Un nuevo número de nuestros mangas de cabecera llega a nuestras estanterías, siendo en esta ocasión el tomo número 20 del manga shonen Noragami, obra de Adachitoka protagonizada por el dios mendigo del chándal y sus amigos. Como siempre nos lo presenta Norma Editorial como una de sus novedades de noviembre.
El volumen se presenta en rústica con sobrecubiertas con solapas extraíbles, y tiene un tamaño de 11,5 x 17,5 cm, en cuyo interior podemos encontrar 192 páginas en blanco y negro siendo las dos primeras a color. En esta ocasión en la portada encontramos a Hiyori con aspecto melancólico pensando en Yato, quien aparece en su reflejo. El precio del tomo es de 8€ y está a la venta en tiendas de cómics, librerías especializadas y en la web de la propia editorial.
Las batallas han quedado atrás y parece que un momento de quietud y calma se alza sobre las cabezas de nuestros protagonistas. Bishamonte está de reposo y cuidada por sus shinkis, Tenjin alegre de tener de vuelta a todas sus Miko y Kofuku tiene sus desgracias bajo control. Sin embargo Yato vive con la tormenta en su cabeza igual que Hiyori y Kazuma.
Dos de ellos decidirán reunirse para conseguir un bien común, y es que Yato y Kazuma saben que el padre del primero tiene que morir, por mucho que el cielo se niegue a su existencia y que la vida del dios se ponga en juego, el precio se tiene que pagar. Así que la alianza que se forjará entre los dos será más por necesidad que por gusto: Yato necesita un Shinki que empuñar y Kazuma ha de proteger a Bishamonte ahora que ésta a visto el verdadero rostro del hechicero.
Así, mientras se intenta solucionar estos problemas en la casa de los dioses, Hiyori tendrá que hacer frente al suyo propio. Está demasiado ligada al mundo espiritual y no necesita que Tenjin se lo advierta, sabe que es preocupante y difícil para una humana el estar demasiado tiempo en la otra orilla, pero los sentimientos que la inundan parece que se desborden. Así que hará lo único que una humana puede hacer, adorar a un dios y ofrecerle un altar.
Así pues en este nuevo número del manga aunque por norma básica reine la tranquilidad y el ambiente en general sea de calma, sabemos que las tormentas interiores de algunos personajes están creciendo y desbordándose a un ritmo muy rápido. Esto ya se sabe suele ocasionar que la gente cometa errores y que estos errores los lleven a un final poco agradable, pero esperamos que no sea el caso de nuestros personajes.
Si bien hemos hablado de Yato y Kazuma, quienes tienen la escena más impactante la cual no vamos a spoilear; la decisión de Hiyori no se queda corta en cuanto a revelación sentimental, ya que por fin parece que la chica acepta sus sentimientos aunque sepa que no la van a llevar a ningún lugar.
Finalmente tenemos al personaje de Yukine, quien tras pasar por una nueva purificación y ser dejado atrás por Yato, decidirá comenzar de nuevo su camino hacia lo que él cree que es el bien, ayudando a quienes lo necesitan cuando más lo necesitan.
En cuanto al apartado artístico este manga cuenta con una gran escena, La Escena así con mayúsculas que hace que el resto del tomo parezca hasta soso y eso que suceden muchas cosas, sin embargo por ahora no diremos nada por riesgo a spoilers. Eso si, encontramos una gran variedad de escenas de lo más emocionantes sentimentalmente hablando y que consiguen dar todavía más profundidad a los personajes principales.
Nos ha gustado ver una faceta más madura y responsable de Yato, así como una más dulce e infantil de Yukine, quien acompañado de Nora consigue momentos muy entrañables que ablandaran el corazón de hasta el más seco. Obviamente Hiyori también tiene su momento de lágrima y poco a poco se va mostrando como realmente es una adolescente insegura que teme alejarse de aquellos a quien más quiere.
En conclusión, este tomo es uno de los más interesantes que no hemos encontrado hasta ahora gracias a la cantidad de revelaciones que encontramos aquí. Se nos pone los pelos de punta solo de pensar en lo que vendrá a continuación!
En cuanto al apartado artístico este manga cuenta con una gran escena, La Escena así con mayúsculas que hace que el resto del tomo parezca hasta soso y eso que suceden muchas cosas, sin embargo por ahora no diremos nada por riesgo a spoilers. Eso si, encontramos una gran variedad de escenas de lo más emocionantes sentimentalmente hablando y que consiguen dar todavía más profundidad a los personajes principales.Nos ha gustado ver una faceta más madura y responsable de Yato, así como una más dulce e infantil de Yukine, quien acompañado de Nora consigue momentos muy entrañables que ablandaran el corazón de hasta el más seco. Obviamente Hiyori también tiene su momento de lágrima y poco a poco se va mostrando como realmente es una adolescente insegura que teme alejarse de aquellos a quien más quiere.
En conclusión, este tomo es uno de los más interesantes que no hemos encontrado hasta ahora gracias a la cantidad de revelaciones que encontramos aquí. Se nos pone los pelos de punta solo de pensar en lo que vendrá a continuación!