Manga: Reseña de "Boruto: Naruto Next Generations" vol.4 de Ukyô Kodachi y Mikie Ikemoto - Planeta Cómic
Planeta Cómic nos ofrecían este mes de abril el cuarto volumen de una de sus estrella de la linea shonen: Boruto: Naruto Next Generations, la secuela del indiscutiblemente popular Naruto.
Siguiendo una cadencia trimestral, la editorial nos brinda en castellano una edición idéntica de la japonesa, en unos rústicas con sobrecubierta de 11,1x17,7 centímetros en cuyo interior encontramos 184 páginas elaboradas en blanco y negro, con traducción de Sandra Nogués Graell.
En 2014 llegaba a su final Naruto (—ナルト—), manga shonen original de Masashi Kishimoto, recopilándose en 72 tomos. La serie terminaba tras 15 años de publicación que nos habían hecho disfrutar como niños a través de las aventuras del joven Uzumaki Naruto, dejándonos con un montón de buenos recuerdos.
Por suerte Konoha no nos abandonó durante demasiado tiempo. O más bien, nunca lo había hecho, ya que tras su finalización la serie continuó recibiendo películas que ampliaban su universo, como es el caso de The Last: Naruto the Movie, que entre otras cosas profundizaba en la floreciente relación amorosa entre Naruto y Hinata.
Fue tras los créditos de esta película en que se anunció Boruto: Naruto the Movie, secuela directa del epílogo del manga y que por primera vez ofrecía el hijo de ambos como protagonista: Uzumaki Boruto. Esta película producida por el Estudio Pierrot formando parte del Proyecto del Inicio de una Nueva Era (新時代開幕プロジェクト Shinjidai Kaimaku Purojekuto) para conmemorar el 15º aniversario de la franquicia terminaría estrenándose el 7 de agosto de 2015 en cines japoneses, convirtiéndose en la película más taquillera de la serie.
Tras el indiscutible éxito, la adaptación a manga no tardó demasiado, iniciando su publicación en la Weekly Shonen Jump desde el 9 de mayo de 2016 de forma mensual. En esta ocasión solo supervisada por Masashi Kishimoto, la historia terminó recayendo en Ukyō Kodachi, quién en compañía de Mikio Ikemoto tomaron el timón de la serie, dando inicio en los sucesos de la película y con la intención de contar toda la historia de Boruto Uzumaki.
Los autores demostraron desde un buen principio su indudable habilidad para capturar y plasmar el espíritu del manga de Naruto en sus viñetas, ofreciendo Ukyô Kodachi algo nuevo sin caer en la repetición y, al mismo tiempo, siendo totalmente respetuosos con la obra original y consiguiendo Mikie Ikemoto un estilo de dibujo casi idéntico al que había mostrado Kishimoto anteriormente.
De hecho, el 5 de abril de 2017 se estrenaba en TV Tokyo una adaptación anime del manga contando con dirección de Hiroyuki Yamashita y producida por el estudio Pierrot, que retrocedía notablemente en la cronología para dar inicio con historias de Boruto muy previas al manga.
Sea como fuere y volviendo al manga de Ukyô Kodachi y Mikie Ikemoto, nos encontramos ante un digno heredero de uno de los mejores shonen de la historia, que invitamos a todos los fans a seguir. ¡Vaya que sí!
Tras la saga que cubría el arco de la película, en el anterior volumen veíamos como los ninjas de la hoja volvían a sus tareas habituales y sus vidas, y con la relación entre Boruto y su padre prácticamente reparada, daba inicio una nueva misión para el nuevo héroe, que se basa en hacer de guardaespaldas del caprichoso hijo del señor Feudal del País del Fuego...
Tentô Madoka entraba con realmente mal pie, presentándose como un crío realmente insoportable, acostumbrado a que se le consientan todos sus caprichos y con un poder adquisitivo fuera de toda lógica que hacía que no valorase nada de lo que le rodeaba.
Pero a pesar de este discutible inicio, en este volumen presenciamos una clara evolución cuando comenzamos a conocerle mejor, mostrándose como un chico solitario que nunca ha aprendido el valor del esfuerzo.
Por suerte, su admiración por los ninjas y su clara intención de hacerse amigo de Boruto propiciará que se esfuerce por primera vez en su vida cuando nuestro protagonista ceda a la hora de enseñarle como lanzar un shuriken... una practica que aunque al principio parece agotarle, termina entusiasmandole.
Pero todo llega a su final, y cuando Boruto termina su misión como guardaespaldas de Tentô sin mayores sucesos, él y su equipo son asignados a una misión de Rango B, una oportunidad como ninguna otra para él mismo, Sarada y Mitsuki.
Sin embargo, la ausencia de Boruto provoca que los malhechores emerjan de las sombras. Yamaoka, el mayordomo de Tentô es quién mueve ficha, llevando a cabo junto a una banda de kunoichi caídos en desgracia el secuestro del muchacho.
Las alarmas saltan entre el circulo interno del señor Feudal del País del Fuego, y cuando Boruto se entera de que su amigo ha desaparecido, no duda a la hora de actuar...
Todo esto propiciará el final de esta saga, en la que finalmente veremos a Boruto en acción en una batalla fascinante dónde el pequeño ninja demostrará al fin de que es capaz tras los sucesos en la saga anterior.
Sin duda, nos encontramos ante un arco argumental que si bien no parece aportar demasiado a la trama, si empieza a poner las cartas sobre la mesa, aludiendo a las amenazas extrañas que parecen acercarse al mundo ninja y, en particular, al joven Boruto.
Además podemos apreciar una clara evolución en el protagonista, antes un insufrible y caprichoso muchacho con una clara falta de atención por su padre y qué, ahora tras haber madurado y abierto los ojos, veía su análogo en el joven Tentô Madoka.
Un enorme paso que comienza a convertir a Boruto en un enorme héroe que sin lugar a dudas, dará mucho que hablar.
Tentô Madoka entraba con realmente mal pie, presentándose como un crío realmente insoportable, acostumbrado a que se le consientan todos sus caprichos y con un poder adquisitivo fuera de toda lógica que hacía que no valorase nada de lo que le rodeaba.
Pero a pesar de este discutible inicio, en este volumen presenciamos una clara evolución cuando comenzamos a conocerle mejor, mostrándose como un chico solitario que nunca ha aprendido el valor del esfuerzo.
Pero todo llega a su final, y cuando Boruto termina su misión como guardaespaldas de Tentô sin mayores sucesos, él y su equipo son asignados a una misión de Rango B, una oportunidad como ninguna otra para él mismo, Sarada y Mitsuki.
Sin embargo, la ausencia de Boruto provoca que los malhechores emerjan de las sombras. Yamaoka, el mayordomo de Tentô es quién mueve ficha, llevando a cabo junto a una banda de kunoichi caídos en desgracia el secuestro del muchacho.
Las alarmas saltan entre el circulo interno del señor Feudal del País del Fuego, y cuando Boruto se entera de que su amigo ha desaparecido, no duda a la hora de actuar...
Sin duda, nos encontramos ante un arco argumental que si bien no parece aportar demasiado a la trama, si empieza a poner las cartas sobre la mesa, aludiendo a las amenazas extrañas que parecen acercarse al mundo ninja y, en particular, al joven Boruto.
Además podemos apreciar una clara evolución en el protagonista, antes un insufrible y caprichoso muchacho con una clara falta de atención por su padre y qué, ahora tras haber madurado y abierto los ojos, veía su análogo en el joven Tentô Madoka.
Un enorme paso que comienza a convertir a Boruto en un enorme héroe que sin lugar a dudas, dará mucho que hablar.
Dattebayo!