Esta primavera, Norma Editorial nos brindaba la más reciente obra del mangaka Inio Asano, un autor que gracias a su introspectiva obra se ha ganado a estas alturas el corazón de muchos. Hablamos de Reiraku 零落, título que traducido a nuestro idioma vendría a ser algo así como Caída Libre, y que describe claramente el tono de la obra si llevamos este concepto al nivel psicológico y sentimental.
La obra inició su publicación en la revista japonesa Big Comic Superior de Shogakukan el 10 de marzo de 2017 para terminar en sus páginas el 28 de julio, para posteriormente recopilarse en un único volumen.
Norma Editorial nos trae este volumen en el mismo formato que su homónimo japonés, en un fantástico rústico con solapas de 14,8 x 21 cm. en cuyo interior encontramos sus ocho episodios a lo largo de 240 páginas, además de seis a color que hacen de prólogo de la historia.
Inio Asano no es un mangaka corriente. En una industria en la que el shonen de moda del momento se lleva el gato al agua y atiborra las estanterías con sus coloridos tomos y su merchandising. con viñetas repletas de espectaculares superataques y charlas sobre el poder de la amistad, Asano decidió nadar contracorriente y ofrecer a sus lectores una lectura que sobrepasa lo maduro.
Anteriormente ya hemos visto en nuestro país obras más tempranas de su carrera como Solanin o Buenas noches Pun Pun, en los cuales valiéndose de personajes de lo más rebuscados lograba realizar un relato sobre las vicisitudes de la vida, hilvanando una historia cruel, en la que los sentimientos de sus protagonistas se vuelcan de forma desagradable, en un mar primordial desagradable de agrio sabor.
Un sabor agrio que, de alguna manera, se extiende por nuestra laringe cuando lo leemos, provocando que sintamos la realidad golpeándonos.
Lo que si queda claro, y ha sido formulado por el mismo Asano, es que todas sus obras tienen algo de autobiográfico, lo cual significa que el autor es capaz de desnudar su alma por completo a sus lectores sin ningún pudor, destapando sus más oscuras emociones en una especie de grito desesperado.
Vimos retazos de esto en sus obras anteriores, pero Reiraku va mucho más allá en este sentido, cavando mucho más profundamente en el agujero al que habíamos podido mirar más de una vez. Pero no os preocupéis; no es necesario leer ninguna obra suya anterior para disfrutar de Reiraku, ya que esta se defiende por si misma como una obra autoconclusiva que cuenta con una madurez emocional que pocas veces podréis encontrar.
El protagonista que se nos presenta es Kaoru Fukasawa, un mangaka ya consagrado que termina tras diez años su obra magna, Sayonara Sunset. El manga aunque cuenta con una legión de fans es, como es habitual, menos popular ahora que en sus inicios, y es inevitable ver como queda diluido entre la marabunta de novedades de nuevas promesas de la industria.
Es en este momento en que termina esta etapa en la que el autor mira hacia a su alrededor para ver como todo carece de sentido. Sus ayudantes, su matrimonio, su carrera... a su edad no encuentra nada que le haga sentir pleno, y parece que todo lo que ha sucedido desde su primer amor es un recuerdo difuso, una cadena de errores en las que no ha logrado encontrarse a si mismo.
Esto no es una historia alegre, ni una en la cual vayamos a descubrir la superación personal o la realización de un autor tras una depresión.
Reiraku es una balada triste sobre un hombre de mediana edad que se da cuenta que su juventud ya ha terminado, en la que abre su corazón herido al lector para enseñarle que en su interior, solo hay heridas abiertas que nunca se cerrarán y sueños rotos.
Una historia tan real, que duele.