Manga: Reseña de "Yona Princesa del Amanecer" vol. 10 y 11 de Mizuho Kusanagi - Norma Editorial


Hoy os traemos la reseña de los tomo 10 y 11 de Yona Princesa del Amanecer o Akatsuki no Yona 暁のヨナ.

Yona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho KusanagiYona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho Kusanagi

Yona Princesa del Amanecer es un manga escrito por Mizuho Kusanagi, mangaka conocida también por otros de sus mangas tales como Mugen Spiral o Yoiko no Kokoroe.

Yona princesa del amanecer trata de la historia de la princesa del reino de Kôka, Yona. Hija única y criada bajo los atentos cuidados de su padre, el rey, y de su escolta Hak, el día de su aniversario su destino cambia por completo.

Yona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho Kusanagi

Yona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho Kusanagi
Kija, que parecía haberse llevado a Tae-joon por los aires, resulta que al final lo lanza y lo abandona. Al despertarse más tarde, los súbditos del joven le cuentan todo lo ocurrido y él está seguro de haber oído una voz de mujer entre los bandidos, por lo que empieza a crearse sus paranoias y a ver a Yona. Empieza a pensar en la posibilidad de que esta sobreviviera, y la idea le entusiasma y le da energías para seguir viviendo (un poco dramático este chico). Por lo que decide disfrazarse y volver a la ciudad, donde tope con Shin-ah y Kija que no lo reconocen. 

Se lo llevan a una cosa con Zeno, en donde le dan té de jengibre para el resfriado, pero este al verlo le parece repugnante, ya que no podemos olvidar que es un joven señorito de casa alta y está en un pueblo donde la gente no tiene nada para comer, así que lo que ve le impacta muchísimo. Por primera vez se da cuenta en parte de la realidad que le rodea. Justo en el momento de irse escucha la voz de Yona, y al salir a buscarla no la encuentra. Empieza a deambular pero no consigue encontrarla y al caer la noche está todo oscuro y frío. Aunque Tae-joon tiene dinero, no hay posadas, así que mientras está en la intemperie pasando frío se encuentra de repente con una hoguera y al acercarse se encuentra con el mismísimo Hak, a quien se supone que había visto morir por el precipicio. 


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De los nervios y sin querer, el joven señorito envía una señal de auxilio a sus súbditos para que un ejército acuda en su ayuda. Shin-ah a lo lejos, y desde una tienda de campaña, ve un aluvión de soldados en camino al lugar donde se encuentra Tae-joon. Tae-joon suplica a Hak que le diga si Yona está viva o no, y al enterarse de que sí lo está, llora de emoción. Por fin se reencuentra con Yona, quien le pregunta que por qué intentó matar a Hak y perjudicó al reino de Fûga, pero este entre sollozos apenas puede contestar. Yona decide liberarlo tras la escena tan cómica que acaban de presenciar. Es así como el señorito Tae-joon consigue volver a casa, sin decir a nadie a quien había visto e intentando alejar todas las sospechas de bandidos sobre aquella pequeña y pobre aldea.

Al volver a casa Tae-joon no puede parar de pensar en Yona y en que quiere verla, pues al fin y a l cabo está perdidamente enamorado de ella. Así que decide llevarse un montón de comida para ella, ya que tras comprobar el panorama piensa que ella necesitaría comida. Al llegar se encuentra con Hak y los demás y deciden compartir la comida con todos los aldeanos. Aunque la comida es para Yona, ella la rechaza y la comparte, ya que afirma haber tenido demasiados lujos en su vida y que ahora no los necesita. Es así como Tae-joon empieza a hacer incursiones y “espiar” el pueblo, siempre llevando comida para los más desfavorecidos. 


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Los alguaciles y soldados que trabajan para Tae-joon empiezan a sospechar de sus escapadas, así que un día se presentan en el poblado. En ese momento el señorito estaba con Yona y Hak, y los tres deben esconderse bajo suelo bien apretados mientras los soldados inspeccionan la casa de una anciana. Pasado el pequeño incidente, Yona le cuenta que la anciana, a pesar de su mal humor, está deprimida siempre porque se llevaron a su hijo como soldado y nunca más lo volvió a ver. Por primera vez Tae-joon se da cuenta de las desigualdades de las clases sociales y de cuán injusta es la vida. Como hijo del general del clan del fuego, quiere ayudar a Yona y que su clan prospere, así que empieza a pensar cómo podría hacerlo.

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Nuestra protagonista se mueve a una aldea nueva, esta vez incluso peor que la anterior. Las casas de caen a pedazos, las enfermedades campan a sus anchas, no hay agua y ni siquiera los alguaciles o mercaderes se acercan por allí. Yona trae agua junto a su grupo y Tae-joon. 

Los soldados de Tae-joon lo descubren y este ordena construir un cuartel de emergencias para investigar a los bandidos, pero en realidad lo que quiere es construir un hospital. 

