Editorial IVRÉA nos ofrecía entre sus novedades estos últimos meses los volúmenes 18, 19 y 20 de PRISON SCHOOL (Kangoku Gakuen / 監獄学園), esta pedazo de obra maestra del ecchi fruto de la perturbada mente de Akira Hiramoto.
En esta ocasión nos viene con una portada protagonizada por nuestra amadas Hana, Batou y Meiko, aunque es la primera quién tiene una importancia más que merecida en estos tomos, en los que la vemos destara toda su dorada gloria.
Sí, he escrito dorada gloria. Guiño. Guiño.
Como bien sabéis la serie llegaba a las librerías especializadas asociadas con su primer tomo el pasado mes de julio de 2016, con una cadencia mensual / bimensual que probablemente continúe, ya que esta locura de historia llegaba a su final el pasado 25 de diciembre de 2017 en la Young Magazine de Kodansha, quedando con un total de 28 tomos, además de un flamante spinoff protagonizado por Meiko titulado Fukukaichou wa Ganbaru (副会長ガンバル。La vicepresidenta hace lo que puede), que esperamos llegue también a nuestro país.
IVRÉA nos ofrece la colección en un formato de tomo idéntico al japones, una rústica con sobrecubierta y solapas y una traducción respetuosa e impecable que conserva todos los matices originales, como el típico gozaru de Gakuto.
Hiramoto comenzó a publicar su manga en la Young Magazine de Kodansha en febrero de 2011. Actualmente cuenta con mas de 4 millones de copias en circulación y recibió el el premio al Mejor Manga en la edición número 37 de los Premios Kodansha en mayo del pasado año, lo cual dio luz verde a un anime de 12 capítulos y un OVA emitidos originalmente en Japón entre Julio y Septiembre de 2015, y también una serie live-action emitida entre Octubre y Diciembre de 2015. Casi nada.
La historia nos traslada a la Academia Privada Hachimitsu, una estricta y prestigiosa institución de educación secundaria femenina que goza de un alto nivel académico y que, a pesar de encontrarse en plenos suburbios de Tokio, se comporta como un internado con instalaciones para albergar a su millar de estudiantes. En base a un cambio de dirección, se decide convertir el centro de enseñanza en mixto, aceptando a nuestros cinco protagonistas: Kiyoshi Fujino, Takehito "Gakuto" Morokuzu, Shingo Wakamoto, Jouji "Joe" Nezu, y Reiji "Andre" Andou.
Pronto descubren la existencia de un Comité Estudiantil Secreto, que odiandoles por ser hombre los condena a una medida tan absurda como drástica: encerrarles en una prisión para cumplir una condena de trabajos forzados bajo la vigilancia de la espectacular y neumática vicepresidenta Meiko Shiraki (a la cual es imposible no amar y comprarse compulsivamente todo su merchandise), la monísima y sociópata secretaria Hana Midorikawa y la presidenta entrenadora de cuervos e hija del director, Mari Kurihara.
Tras quedar libres hace aparición el Comité Estudiantil (el de verdad), formado por la déspota y rencorosa con pelo de taladro Kate, la sádica y ojerosa Risa y la adorable Mitsuko, decide hacer cumplir a su homólogo secreto la misma condena que sufrieron nuestros protagonistas...
Pero pronto la trama se complica y los que terminan encerrados son Mari Kurihara y nuestro protagonista Kiyoshi, pero tienen un plan de fuga...
Las cosas para Kiyoshi se ponen aun más jodidas cuando nuestra temida y amada Hana Midorikawa vuelve a las andadas con su parafilia, exigiendo a Kiyoshi que se ponga a mear delante de ella de una maldita vez.
Y no solo eso.
Tras una absurda situación en la que ambos terminan a solas en el dormitorio de los chicos y un percance con un vídeo porno que pasaba por allí, la muchacha decide que la manera más práctica para hacerlo es con el UROBOROS. O sea, repitiendo la posición de 69 como Kiyoshi y la presidenta se vieron obligados ha hacer en la situación de las serpientes de hace un par de volúmenes.
Así que los dos terminan con las ventanas cerradas, a oscuras y en pelota picada, con Kiyoshi tumbado en el futón con Hana encima, apuntándole a la cara para mearsela bien. Esto si es que es ciencia ficción y no Blade Runner.
Pero por si no fuera suficiente, todo se complica muchísimo más cuando Chiyo termina viniendo al cuarto de los chicos, encontrando ese montón de mantas y decidiendo ordenarlas...
¿Descubrirá a los dos en medio de toda esta guarrerida española?
Mientras tanto en el exterior, los chicos se encuentran preparándose de cara al festival estudiantil, en concreto para la carrera de jinetes, un evento para el cual necesitan a una chica que los monte.
