras tocar dicha Espada, Dara verá como su enfermedad se cura y no solo eso, si no que la Espada la dota de increíbles poderes.

Lo que sigue es una terrible persecución cuando el propio gobierno se revela como un enemigo adicional en busca de la Espada creada por los dioses, la cual puede dotar entre otras cosas a sus portadores de la vida eterna.
Perseguida por todos, Dara se abre paso entre un reguero de sangre hasta que logra liberarse de sus perseguidores, quedando como una asesina proscrita junto a dos personas que se unen en su huida: una buena amiga y un muchacho que en su momento fue alumno de su padre.

El muchacho explicará a sus compañeras las historias que contaba su padre como si fueran un relato de ficción en sus clases, y que sin embargo resultan ser la historia real de los tres hermanos divinos y la propia Espada de la que el fuera portador en eras remotas.

Ahora, conociendo la verdad y con el poderoso arma, Dara tiene lo necesario para emprender su venganza.
Una venganza a la que da comienzo dando con Zakros...

Zakros: Agua.

Con el relato sobre Demetrios, el padre de Dara, terminado, el grupo decide marchar hacia un lugar al que según las palabras de su propio progenitor en sus historias solía regresar Zakros: Nassau, en las Bahamas.

Haciendo acopio de los pocos bienes materiales reunidos en su huída, el trío comienza un largo y angosto camino hasta las paradisíacas islas, utilizando todos los medios disponibles e incluso aceptando la caridad de una familia que les ofrecerá su yate para el último tramo.

Sin embargo, la dura búsqueda de Zakros no se tornará sencilla en ningún momento; no solo Dara es el enemigo público número uno y debe estar escondiendo su rostro constantemente para no ser reconocida, si no que encontrar a Zakros en todo Nassau es todo menos sencillo.

Un objetivo que no se tornará en algo sencillo incluso una vez ambos se encuentren cara a cara.

La finalidad de este volumen es llevarnos hasta la sangrienta y caótica batalla desatada entre Dara y el propio Zakros, quién hará gala de unos poderes sobre el agua y el hielo dignos de la divinidad que asegura ostentar.

Balas de escarcha, muros de hielo, niebla, cuchillas heladas y un despliegue destructivo digno de presenciar se pasearán por estas páginas, en las que Zakros sembrará la muerte entre los humanos como si fuesen menos que insectos, utilizándolos contra Dara en todo momento.

Una batalla que escalará hasta proporciones cataclísmicas dignas de una película de superhéroes, y con la que Joshua Luna desata toda su capacidad para la narración épica, alcanzando unos niveles tan altos que incluso el mediocre dibujo del que hacen gala es totalmente olvidado conforme la lectura nos absorbe inevitablemente.

Un volumen que supera con creces a su predecesor, y que solo nos infunde más ganas de continuar presenciando la cada vez más brutal y justificada venganza de Dara Brighton.