Hola que tal, ¿La pandemia bien? Aquí seguimos en confinamiento comarcal, así que se hace difícil reunirme con mis colaboradores habituales para probar un juego nuevo, así que… efectivamente, hoy toca uno de mis desvaríos que suelo tener de tanto en tanto, no me culpéis a mí, culpadle al tipo que quiso improvisar la cena con un murciélago allá por China.
Hace ya un tiempo que quería escribir sobre este tema, miras el ranking de mejores juegos en Board Game Geek y se te ponen los dientes largos viendo los juegos que querrías tener pero no puedes por no tener espacio y tener un terremoto de 2 años y medio que lo único que quiere es jugar a demolición con tus juegos... Pero, por otro lado, uno piensa: ¿Cuáles serán los peores?
En general, las empresas de juegos de mesa testean los juegos, buscan un jugador “target” para vender su juego y en resumen miman su producto para que le de fama y beneficios; después, te podrá gustar más o menos el resultado final, pero lo que está claro es que ha habido una intención por gustar al cliente y ofrecer un producto de calidad; aunque eso no pasa siempre, el afán por conseguir dinero fácil hace que, de vez en cuando, salgan productos de dudosa calidad. En videojuegos tenemos muchos ejemplos, Mass Efect Andromeda o Aliens Colonial Marines por citar un par; en juegos de mesa ocurre menos, pero ocurre. Normalmente se trata de juegos de franquicias de películas o videojuegos que funcionaron bien pero que después, llevados a la mesa son tan horribles como juntar el dulce de leche con el zumo de limón (en serio, no lo hagáis).
En esta lista no aparecerán juegos anteriores al 1995, año del Colonos del Catán, año en el que, podemos decir, que se hizo EL JUEGO y al que llamaremos año 0. A partir de ahí pondremos “d.C” (¿Después de Cristo? No, después de Catan). El 1995 fue el año en el que los juegos empezaron a tener cara y ojos y un reglamento que no venía a ser el del Parchís reciclado una y otra vez. Los juegos a.C no se contabilizarán porque bastante tenía la gente con vivir sus vidas sin morir por alguna guerra contra algún cacique enemigo o un señor feudal belicoso, una epidemia de peste o simplemente porque no existía internet y bastante tenían con lo suyo, pobrecitos.
The Lord of the Rings: The Two Towers (8 d.C)
El juego de la
película salía un año después del estreno en cines y como buen producto de
merchandising que se precie, era feo, caro y malo.
Tenía un par de torres (y una pirámide ¿?) hechas con cartón que requerían del título de ingeniería mecánica para su ensamblaje, al final, por lo que decían sus jugadores, acababa roto y pegado con celo; las fichas, hechas como mandaba los cánones para los productos de mala calidad, eran hechas con fotografías de la película y acabado regulero y con un reglamento que daba lastimica verlo por su falta de consistencia y reglas hechas con tan pocas ganas como darse un martillazo en la rodilla. Cada personaje tenía unas stats que después se usaban poco durante el juego; El movimiento, por ejemplo, poco importaba porque después de mover tres casillas tenías que pararte para coger una carta, así que el resto de movimiento no servía para nada.
Básicamente, todo lo que hace un jugador es robar una carta, luego mover su pieza y luego quizás obtener algunos puntos, dependiendo de lo que diga la carta. Pero no puede obtener demasiados puntos, o de lo contrario Sauron le atacará y perderá algunos de ellos. Este es el único juego que he visto que castiga a un jugador por hacerlo bien; aunque es muy fácil hacerlo bien si sacas las cartas correctas.
Me gustó uno de los comentarios de un tipo de Minneapolis que lo compró que decía así: “Conseguí este juego en un mercadillo de garaje por menos de 1$ y quiero que me devuelvan mi dinero”. Sin comentarios.
El primero de ellos fue malillo pero tenía un pase, Las Dos torres fue lamentable y le seguiría el Retorno del Rey, otro tan infumable como este, (pero ya te habían engañado una vez, si comprabas El retorno del Rey ya era culpa tuya).
