Una vez más regresamos al repaso de RELATOS TERRORÍFICOS, una colección que publicándose con una cadencia mensual completa en base a unos fantásticos recopilatorios toda la obra del espeluznante mangaka Junji Ito.
En el presente artículo abordamos los volúmenes 16 y 17 de esta colección, los cuales siguen presentando un formato muy similar a las clásicas tankoubons japonesas, en este caso de 144 páginas en blanco y negro cada uno, en una clásica edición rústica con sobrecubierta.
Una edición que alberga en su interior terroríficas historias que contienen toda la esencia de este peculiar autor, que nos deleita con unas tramas tan bizarras como originales que perturbarán nuestro sueño durante días.
Incluye: Further Tales of oshikiri, Oshikiri walls, Blood Slurping Darkness, Intruder.
Este volumen tiene la peculiaridad de ofrecernos tres de cuatro historias protagonizadas por el mismo personaje. La primera de ellas es Los extraños relatos de Oshikiri, en la cual conocemos al propio Oshikiri, un muchacho que por temas de trabajo de sus padres vive solo en una mansión europea.
La peculiaridad es que cada día escucha extraños sonidos, hasta que un día se cruza con una asustada versión de Fujii, una compañera de clase.
Pronto el muchacho comprenderá que realmente su mansión parece conectar con su equivalente de otras dimensiones, lo que le llevará a conocer a un malvado alter ego...
La segunda historia que lleva por nombre Los extraños relatos de Oshikiri: La Pared nos muestra otro caso similar, en el que tras un terremoto una de las paredes de su casa descubre un cadáver fosilizado.
Oshikiri tratará de zanjar este tema, pero el inesperado regreso de sus padres y una antigua foto harán que se plantee la auténtica naturaleza de ese cadáver...
... aunque quizá lo realmente escalofriante es lo que se encuentra tras la auténtica naturaleza de la visita de sus padres, los cuales se comportan de una manera muy extraña.
La tercera historia es la única que se aleja de los relatos de Oshikiri, y bajo el título La Oscuridad chupasangre nos habla de Nami, una muchacha que tras ser abandonada por su novio se obsesiona con adelgazar.
Su pérdida de peso exagerada hará que pronto conozca a su compañero Kazuya, un tipo con mucho interés por ella y que se encuentra obsesionado con unos extraños vampiros de África que se alimentan de su sangre...
Cuando los animales asusten a Nami, la chica huirá, provocando que Kazuya muera en un accidente ferroviario. Pero con ello, sus bizarros problemas solo han comenzado...
El Intruso es la última historia que nos ofrece este tomo, y con ella volvemos a Oshikiri y su peculiar mansión interdimensional, convirtiéndose de hecho en un prólogo de la segunda historia.
En ella Oshikiri hará unos nuevos amigos interesados en lo oculto, que al escuchar los extraños sonidos y sucesos en casa del muchacho decidirán pasar allí la noche.
Su experiencia con otras dimensiones durante esa noche será tan escalofriante que cambiará para siempre sus vidas...
RELATOS TERRORÍFICOS #17
Con estas escalofriantes historias, el gran sensei Junji Ito nos presenta su peculiar concepto del terror de las formas más variadas, desde historias de terror con situaciones más bien cómicas desde un punto de vista de lo más negro hasta otras que se ciñen a una terrorífica leyenda urbana como lo es la última que hemos comentado.
Este volumen tiene la peculiaridad de ofrecernos tres de cuatro historias protagonizadas por el mismo personaje. La primera de ellas es Los extraños relatos de Oshikiri, en la cual conocemos al propio Oshikiri, un muchacho que por temas de trabajo de sus padres vive solo en una mansión europea.
La peculiaridad es que cada día escucha extraños sonidos, hasta que un día se cruza con una asustada versión de Fujii, una compañera de clase.
Pronto el muchacho comprenderá que realmente su mansión parece conectar con su equivalente de otras dimensiones, lo que le llevará a conocer a un malvado alter ego...
La segunda historia que lleva por nombre Los extraños relatos de Oshikiri: La Pared nos muestra otro caso similar, en el que tras un terremoto una de las paredes de su casa descubre un cadáver fosilizado.
... aunque quizá lo realmente escalofriante es lo que se encuentra tras la auténtica naturaleza de la visita de sus padres, los cuales se comportan de una manera muy extraña.
La tercera historia es la única que se aleja de los relatos de Oshikiri, y bajo el título La Oscuridad chupasangre nos habla de Nami, una muchacha que tras ser abandonada por su novio se obsesiona con adelgazar.
Su pérdida de peso exagerada hará que pronto conozca a su compañero Kazuya, un tipo con mucho interés por ella y que se encuentra obsesionado con unos extraños vampiros de África que se alimentan de su sangre...
El Intruso es la última historia que nos ofrece este tomo, y con ella volvemos a Oshikiri y su peculiar mansión interdimensional, convirtiéndose de hecho en un prólogo de la segunda historia.
En ella Oshikiri hará unos nuevos amigos interesados en lo oculto, que al escuchar los extraños sonidos y sucesos en casa del muchacho decidirán pasar allí la noche.
Su experiencia con otras dimensiones durante esa noche será tan escalofriante que cambiará para siempre sus vidas...
