Este próximo 5 de marzo, el sello editorial Minotauro lanzará al mercado español La Caída de Gondolin, conclusión de una trilogía ambientada en las antiguas edades de la Tierra Media, enriqueciendo aun más el universo de fantasía creado por J.R.R. Tolkien y sin lugar a dudas, el más famoso de todos los tiempos.
Al igual que las dos novelas póstumas anteriores, Los Hijos de Hurin y Beren y Lúthien, esta historia ha sido editada minuciosamente por su hijo Christopher Tolkien, contando como no con ilustraciones del encomiable Alan Lee en un claro homenaje lleno de amor por el mundo dónde tuvieron lugar los eventos de El Hobbit y El Señor de los Anillos, pero esta vez lanzándonos a una época muy anterior.
El presente volumen recoge varios borradores del vasto archivo de Tolkien en un ensayo que explica una historia ya mencionada en el Silmarillion, centrándose en el confkicto entre el malvado señor Morgoth, llamado en esas páginas Melkor, y la siempre ciudad oculta de Gondolin. Para los más profanos en la mitología de Tolkien, el villano Sauron de El Señor de los Anillos es un discípulo de Melkor.
El sello de literatura fantástica Minotauro de Planeta deLibros nos ofrece esta novela en un prestigioso cartoné con sobrecubierta de 15,5 x 23,5 cm en cuyo interior encontramos 304 páginas, contando con tintas integradas en blanco y negro y color, todo con una traducción perfecta realizada por Martin Simonson.
El presente volumen recoge varios borradores del vasto archivo de Tolkien en un ensayo que explica una historia ya mencionada en el Silmarillion, centrándose en el confkicto entre el malvado señor Morgoth, llamado en esas páginas Melkor, y la siempre ciudad oculta de Gondolin. Para los más profanos en la mitología de Tolkien, el villano Sauron de El Señor de los Anillos es un discípulo de Melkor.
El sello de literatura fantástica Minotauro de Planeta deLibros nos ofrece esta novela en un prestigioso cartoné con sobrecubierta de 15,5 x 23,5 cm en cuyo interior encontramos 304 páginas, contando con tintas integradas en blanco y negro y color, todo con una traducción perfecta realizada por Martin Simonson.
Para aquellos que no podáis esperar, aquí tenéis un avance con las primeras páginas.
La Caída de Gondolin
En su terrible fortaleza de Angband, el malvado Melkor (Morgoth) está preparando un ejercito aterrador para arrollar la Tierra Media, seres de hierro, orcos armados hasta los dientes con cimitarras y lanzas, e incluso balrogs y dragones unidos en un poder militar devastador e implacable.
En el lado contrario se encuentra la bella ciudad escondida de Gondolin mediante poderes de los Valar para que ni siquiera los dioses antiguos puedan encontrarla, una joya perdida habitada por los elfos Noldor que se rebelaron y huyeron desde Valinor, la tierra de los dioses, a la Tierra Media. Turgon, el rey de Gondolin, es el principal objetivo tanto del odio como del miedo de Morgoth, quien trata en vano de encontrar la ciudad. Pero aunque ni los dioses lo logran, a este lugar oculto llega el heroico guerrero humano Tuor, el primo de Túrin, con el objetivo de llevar a cabo los planes del Valar Ulmo.
Como toda gran historia de fantasía, la llegada de Ulmo desata un conflicto dónde el amor y los celos terminan desembocando en una traición que decantarán por completo la guerra, ofreciendo todo lo que los lectores de Tolkien esperan. Dada su capacidad para crear personajes inolvidables como Tuor y su manejo de los mitos clásicos del bien contra el mal, la lectura nos absorbe hasta formar parte del propio conflicto, en una epopeya fantástico que no palidece ante el mito de Tolkien editado hasta la fecha.
Por supuesto, la aportación literaria de Tolkien ayuda a convertir su universo fantástico en el más detallado hasta la fecha, en buena parte gracias a su dominio de la lingüistica derivada de su especialidad como flilólogo. Los personajes y los lugares tienen diferentes nombres dependiendo de quién está hablando, agregando una dosis cultural muy importante a cada una de las partes, y alimentando una mitología que ya de por sí era rica en cada uno de estos aspectos.
Recordamos que Tolkien redactó esta historia por primera vez internado en un hospital mientras se recuperaba de sus heridas en la batalla de Somme (1916), por lo que cada una de sus experiencias está retratada de alguna manera en el conflicto descrito en estas páginas, añadiéndole un profundo toque de dramatismo que pocos autores son capaces de destilar en su obra.
Como toda gran historia de fantasía, la llegada de Ulmo desata un conflicto dónde el amor y los celos terminan desembocando en una traición que decantarán por completo la guerra, ofreciendo todo lo que los lectores de Tolkien esperan. Dada su capacidad para crear personajes inolvidables como Tuor y su manejo de los mitos clásicos del bien contra el mal, la lectura nos absorbe hasta formar parte del propio conflicto, en una epopeya fantástico que no palidece ante el mito de Tolkien editado hasta la fecha.
Por supuesto, la aportación literaria de Tolkien ayuda a convertir su universo fantástico en el más detallado hasta la fecha, en buena parte gracias a su dominio de la lingüistica derivada de su especialidad como flilólogo. Los personajes y los lugares tienen diferentes nombres dependiendo de quién está hablando, agregando una dosis cultural muy importante a cada una de las partes, y alimentando una mitología que ya de por sí era rica en cada uno de estos aspectos.
Recordamos que Tolkien redactó esta historia por primera vez internado en un hospital mientras se recuperaba de sus heridas en la batalla de Somme (1916), por lo que cada una de sus experiencias está retratada de alguna manera en el conflicto descrito en estas páginas, añadiéndole un profundo toque de dramatismo que pocos autores son capaces de destilar en su obra.
Por desgracia, probablemente este sea el último libro de Tolkien. En el prefacio Christopher Tolkien relata como en su momento pensó que Beren y Lúthien sería la última de las historias de su padre en ser publicada bajo posesión editorial del legado de su padre, y ahora que La Caída de Gondolín ha sido publicada al cumplir 94 años, probablemente no veamos nada más.
Esperemos equivocarnos y que el legado de Tokien aun dé para mucho más, y que su mitología siga creciendo hasta el fin de los tiempos.
Esperemos equivocarnos y que el legado de Tokien aun dé para mucho más, y que su mitología siga creciendo hasta el fin de los tiempos.