Fallen City of Karez
(17 d.C)
La ciudad de Karez fue una vez la joya de la corona en el vasto reino del
rey Tyrial, pero cuando perdió el control de su reino, la ciudad cayó en ruinas
a manos de las fuerzas oscuras que la rodeaban. Ahora el rey ha muerto, y su
heredero, el rey Tyrial II, ha decidido enviar a sus mejores señores para
levantar la ciudad caída y mantenerse firme contra todos sus enemigos, dentro y
fuera de las murallas de la ciudad.
En Fallen City of Karez, cada jugador asumirá el papel de un señor de uno de los gremios que buscan fortalecer su dominio sobre la ciudad en ascenso. Los jugadores se esforzarán por mantener un equilibrio entre mantener la ciudad segura para sus ciudadanos enviando grupos de exploración para derrotar cualquier amenaza y, al mismo tiempo, atraer a la ciudad emergente a nuevos aventureros que deseen llenar sus bolsillos con fortunas y sus nombres con gloria.
¿Y con una premisa tan espectacular como esta que pudo fallar? Se trata de un
juego euro, con gestión de trabajadores más un dungeon crawler, todo, en unos
acabados excelentes (el tablero es impresionante). Sinceramente, me costaba ver
donde estaba el problema, hasta que leí la palabra Kickstarter. Aquí ya
empezó a aclararse mis dudas. Resultó que la campaña de Kicstarter fue un completo desastre con gente que no recibió el juego después de haber pagado por él, el juego venía con unos agujeros en
las reglas por donde podría pasar Optimus Prime haciendo un baile cosaco, las
bonificaciones de los kickstarters brillaron por su ausencia y el desarrollador
del juego era desagradable y faltón.
Los pocos que llegaron a entender el juego dijeron además que estaba
desequilibrado, pero la mayoría ni tan siquiera pudieron porque no había por
donde coger el reglamento. Me quedo con una frase de un tipo que lo jugó: “En
algún lugar dentro de esta caja hay un juego, un buen juego. A la espera de ser
encontrado”. El resultado: Un fiasco que roza la estafa.
Coaster Park (22 d.C)
De la editora Pandasaurus nos llegó un juego que no era de dinosaurios, (en
serio, tienen como 6 o 7 juegos de esta temática en su catálogo), Coaster Park venía
a ser un juego de construcción de montañas rusas, donde tú mismo podrías diseñarlo,
construirlo y lanzar una canica para ver como funcionaba realmente, ¿el
problema? Que no funcionaba. ¡Chim-pum!
El juego tenía incluso una mecánica para comprar las piezas necesarias, es
decir, además de probar la física real de la montaña rusa, también hay un
tablero con tokens y esas cosas… qué tampoco funcionaba. Pero la parte
divertida, la de la montaña rusa, resultó ser un fiasco: La canica tendía a no
subir las colinas y por tanto, un juego roto. El juego fue descatalogado y
enterrado (jajaja, ¡cómo los dinosaurios! ¿Lo pilláis?... Vale, sí, es malísimo).
En la portada no podía faltar un dinosaurio |
Lost: The Game (11 d.C)
Otra idea desperdiciada u otro intento por sacar tajada como el de las Dos
torres. La idea no partía del todo mal (como la serie de TV), cogías a uno de
los supervivientes del vuelo de Oceanic y reclutabas a peña para montar tu
clan, debiendo luchar contra los rivales, matándolos o capturándolos, pero que
al final resultó ser un producto sin sustancia y una tomadura de pelo (mira tú,
como la serie de TV).
Reglas confusas (incluso después de leer las preguntas frecuentes en el
sitio web) y mecánicas de juego torpes. Demasiada aleatoriedad. Mucha nostalgia
de Lost, pero muy mal ejecutada.
Me quedo con una frase de
uno de sus jugadores desde Wisconsin: “No hay suficiente dinero ni sobornos en
el mundo para que vuelva a jugar este juego”.
El juego está a la altura de la serie, es igual de decepcionante |
Tetris: The Card Game
(16 d.C)
Cuando lo vi pensé, ¡ay! Pinta mal, cuando vi la calidad de los acabados, lo confirmó. No obstante, viendo lo que estoy poniendo aquí, no es tan malo como el resto. Es decir, es malillo, pero a algunos le podría gustar. Sencillo, tan sencillo que se juega en piloto automático, respecto a la temática, podría haberse llamado “tres en raya, el juego de cartas” que podría haber colado también. Básicamente porque en lo único que se le parece al Tetris es en el nombre, el resto, nada.
