Este pasado mes de marzo Planeta Cómic lanzaba el cuarto volumen de la serie manga Dragon Quest: Emblem of Roto, que continuando con su espectacular edición kanzenban nos continúa narrando como los héroes se siguen reuniendo para hacer frente al mal.
La edición que nos trae Planeta fue su primera licencia Dragon Quest y constará de un total de 15 entregas que recopilarán los 21 tomos originales. Este tercer tomo cuenta de 288 páginas, algunas de ellas a color, en un formato de 14,8x21 cm.
Un gran manga que nos llega y que empieza a abrir la puerta de una posibilidad a que Dragon Quest: Dai no Daibouken (Las Aventuras de Fly) lleguen a publicarse íntegramente en nuestro territorio.
Continúa en este volumen el periplo de Arus, uno de los descendientes de el gran héroe Roto que derrotó al malvado Rey Demonio hace 100 años, por convertirse en el héroe que todos esperan de él a medida que su grupo de compañeros sigue creciendo.
Tas separarse de su amigo de la infancia Killa y en compañía del viejo Tarkin, la actual heredera del Maestro del Puño Yao, continúa su camino para convertirse en digno heredero de Roto junto a Porón el legendario callejero, un joven disfrazado de payaso y acompañado de algunos monstruos domesticados cuya actitud solo les acarreará más y más problemas a los héroes.
Por desgracia para ellos, cuando se dirigían a Aliana, la tierra natal del héroe Roto, recibe un nuevo ataque en la forma de
Leviatán, antiguo honorable rey de los mares, ahora convertido en una plaga viviente que todo lo devora, y así terminar de una vez por todas con esta creciente amenaza que está resultando el heredero de roto...
El enfrentamiento que presenciaremos contra Leviatán es hasta ahora el más destacable de toda la historia, una historia trágica de leyenda y amor, en la que nuestros héroes deberán enfrentarse a un enemigo que los pone entre la espada y la pared... a pesar de que no deseen hacerle ningún mal. Sin duda, uno de los momentos más dramáticos hasta ahora y una experiencia que acerca aun más a Arus al héroe que debería ser.
A continuación la historia pasa a Killa, que tras abandonar a sus amigos partió en busca de su tierra natal para poder convertirse en el maestro de la espada que debería ser.
Este personaje, que únicamente parecía cómico al inicio de la historia, hará una enorme evolución en este volumen para convertirse en un auténtico héroe, haciendo frente a su pasado y una vida que no conoce para así poder adquirir su técnica de espada definitiva. Y por si eso fuese poco, veremos como su diseño pasa a molar de una manera exagerada.
Nuestro volumen termina con la llegada del grupo de Arus a Aliana, la tierra de los héroes, un lugar dónde veremos como otro personaje toma un giro completamente sorprendente; el joven Porón dará un salto como personaje que incluso superará el de Killa, revelando un pasado que todos sospechábamos, pero que aun así nos deja un sentimiento de satisfacción.
Con este volumen, vemos como el grupo de héroes se va completando, con unos notables cambios en sus personajes, que comienzan ha abandonar su inocente niñez para convertirse en héroes capaces de hacer frente al antiguo mal que asola sus tierras.
Tas separarse de su amigo de la infancia Killa y en compañía del viejo Tarkin, la actual heredera del Maestro del Puño Yao, continúa su camino para convertirse en digno heredero de Roto junto a Porón el legendario callejero, un joven disfrazado de payaso y acompañado de algunos monstruos domesticados cuya actitud solo les acarreará más y más problemas a los héroes.
Por desgracia para ellos, cuando se dirigían a Aliana, la tierra natal del héroe Roto, recibe un nuevo ataque en la forma de
Leviatán, antiguo honorable rey de los mares, ahora convertido en una plaga viviente que todo lo devora, y así terminar de una vez por todas con esta creciente amenaza que está resultando el heredero de roto...
El enfrentamiento que presenciaremos contra Leviatán es hasta ahora el más destacable de toda la historia, una historia trágica de leyenda y amor, en la que nuestros héroes deberán enfrentarse a un enemigo que los pone entre la espada y la pared... a pesar de que no deseen hacerle ningún mal. Sin duda, uno de los momentos más dramáticos hasta ahora y una experiencia que acerca aun más a Arus al héroe que debería ser.
A continuación la historia pasa a Killa, que tras abandonar a sus amigos partió en busca de su tierra natal para poder convertirse en el maestro de la espada que debería ser.
Este personaje, que únicamente parecía cómico al inicio de la historia, hará una enorme evolución en este volumen para convertirse en un auténtico héroe, haciendo frente a su pasado y una vida que no conoce para así poder adquirir su técnica de espada definitiva. Y por si eso fuese poco, veremos como su diseño pasa a molar de una manera exagerada.
Con este volumen, vemos como el grupo de héroes se va completando, con unos notables cambios en sus personajes, que comienzan ha abandonar su inocente niñez para convertirse en héroes capaces de hacer frente al antiguo mal que asola sus tierras.
Así continúa este shonen clásico, contando con un arte que inevitablemente nos recuerda claramente a Sensei Toriyama, aunque en este segundo tomo podemos ver como Kamui Fujiwara va sintiéndose cada vez más cómodo en las viñetas, ofreciendo una notable mejora artística.