Norma Editorial lanzaba recientemente entre sus novedades manga los tomos 14 y 15 de Seraph of the End (conocido en Japón como Owari no Seraph 終わりのセラフ), en los cuales continúa desarrollándose una trama cada vez más interesante en la que ya no sabemos quién es amigo y enemigo.
Norma Editorial nos trae una edición que hace honor a la serie, con un formato idéntico al japones en un rústica con solapas de 11,5 x 17,5 centímetros en cuyo interior hayamos 172 páginas en blanco y negro y cuatro a color, acompañadas de un precioso desplegable a color, en cuyo interior encontramos los capítulos 52 al 55 y 56 al 59 respectivamente.
Inició su publicación en Japón en la revista Jump Square de Shueisha el 3 de septiembre de 2012, y hasta la fecha ha recopilado un total de 15 tankoubons.
La popularidad del manga ha logrado que entre otros productos como novelas y toneladas de merchandising que cada día aumentan más, hayan surgido a estas alturas dos adaptaciones anime de la mano de WIT Studio que suman un total de 24 episodios, licenciados por Yowu Entertainment en nuestro territorio.
Un virus de origen desconocido ha aniquilado a casi toda la humanidad. Tan solo los niños menores de 13 años han logrado sobrevivir, aunque se hallan bajo el control de los vampiros en una ciudad subterránea. Yûichirô Hyakuya escapa de sus dominios y jura venganza tras participar en una huida frustrada en la que mueren todos sus amigos. ¡¿Cómo será el mundo que le aguarda una vez alcance la superficie?!
En el anterior volumen continuaban revelándose un buen número de secretos sobre lo realmente ocurrido hace 8 años, descubriéndose la terrible relación que existe entre Gurren y el cataclismo que se desató terminando con el mundo tal y como lo conocemos.
Mientras las revelaciones no paran de llegar, veíamos como se desataba una guerra interna entre los vampiros que terminaba con Krul Tepes y Ferid Bathory sufriendo un infierno en vida como castigo, ardiendo bajo el sol.
Pero mientras esto sucede, las maquinaciones de Ferid continúan imparables, en un plan demasiado retorcido como para que nadie logre entender cada uno de sus matices. En el centro de estos planes se encuentra el vampiro Crowley Eusford, quién obedeciendo a contras voluntad las peticiones de su superior, termina guiando al grupo formado por Yû, Mika y el resto de su equipo de compañeros hasta una de sus mansiones.
Allí nuestros compañeros encuentran un cierto descanso de las terribles batallas que han debido sobrellevar hasta ahora, al mismo tiempo en que comienzan a descubrir algo del pasado del propio Crowley, revelándose como un antiguo humano que lleva demasiado tiempo convertido al vampirismo.
Es en dicha mansión en al que Ferid mantiene, guardados en su subterráneo en una maquinaria que conserva sus cuerpos, los cadáveres no solo de la familia de Yû y Mika, si no de otros humanos muertos que de alguna manera sirven a su plan y que, ante la promesa de una posible resurrección, logra mantener a sus enemigos humanos a su lado.
Mientras tanto, Gurren y su equipo recién resucitado se dirigen al mismo punto siguiendo la orquesta bien trazada por Ferid... un trayecto que cada ve se torna más duro por Gurren...
...de quién cada vez podemos comprender más la condena en vida que se ve obligado a sufrir.
Daisuke Furuya continúa profundizando más y más en el trasfondo anterior a la historia que viven nuestros compañeros en estos momentos, estableciendo cada vez unos pilares más sólidos y destapando multitud de misterios que cada vez la hacen más atractiva.
Mientras las revelaciones no paran de llegar, veíamos como se desataba una guerra interna entre los vampiros que terminaba con Krul Tepes y Ferid Bathory sufriendo un infierno en vida como castigo, ardiendo bajo el sol.
Pero mientras esto sucede, las maquinaciones de Ferid continúan imparables, en un plan demasiado retorcido como para que nadie logre entender cada uno de sus matices. En el centro de estos planes se encuentra el vampiro Crowley Eusford, quién obedeciendo a contras voluntad las peticiones de su superior, termina guiando al grupo formado por Yû, Mika y el resto de su equipo de compañeros hasta una de sus mansiones.
Es en dicha mansión en al que Ferid mantiene, guardados en su subterráneo en una maquinaria que conserva sus cuerpos, los cadáveres no solo de la familia de Yû y Mika, si no de otros humanos muertos que de alguna manera sirven a su plan y que, ante la promesa de una posible resurrección, logra mantener a sus enemigos humanos a su lado.
Mientras tanto, Gurren y su equipo recién resucitado se dirigen al mismo punto siguiendo la orquesta bien trazada por Ferid... un trayecto que cada ve se torna más duro por Gurren...
...de quién cada vez podemos comprender más la condena en vida que se ve obligado a sufrir.
Por otro lado es imposible no destacar la maestría gráfica de Yamato Yamamoto, quién realiza una obra faraónica con un tomo en el que sus contrastes entre claros y oscuros logran crear un ambiente tenebroso cuando es necesario, siempre aderezado con escenas de acción dónde el dinamismo habla por si mismo. La inmensidad de detalles que podemos encontrar en sus viñetas también contrasta con las escenas de acción, dónde esos detallados fondos dan paso a un dinamismo que habla por si mismo.
Sin lugar a dudas una colección fuerte, de pilares sólidos, que se abre paso entre nuestra estantería shonen por méritos propios.