Es como querer hacer un juego de mesa de Mario Bros. Es decir, la gracia de
jugar a un Mario es la de saltar en el momento justo para esquivar los
martillos de los Hammer Bros (en serio, ¡qué difícil es esa parte!), saltar
encima de una tortuga para mandarla rodando a los goombas que vienen detrás y
ese tipo de cosas, por lo que un juego de Mario estaría abocado al frac… ¡oh! ¡Espera!
¡Y llegamos al podio! En tercer lugar, por ser un juego más aburrido que ver crecer el pelo…
Medalla de bronce: Aquí
no hay quién viva: El juego de mesa
Hecho por la gloriosa Falomir Juegos y acorde a sus estándares de calidad, se
nos presenta un juego con un tablero bastante malo, tanto en calidad como en ilustraciones.
¿Y de qué va este juego? ¿Trata de solventar un problema relacionado con el
tira y afloja entre Belén López y Emilio? (Gracias Wikipedia), ¿O de problemas
con hacienda con Deportes Guerra y alguna liada con Juan Cuesta de por medio?
Nope, básicamente el objetivo es entrar en todas las casas del edificio. Para
ello se podrá ir en ascensor o en escaleras. Tiras en una ruleta donde hay tres
posibles resultados. El primero el piso donde tienes que ir, el segundo si se
va en ascensor o por escaleras (si te toca ascensor pones tu ficha directamente
en el piso que ha tocado) y el tercero el número de escalones que subes… y ya.
Antena 3 y Falomir, ¿Qué podía salir mal? |
Bueno, al menos no es un Monopoly donde debes comprar personajes de la
franquicia…
Medalla de plata: Monopoly:
La que se avecina
El juego donde debes
comprar personajes de la franquicia (y plantarles un hotel encima, ya puestos).
No le veo yo la explicación a hacer un Monopoly sobre la serie, quizás hubiese
quedado mejor poner las viviendas o las urbanizaciones, ¡yo que sé! Todo antes
que hacer un juego de trata de personas. Afortunadamente, no han puesto a
Ondongo, el novio subsahariano de Berta, porque eso ya hubiese sido apoteósico.
Hecho en falta a Margarita en la casilla de la cárcel. Ese personaje siempre salía
ahí.
Irónicamente, Koke puede
tener 4 viviendas cuando nunca tuvo donde caerse muerto en la serie.
Me quedo con un
comentario de una chica de Murcia: “Menuda
basura por dios”.
Luego me encuentro noticias como esta
El mundo se va a la mierda |
Tuve que hacerlo :) |
Y por último llegamos al ganador, al mejor/peor juego… Cómo no podía ser de otra manera
Medalla de oro: Monopoly:
Longest Game Ever (14 d.C)
Los que habéis jugado a
este juego sabréis que el Monopoly no se termina, se abandona. Es aburrido,
repetitivo y, sobre todo, largo, muy largo. Los chicos de Hasbro decidieron que
no era suficientemente extenso así que sacaron una edición llamada Longest Game
Ever (El juego más largo hecho nunca) en el que básicamente amplia el tablero
con 66 propiedades y la posibilidad de pagar parte de la deuda en lugar de toda
de golpe (rompiendo los billetes en 4 partes), además de un tablero más grande,
viene también con un dado (en lugar de dos), ya sabes… para hacerlo más ameno. Acabar
en Bancarrota no significa que pierdas, puesto que el juego acaba cuando el
jugador se queda con TODAS LAS PROPIEDADES. Hasbro no especificó cuanto se
tardaba en jugar esta versión y después de un rato de investigación averigüé que
la mayor partida de Monopoly está en 1680 horas, lo que viene a ser 70 días
enteros, o dos meses y pico.
Me quedo con la opinión
de un tipo de Texas: “Tiene que ser una broma”.
Efectivamente, se ha dormido |
Era eso o sus venas |
Y hasta aquí hemos llegado. Afortunadamente para este mundillo, los juegos tienden a ser de mejor calidad que su contrapartida en videoconsolas o PC, donde las decepciones se suceden una tras otra.
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Del gran éxito de PS4 llega... |