En el proceso, Shingo propone a Anzu, pero el tímido y raruno de Joe se desmarca al presentar a otra candidata: Satô, una preciosa muchacha que le tiene un aprecio inesperado.
Esto termina convirtiéndose en una especie de selección por conseguir el puesto de jinete en el que Satô termina mostrando algo que nadie esperaba... una carisma idol fuera de lo normal que la convierte en una estrella inmediata...
A la vez que sucede todo esto en el instituto, este tomo nos ofrece una aventura paralela totalmente fuera de lugar que nos deja clara la demencia del autor.
Y es que el peculiar director de la Academia Privada Hachimitsu convierte lo que fue recoger a una cachonda buenorra que hacía autostop en un accidente que le lleva entre otras cosas a rescatar cachorros ahogándose en ríos e incluso a perder la memoria...
Toda una locura de historia que nos deja totalmente descolocados, y que se desarrolla mientras esta trama demencial continúa su paso...
Mientras sucede todo esto, el festival no se detiene, desarrollándose imparable con una inolvidable carrera entre Risa y Hana que resulta que tienen una rivalidad desde hace años y en la cual, además, se juegan algo muy duro... Que Mari Kurihara venga a la escuela en ropa casual, lo cual sería un completo desastre para el Consejo Estudiantil Secreto, ya que la muchacha tiene un gusto HORRIBLE para vestir.
Pero claro, la carrera es bastante complicada para Hana, ya que en un momento de despiste, ha terminado con los gayumbos de Kiyoshi mientras que él lleva sus braguitas... algo tan absurdo como incómodo a la hora de realizar proezas atléticas dentro de un kigurumi gigante de oso.
Y por si esto fuera poco, frente a la mosntruosidad imparable que supone Andre con Risa cabalgandolo, la única esperanza de nuestros amigos de ganar en la competición es que la Vicepresidenta Meiko sea capaz de superar el trauma que mantiene su personalidad sádica en el interior de su mente de niña...
¿Lograrán recuperar a la antigua Meiko?
¿Avanzará la relación peculiar que va naciendo entre Kiyoshi y Hana?
¿Será Meiko suficiente para ganar la lucha de jinetes?
¡Más en breve!
Y no solo eso.
Tras una absurda situación en la que ambos terminan a solas en el dormitorio de los chicos y un percance con un vídeo porno que pasaba por allí, la muchacha decide que la manera más práctica para hacerlo es con el UROBOROS. O sea, repitiendo la posición de 69 como Kiyoshi y la presidenta se vieron obligados ha hacer en la situación de las serpientes de hace un par de volúmenes.
Así que los dos terminan con las ventanas cerradas, a oscuras y en pelota picada, con Kiyoshi tumbado en el futón con Hana encima, apuntándole a la cara para mearsela bien. Esto si es que es ciencia ficción y no Blade Runner.
¿Descubrirá a los dos en medio de toda esta guarrerida española?
Mientras tanto en el exterior, los chicos se encuentran preparándose de cara al festival estudiantil, en concreto para la carrera de jinetes, un evento para el cual necesitan a una chica que los monte.
En el proceso, Shingo propone a Anzu, pero el tímido y raruno de Joe se desmarca al presentar a otra candidata: Satô, una preciosa muchacha que le tiene un aprecio inesperado.
Esto termina convirtiéndose en una especie de selección por conseguir el puesto de jinete en el que Satô termina mostrando algo que nadie esperaba... una carisma idol fuera de lo normal que la convierte en una estrella inmediata...
Y es que el peculiar director de la Academia Privada Hachimitsu convierte lo que fue recoger a una cachonda buenorra que hacía autostop en un accidente que le lleva entre otras cosas a rescatar cachorros ahogándose en ríos e incluso a perder la memoria...
Toda una locura de historia que nos deja totalmente descolocados, y que se desarrolla mientras esta trama demencial continúa su paso...
Mientras sucede todo esto, el festival no se detiene, desarrollándose imparable con una inolvidable carrera entre Risa y Hana que resulta que tienen una rivalidad desde hace años y en la cual, además, se juegan algo muy duro... Que Mari Kurihara venga a la escuela en ropa casual, lo cual sería un completo desastre para el Consejo Estudiantil Secreto, ya que la muchacha tiene un gusto HORRIBLE para vestir.
Y por si esto fuera poco, frente a la mosntruosidad imparable que supone Andre con Risa cabalgandolo, la única esperanza de nuestros amigos de ganar en la competición es que la Vicepresidenta Meiko sea capaz de superar el trauma que mantiene su personalidad sádica en el interior de su mente de niña...
¿Lograrán recuperar a la antigua Meiko?
¿Avanzará la relación peculiar que va naciendo entre Kiyoshi y Hana?
¿Será Meiko suficiente para ganar la lucha de jinetes?
¡Más en breve!