Una vez construido uno de sus soldados cae enfermo, y Tae-joon con la ayuda de Yoon y Yona consigue curarle. Tras estos acontecimientos Tae-joon decide seguir ayudando a los aldeanos de esta manera, con provisiones y hospitales, y Yona y sus chicos deciden irse por un tiempo del clan del fuego a otras tierras más lejanas, no sin antes dejar a cargo las tierras del fuego en manos de Tae-joon. 

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Llegamos por fin al principio del tomo 11 el cual empieza con un flashback de una de las aventuras de Yona Hak y So-Woon en la infancia. Yona apenas tenía 7 años cuando Hak y So-Woon se la llevaron de escondidas a la ciudad. La pequeña princesa no había salido del castillo jamás, por lo que nunca había visto la ciudad. 

Mientras disfruta del ambiente y la muchedumbre, una banda la secuestra y se la lleva. So-Woon, a pesar de su corta edad, ya tenía contactos suficientes como para moverse por allí, por lo que decide ir a visitar al señor Obi, el jefe de una taberna que además compra y vende información entre otras cosas. Le pide ayuda para encontrar a la muchacha, y este se pone en marcha.

Con unas simples palabras de Soo-Woon al señor Obi, toda la ciudad se pone en marcha para buscar a la muchacha. La red de contactos del dueño de la taberna es increíble, y Hak se sorprende muchísimo. Como no quiere quedarse atrás, decide ir a buscar a Yona por su cuenta, porque gracias a diversa información recibida, puede localizarla más o menos. Con la ayuda de algunos adultos conocidos (Doo-Joo, su abuelo y Geun-Tae) consigue rescatar a Yona.


Yona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho Kusanagi

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Al final todo acaba en un susto y tanto Hak como So-Woon muestran admiración por el otro y desde ese incidente ambos se miraban como iguales en cuanto a status social, gracias a esa admiración mutua.

Tras este breve flashback, volvemos a la historia principal. Los muchachos aún no saben cuál es su próximo destino. Mientras el tiempo pasa, Hak entrena a Yona en el manejo de la espada, y una noche él tiene una pesadilla en donde So-Woon mata a Yona. 

Cuando se despierta, tiene una conversación con Zeno, quien le dice que no arroje su vida por la borda tontamente, ya que los cuatro dragones sí pueden hacerlo, siempre se volverían a reencarnar, pero él no. Una vez terminada la charla, Yona acude a Hak para darle las gracias por el entrenamiento y pedirle que disfrute más de su vida, ya que sabe que cuidar de ella es complicado. Hak se toma la palabra de Yona y le da un beso cariñoso en la frente y se va. Al día siguiente, Yoon anuncia el siguiente destino: El imperio de Kai.

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Yoon consigue por fin una nueva tienda de campaña, por lo que ahora todos los chicos podrán dormir bajo techo. Como el camino al imperio de Kai es peligroso, Yoon (que es normalmente quien duerme con la princesa) cambia los equipos y decide que sea Hak quien duerma con Yona. 

Si Yoon sigue durmiendo con ella y los atacan no podrán defenderse, como pasaría también con Zeno, Kija se pondría demasiado nervioso y no podría dormir y Jae-ha es demasiado peligroso. 

Al final es Hak quien duerme con la princesa. Yona, todavía un poco sorprendida por el beso del otro día, empieza a sentirse nerviosa delante de Hak, especialmente solo en la noche. Parece que empieza poco a poco a ser consciente de que sus sentimientos por él crecen día a día. 

Y sin más miramientos el grupito llega al imperio de Kai. De casualidad topan con una joven que se había desmayado de sobresfuerzo de trabajar en el campo, y esta los conduce a la aldea donde reside. 

Yona Princesa del Amanecer vol.10 y 11 de Mizuho Kusanagi
Esta aldea está llena de mujeres y ancianos, pues los hombres jóvenes están en el servicio militar y son las mujeres quienes trabajan en el campo.


Yoon descubre que tienen un alimento llamado Iza, que parece ser lo suficientemente fuerte como para ser plantado en tierras poco fértiles como las del fuego. En un intento de hacerse con las semillas, el anciano del pueblo que se encarga de ellas hace un pacto con él (pensando que es una mujer), bailar en el festival de esa noche a cambio de poder probar el iza. Yoon acepta pero le pide a Yona que lo haga, pues obviamente él no sabe bailar. Yona accede sin problemas, y después de un incómodo momento con Hak en donde menciona que ella practicaba baile para enseñarselo a So-Woon, se prepara para el festival de esa noche. 

Yona baila de una manera que deja boquiabiertos a todos: aldeanos, dragones, Yoon y Hak. Hak casi enloquece y la vuelve a besar, pero consigue controlarse al ver el pin de So-Woon. Todos disfrutan de la fiesta y de los tangos de iza.