Cine: Review de "Mary y la flor de la Bruja" de Hiromasa Yonebayashi de Studio Ponoc. @selectavision

Hace muy poquito tuvimos la oportunidad de ver en pre-estreno la nueva película de animación que Selecta Visión ha traído de Japón, la bonita y divertida historia de "Mary y la flor de la Bruja" (メアリと魔女の花 Meari to Majo no Hana), obra cinematográfica dirigida por Hiromasa Yonebayashi, quien a su vez es conocido por otras obras como Arrietty y el mundo de los diminutos y El recuerdo de Marnie.

Sin embargo si nos centramos en esta tierna historia infantil hay que comenzar recordando que no es un producto original de este director, si no que está basada en la novela infantil "La pequeña escoba de palo" (The Little Broomstick) de Mary Stewart, la cual fue escrita allá en 1971. Sin embargo no nos dejemos llevar por las comparaciones, esta historia es previa a Little Witch Academia, y también a Nicky la aprendiz de bruja, ya que si bien hay muchos productos con brujitas de por medio este es anterior a la mayoría de ellos y no deberían compararse al tratarse de épocas muy distantes entre si.

En cuanto a la película de la que tratamos se trata de la primera película producida por Studio Ponoc, el cual fue fundado por Yoshiaki Nishimura en abril de 2015. La curiosidad de este estudio es que está compuesto por varios miembros provenientes del afamado Studio Ghibli, por lo que podemos irnos haciendo una idea del tipo de producto que vamos a encontrar.

Dicho esto, de que va la película? Básicamente de la búsqueda de Mary, la protagonista, de un lugar al que pertenecer. Un día, mientras pasa las vacaciones de verano con su tía abuela, Mary sigue a unos gatos hasta un bosque cercano, donde se topa con unas flores con un extraño poder luminiscente. Estas acaban dando vida a una escoba, que lleva volando a Mary por encima de las nubes hasta la escuela de magia conocida como Endor College.

La directora Madame Mumblechook asume que Mary es una nueva estudiante y la conduce hasta el campus de Endor College, donde acaba demostrando unas sorprendentes y prometedoras habilidades mágicas. Sin embargo, pronto descubre que en la escuela no todo es lo que parece y es que allí se llevan a cabo extraños experimentos, que la llevan a enfrentarse cara a cara con un gran peligro y a tomar una decisión que le cambiará la vida.

Como todo buen producto de animación va enfocado a un publico joven, pero también es apto para el disfrute de los adultos, que lo verán con otros ojos pudiendo disfrutar de los detalles que esta aporta y de la riqueza visual que la caracteriza. Sin embargo en lo que premia este tipo de películas japonesas es en la moraleja la cual tiene que ser atendible tanto para pequeños como para mayores y en este caso es el hecho de que no hace falta tener magia para tener coraje.

Para aquellos que ya hayan visto otros productos de este director se podrán dar cuenta de que este tema es algo recurrente en sus filmes, sin embargo en esta ocasión se le añade un punto mágico, una influencia externa que si bien podría ayudar a nuestra protagonista y hacerla feliz para siempre, es algo que ella decide dejar de lado por hacer lo correcto. La magia se representa como el lado fácil de la vida para Mary, la forma de ser reconocida, apreciada y alabada por sus acciones, pero también es la forma incorrecta y de eso Mary se da cuenta muy deprisa.

Acompañando a Mary en su periplo con la vida y la mágia encontraremos varios personajes aunque ninguno de ellos acabará de calar en exceso como lo logra el gatito Tib. Es una pena que ninguno de ellos destaque mas allá de sacarle una sonrisa al espectador, siendo recordados como secundarios sin nombres fijos, sin embargo el gatito Tib quien siempre acompañará a Mary consigue llevarse todos los elogios sin decir una sola palabra, aunque admito que me pasé toda la película esperando a que hablara.

En cuanto al apartado artístico la película destaca notablemente y no es de extrañar cuando parte de sus componentes estuvieron trabajando en Studio Ghibli. Los elaborados fondos son parte de su encanto y ya sea por debajo de las nubes como por encima de ellas quitan el hipo y relucen en la gran pantalla como algo único.

Obviamente la animación fluida es el otro de sus encantos y se integra perfectamente con el tipo de cuento infantil y dulce que podíamos esperar. Lo único que cabe destacar en este caso es que muchos de los personajes tienen demasiadas similitudes con otros que encontramos en el Studio Ghibli, por lo que se pierde parte de la originalidad en el proceso. Una lastima ya que no perdemos la sensación de estar viendo un nuevo producto de Ghibli cuando es de otro estudio.

Sin embargo, el producto final está depurado al milímetro, resulta bonito, delicado y divertido por lo que no me extrañará que encante a una buena generación de niños que crezcan con las películas de animación. Delicadeza y diversión en estado puro y resulta toda una oportunidad el poder verla en los cines de nuestro país.