Incluye: Fixed Face (顔面固定), Glyceride (グリセリド), The Earthbound (地縛者), Dead Man Calling (死刑囚の呼鈴), In the Valley of Mirrors (合鏡谷にて)
Este volumen empieza con una de esas historias cortas del maestro Ito que nos encantan con Fijación Facial... no contaremos nada sobre ella, solo que la próxima vez que queráis ir a un dentista y os pongan uno de esos trastos en la cabeza, os lo plantaréis muchísimo.
Glicérido por otro lado es una historia más larga, y probablemente está en el top ten de tramas asquerosas del autor. En ella conocemos a una familia cuya casa está siempre repleta de un ambiente graso a causa de la carnicería que regenta el padre de familia... y que se agrava cuando el hermano pequeño de la protagonista comienza a beber aceite y a presentar unos asquerosos granos por toda su cara.
Con el ambiente más asqueroso que he visto en un manga, hasta la fecha, el maestro del terror nos trae unas páginas en las que se puede notar esa grasa en cada viñeta.
Los arraigados es una historia bastante más normal, en la que conocemos a Asano, una muchacha que trata de ayudar a una gente que, de un día para otro, se quedan clavados en extrañas poses en medio de la calle sin un motivo aparente. Lo que parece una extraña conducta psicológica, pronto sacará a relucir una tenebrosa verdad.
El condenado a muerte llama al timbre nos presenta a dos hermanos cuya familia fue masacrada por una banda de carretera. Uno de los culpables condenado a pena de muerte se presenta cada día en su puerta a pesar de estar en la cárcel en una especie de aparición psíquica que suplica su perdón. Al final, terminan perdiendo los estribos y la desesperación toma sus almas
En El valle de los espejos infinitos es la última historia de este volumen, unos investigadores van a visitar dos aldeas vecinas cuyos habitantes desaparecieron sin dejar rastro, únicamente unos cristales rotos que cubren toda la zona. Al colocar unos espejos, los investigadores se verán arrojados al pasado para presenciar lo allí sucedido y contemplar unas peculiares miradas de odio que terminaron por destruir a sus habitantes...
Este volumen empieza con una de esas historias cortas del maestro Ito que nos encantan con Fijación Facial... no contaremos nada sobre ella, solo que la próxima vez que queráis ir a un dentista y os pongan uno de esos trastos en la cabeza, os lo plantaréis muchísimo.
Glicérido por otro lado es una historia más larga, y probablemente está en el top ten de tramas asquerosas del autor. En ella conocemos a una familia cuya casa está siempre repleta de un ambiente graso a causa de la carnicería que regenta el padre de familia... y que se agrava cuando el hermano pequeño de la protagonista comienza a beber aceite y a presentar unos asquerosos granos por toda su cara.
Los arraigados es una historia bastante más normal, en la que conocemos a Asano, una muchacha que trata de ayudar a una gente que, de un día para otro, se quedan clavados en extrañas poses en medio de la calle sin un motivo aparente. Lo que parece una extraña conducta psicológica, pronto sacará a relucir una tenebrosa verdad.
El condenado a muerte llama al timbre nos presenta a dos hermanos cuya familia fue masacrada por una banda de carretera. Uno de los culpables condenado a pena de muerte se presenta cada día en su puerta a pesar de estar en la cárcel en una especie de aparición psíquica que suplica su perdón. Al final, terminan perdiendo los estribos y la desesperación toma sus almas
En El valle de los espejos infinitos es la última historia de este volumen, unos investigadores van a visitar dos aldeas vecinas cuyos habitantes desaparecieron sin dejar rastro, únicamente unos cristales rotos que cubren toda la zona. Al colocar unos espejos, los investigadores se verán arrojados al pasado para presenciar lo allí sucedido y contemplar unas peculiares miradas de odio que terminaron por destruir a sus habitantes...
Una vez más, nos fascina con unos relatos en los que sin complejos echa mano a las escenas más repugnantes y retorcidas para dar cada ciertas páginas una vuelta de rosca más; una habilidad que parece darle la potestad para imprimir en sus viñetas las más repugnantes pesadillas.
Todo esto por supuesto aderezado magistralmente con su peculiar estilo de dibujo, que parece retratar estas escenas con una exactitud que en ocasiones se antoja incluso demasiado detallista, provocando que algo en nuestro interior se estremezca ante una ambientación que nos repulsa.
Junji Ito (prefectura de Gifu, Japón; 1963), pronto se mostró interesado por la historieta, espoleado por los dibujos de su hermana mayor y por la huella que le dejó la lectura de un manga de terror obra de Kazuo Umezu y aunque pronto mostró su buen hacer a través de historias remitidas a revistas como Nemuki’s Halloween, Bizarre Tales of Sleepless Nights o Big Comic Spirits, en primera instancia orientó su carrera profesional a la Odontología; pero el talento que atesoraba era demasiado evidente, de modo que finalmente centró todos sus esfuerzos en su carrera como mangaka.
El buen hacer mostrado en Tomie (1997) obtuvo su reconocimiento en el Premio Kazuo Umezu a la Excelencia; un éxito refrendado con Uzumaki (1998), y otros títulos publicados por ECC Ediciones, como Gyo (2001-2002) o Black Paradox (2009), con los que se ha ganado a pulso la condición de maestro del género de terror.