Siguiendo con las novedades del pasado mes de abril que lanzó Norma editorial al mercado, nos encontramos con el décimo tomo de su serie shojo Hormiya, divertida y dulce obra de Hero que cuenta con los dibujos de la gran artista Daisuke Hagiwara.
El volumen que nos presenta la editorial es un bonito formato en cartoné con sobrecubiertas que tiene un tamaño de 13 x 18 cm, en cuyo interior encontraremos 176 páginas en blanco y negro siendo las dos primeras a color. El precio de este volumen es de 8€.
El invierno continua con sus más y sus menos y mientras unos se tiene que dedicar a estudiar para aprobar los exámenes que suspendieron a lo largo del año, otros seguirán simplemente con su día a día realizando nuevas promesas y esperando estar juntos muchos años mas, pudiendo cumplir tradiciones como la de visitar los templos en año nuevo.
Sin embargo la vuelta a la normalidad y a las clases traerá nuevos achaques a la vida estudiantil, ya sea por traumas que incluirán las tallas de pecho de las chicas, o por pequeños recuerdos amorosos que involucren libros olvidados. Sin embargo el gran día se acerca cada vez mas de forma inexorable y nuestros personajes tendrán que ir pensando que quieren hacer cuando se gradúen.
Esta decisión será fácil para aquellos que sepan lo que quieren, pero quizás para los mas rezagados pueda suponer un problema. Por suerte Hori y Miyamura saben que tienen una cosa segura, que siempre estarán juntos, o al menos eso esperamos!
Nos encontramos con un número en el que aunque Hori y Miyamura tienen sus momentos románticos, también encontramos otras parejas que ven haciendo sus pinitos y que nos cuentan sus inicios, concretamente la del Presi y la dulce de su novia. Una historia muy romántica y bonita que ayuda a profundizar poco a poco en los personajes.
Por otra parte me pregunto su Yuki y Toru contarán como una relación estable de pareja o seguirán con su clásico tira y afloja, porque todavía no les hemos visto saliendo en serio. Todo se andará aunque una cita grupal con todas las parejas sería algo bonito.
Como nota discordante en este volumen hemos visto a muchos adultos, mas de los acostumbrados ya que el padre de Hori siempre suele aparecen en las viñetas, sin embargo en esta ocasión también hemos conocido al padre del presidente y no podemos mas que decir, que de tal palo, tal astilla.
En cuanto al arte del manga no puedo mas que pensar que se ha desperdiciado un ocasión única en la que podríamos haber visto a Hori con kimono junto a Miyamura, marchando los dos hacia el templo para celebrar el inicio y fin del año. Una pena porque sabemos que esta chica no es nada coqueta pero habría sido una bonita oportunidad para ver un cambio de estilo.
Curiosamente eso es lo que sucede con el padre de Hori, quien al peinarse por primera vez en diez números no lo hemos podido reconocer a la primera. Desde luego es todo un cambio en su estilo y nos ha parecido una escena realmente cómica el dialogo entre este y Miyamura.
En conclusión, un número mas en el que nuestros protagonistas siguen con sus vidas sin demasiados altibajos. La verdad es que tenemos ganas de que algo emocionante vuelva a suceder porque sentimos que la trama se ha estancado ligeramente y que sería necesario una buena sacudida para darle un poco mas de vida y emoción al asunto.