Panini Cómics lanzaba este mes de agosto el volumen 12 de Knights of Sidonia, la obra más reciente de ciencia ficción y mechas de Tsutomu Nihei (弐瓶勉), de quién ya veíamos rescatar bajo su sello a sus anteriores obras Biomega y Blame! Master Edition.
Knights of Sidonia (Sidonia no Kishi シドニアの騎士) nos llega en perfecto castellano gracias a la traducción de Daruma, en un rústica con sobrecubierta de 130x180mm en cuyo interior encontramos los capítulos 55 a 59 de esta historia a lo largo de 176 páginas. Una fantástica edición de la mano de Panini Comics en la que encontramos un clon del tankoubon japonés de Kodansha, con cuatro páginas iniciales a todo color y una rotulación y diseño de Drac Studio que nos deja más que contentos.
Knights of Sidonia (Sidonia no Kishi シドニアの騎士) nos llega en perfecto castellano gracias a la traducción de Daruma, en un rústica con sobrecubierta de 130x180mm en cuyo interior encontramos los capítulos 55 a 59 de esta historia a lo largo de 176 páginas. Una fantástica edición de la mano de Panini Comics en la que encontramos un clon del tankoubon japonés de Kodansha, con cuatro páginas iniciales a todo color y una rotulación y diseño de Drac Studio que nos deja más que contentos.
Este seinen es la obra terminada más reciente por el mangaka, una nueva historia de ciencia ficción dentro de su característico estilo que se inició en las páginas de la revista Monthly Afternoon en el año 2009, cerrando el 25 de septiembre de 2015 con un total de 15 tomos recopilatorios.
La obra ha recibido ya dos temporadas anime de la mano de POLYGON PICTURES, contando con dirección de Hiroyuki Seshita, codirección y supervisión de CG de Tadahiro Yoshihira, y de momento estamos a la espera de una tercera.
Antes de sumergirnos de lleno en el contenido de este volumen, pongámonos un poco en situación, amigos lectores.
Knights of Sidonia nos sitúa en un futuro en que los humanos han sido exiliados de las Tierra tras la invasión de una extraña especie alienígena llamada Gauna, monstruos gigantes e incomprensibles que tras expulsarles del sistema solar les han seguido persiguiendo durante siglos hasta la era que se nos presenta en esta historia.
Los restos supervivientes de la humanidad viaja en un enorme coloso espacial llamado Sidonia; un constructo monstruoso que sirve de arca de salvación y en cuyo interior de inmensas dimensiones se encuentra una gigantesca ciudad colmena con cielo propio e incluso lagos.
Para defenderse de la amenaza exterior que aun sigue persiguiéndola, esta nueva sociedad ha diseñado unos robots tripulados de gran tamaño llamados Morito (aka Guardianes); una linea de defensa escasa que posee unas lanzas llamadas Kabizashi capaces de dañar la placenta que rodea a los Gauna y exterminarlos.
Bienes escasos para una guerra perdida de antemano.
Tras el rescate de Ichigaya Teruru, una forma de vida artificial creada por el científico Ichigaya del bando de los pacifistas que, tras la reincoporación a la flota, no tarda en convertirse en otra de las componentes del harem de Nagate, da inicio una nueva misión que tiene como finalidad encargarse de la enorme nave compuesta Gauna en las cercanías de la estrella.
Dicha nueva misión tiene lugar a bordo del nuevo buque Mizuki de la clase Tazuganem, una nave armada hasta los dientes y equipada con la tecnología más puntera del Sidonia y contando en su muelle con varios guardianes entre los que se encuentran Nagate, Midorikawa Yuhata, Tsugumi y la propia Teruru.
Por desgracia para ellos, este primer contacto con la nueva nave compuesta se complica bastante cuando esta comienza a presentar comportamientos bastante inesperados.
Como resultado de este encuentro, Shô, una de las nuevas hermanas clónicas Honoka, es absorbida por la placenta guardián incluido, fusionándose con la entidad alienígena ante los atónitos ojos de sus compañeros y hermanas.
Mientras cunde el pánico entre el resto de pilotos de guardianes, esta situación nos permite viajar al interior de la placenta de la nave compuesta, dónde presenciamos unas escenas de lo más enigmáticas que nos hacen replantearnos una vez más la verdadera naturaleza de los Gauna.
La resolución de este episodio es aun más misteriosa, y arroja aun más preguntas sobre los lectores, algo con lo que claramente Tsutomu Nihei se encuentra jugando a estas alturas de la historia, al dar pistas cada vez más confusas sobre si esta raza abisal tiene realmente una consciencia propia o si solo se trata de comportamientos totalmente aleatorios.
Ya de regreso al Sidonia y tras superar este breve episodio y ver como Nagate se enfrenta a casi todas las mujeres de la nave tras algunos malentendidos de los que dejan cicatrices, veremos como su relación con Tsugumi continúa complicándose cada vez más.
Conforme los sentimientos comienzan a florecer en el cuerpo fusionado sin que Nagate lo note en su habitual empanamiento, la situación entre estos dos personajes parece irse complicando viñeta a viñeta, comenzando a prepararse unas repercusiones inesperadas para todos.
Tsutomu Nihei nos ofrece un volumen bastante interesante en el cual, continúa explorando aun más la naturaleza Gauna sin llegar a realizar ninguna revelación importante, pero acercándonos cada vez más, o eso esperamos, a alguna explicación sobre los mismos.
Sin duda, el final se acerca a pasos agigantados, y el próximo ataque de los Gauna está cada vez más próximo.
¡En breve, el volumen 13!
Dicha nueva misión tiene lugar a bordo del nuevo buque Mizuki de la clase Tazuganem, una nave armada hasta los dientes y equipada con la tecnología más puntera del Sidonia y contando en su muelle con varios guardianes entre los que se encuentran Nagate, Midorikawa Yuhata, Tsugumi y la propia Teruru.
Por desgracia para ellos, este primer contacto con la nueva nave compuesta se complica bastante cuando esta comienza a presentar comportamientos bastante inesperados.
Mientras cunde el pánico entre el resto de pilotos de guardianes, esta situación nos permite viajar al interior de la placenta de la nave compuesta, dónde presenciamos unas escenas de lo más enigmáticas que nos hacen replantearnos una vez más la verdadera naturaleza de los Gauna.
La resolución de este episodio es aun más misteriosa, y arroja aun más preguntas sobre los lectores, algo con lo que claramente Tsutomu Nihei se encuentra jugando a estas alturas de la historia, al dar pistas cada vez más confusas sobre si esta raza abisal tiene realmente una consciencia propia o si solo se trata de comportamientos totalmente aleatorios.
Conforme los sentimientos comienzan a florecer en el cuerpo fusionado sin que Nagate lo note en su habitual empanamiento, la situación entre estos dos personajes parece irse complicando viñeta a viñeta, comenzando a prepararse unas repercusiones inesperadas para todos.
Tsutomu Nihei nos ofrece un volumen bastante interesante en el cual, continúa explorando aun más la naturaleza Gauna sin llegar a realizar ninguna revelación importante, pero acercándonos cada vez más, o eso esperamos, a alguna explicación sobre los mismos.
Sin duda, el final se acerca a pasos agigantados, y el próximo ataque de los Gauna está cada vez más próximo.
¡En breve, el volumen 13!