Manga: Reseña de Yuna de la Posada Yuragi, de Tadahiro Miura. Panini Comics.

Una de las nuevas licencias manga que Panini Comics lanzaba este octubre era Yuna de la posada Yuragi, una comedia romántica tipo harem que añade una nota algo más picante a lo que solemos ver en su catálogo mensual.

Reseña de Yuna de la Posada Yuragi, de Tadahiro Miura. Panini Comics.

Panini con esto sigue apostando por aumentar la cantidad de licencias manga dentro de su sello editorial cada vez más variado, y lo sigue haciendo con una calidad indiscutible. En el caso de Yuna de la posada Yuragi, una vez más nos encontramos ante un tankoubon rústica con sobrecubiertas casi idéntico al original japones en un formato 11x5 x 17,5 cm, en cuyo interior encontramos 192 páginas en blanco y negro y una postal de regalo.

Yuragi-sou no Yuuna-san, título original de esta obra,  se estrenaba en la revista el 8 de febrero de 2016 siendo obra del mangaka Tadahiro Miura y ya cuenta con 16 volúmenes publicados.


Reseña de Yuna de la Posada Yuragi, de Tadahiro Miura. Panini Comics.
Yuna de la Posada Yuragi
Por si hubiera alguna duda, esta obra es transparente desde casi su primera página declarándose un manga de pechote. Nos encontramos ante la típica historia de corte harem en la que un protagonista masculino termina rodeado de bellezas que están locas por él y que, como resultado, terminan haciéndole la vida un infierno muy dulce.

Sí, ya sabéis de que va esto, ya hemos leído docenas.
Pero sabiendo esto, ¿en que se diferencia Yuna de la Posada Yuragi del resto de harems de tetica?

La diferencia más importante viene gracias a su protagonista, un adolescente llamado Kogarashi Fuyuzora que ha decidido dedicarse a esto del exorcismo. Y esta elección de carrera no viene por linaje familiar ni nada parecido, no... 

En unas breves viñetas, Kogarashi nos cuenta como siempre ha sido sujeto a ser poseído por espíritus, lo cual arruinó literalmente su vida cuando un corredor de apuestas se reventó todo su dinero en una apuesta arriesgada que salió fatal.

Reseña de Yuna de la Posada Yuragi, de Tadahiro Miura. Panini Comics.
Cabreado por su situación, Kogarashi decidió limpiar el mundo de espíritus a hostia limpia. Sí, nada de ritos ni movidas similares: el protagonista se limita a purificar a los espíritus errantes a puñetazo limpio. Muy vasco, el muchacho.

Pero nuestro amigo tiene necesidades básicas, como comer y tener un lugar dónde dormir, y un día se le ofrece una oportunidad única: quedarse gratis en la posada Yuragi si es capaz de deshacerse / convivir con el espíritu que habita en su habitación y que, obviamente, impide que cualquier otro inquilino la ocupe.

Por supuesto la oferta es demasiado jugosa para rechazarla, pero cuando Kogarashi se encuentra con el fantasma, descubre que no va a ser tan sencillo como soltarle un mamporro: el espíritu es Yuna, una muchacha de 16 años de lo más dulce que ni siquiera recuerda las causas de su muerte o por qué se ha quedado atada a este mundo.

Con el puñetazo descartado, Kogarashi decide ayudar a Yuna a investigar la causa de que permanezca en este mundo, y así impedir que su alma termine corrompiéndose.

Reseña de Yuna de la Posada Yuragi, de Tadahiro Miura. Panini Comics.
Con su misión decidida, Kogarashi se queda en la habitación con Yuna, pero por supuesto ellos no están a solas en la posada: además de la posadera encontramos tres inquilinas más que, además de estar jamonas e integrar automáticamente la casi totalidad del harem de Kogarashi, tienen la particularidad de ser cada una de ellas un ser mitológico japonés, desde una heredera de Shuten Douji hasta un Nekomata. ¡Un poco de todo, claro que sí!

Humor, pezón y fantasía se unen en esta historia de Tadahiro Miura que, independientemente de todas las situaciones embarazosas que se suceden sin parar viñeta a viñeta, logra sacarnos la sonrisa más de una vez.

Un manga sencillo y sincero, sin grandes complicaciones ni aspiraciones, que además cuenta con un arte precioso que logrará divertirnos y pasar un buen rato.