Damas y caballeros aquí estamos una vez mas con un nuevo review de lo mas espectacular, siendo en esta ocasión de un ejemplar literario ilustrado, o lo que es lo mismo, un precioso libro infantil que le da una vuelta de tuerca más a todos esos cuentos clásicos que nos leían nuestros padres antes de acostarnos.
El cuento en cuestión del que estamos hablando es el clásico de La Bella durmiente, obra original de del francés Charles Perrault y conocida tanto por pequeños como por mayores, aunque en esta ocasión quien ha decidido darle un interesante giro en el argumento es Lola Moral, aportando un punto mas moderno y con cierta carga feminista que se aleja del original.
En cuanto a las preciosas ilustraciones que ilustran este volumen han surgido del lápiz de Sergio García, capaz de traernos personajes divertidos, realistas y de ensueño a una fabula que llamará la atención por su estética cuidada y el cariño al realizarlo.
Aunque si por algo llama la atención este volumen es sobretodo por la increíble edición con la que nos la presenta Dibbuks, porque aunque lo que a primera vista parezca un libro más, eso si con un poderoso tamaño de 24.5 x 30.5 cm realmente es un precioso volumen editado en acordeón con 8 cuerpos que para poder apreciar mas vale despejar la mesa del comedor para extenderlo en toda su gloria. Porque si, aunque se pueden pasar sus páginas como cualquier libro, realmente merece la pena apreciarlo como ha sido creado y exponerlo en la mesa del comedor o en el mismo suelo para maravillarnos de tan preciosa creación.
En cuanto al argumento, pocas personas hay que no conozcan el cuento de la bella durmiente, ya sea la versión descafeinada de Disney o la original de Charles Perrault, pero en todas ellas el esquema viene a ser el mismo.
En un reino muy feliz la familia real recibe la alegría de ver nacer a una hija sana tras esperarla durante mucho tiempo, sin embargo con el nacimiento de esta criatura lo que tendría que ser fiesta y alegría en el castillo desemboca en malas caras y problemas, todo por no invitar a la fiesta a la bruja malvada, algo totalmente normal para el resto, menos para la susodicha en cuestión.
Esta al enterarse del feo que le han hecho se planta en el castillo hecha una furia y decide hacer lo que mejor se le da, maldecir a la criatura y al castillo entero con algo tan sencillo como un pinchacito en el dedo.
Por suerte la familia real no es tonta y a las que si han invitado son a tres de las hadas del reino, quienes conseguirían mitigar la maldición con una única condición, que para que esta se rompa se involucre un beso de amor hacia la joven criatura
La gracia está en que hasta aquí llegan las similitudes con la historia original ya que la princesita de este cuento está cansada de que se explique la historia de su vida sin que ella pueda dar su opinión, y de paso cobrar royalities a ser posible.
Para comenzar su nombre es Talia, que ya suena poderoso, y continua añadiendo que su vida, aunque feliz en el castillo con su familia, tampoco fue horrible al no tenerla. Por que si, a diferencia de todas esas otras princesas de cuento que permanecían dormidas al caer en la maldición, Talia no tenía tiempo para dormir si no que tenía por delante toda una vida.
Como una mujer independiente y capaz de si misma se pasó los años de espera recolectando, viviendo y soñando aunque estuviera en su cárcel formada de vegetación y lo mas importante de todo, no se dejó besuquear por cualquier príncipe solo porque vistiera armadura.
Y ese es uno de los detalles mas importantes de esta obra, nuestra princesa no se rendirá ante la maldición y preferirá quedarse en su morada de ladrillos que sucumbir al desamor y a la soledad de no tener marido, por muchos caballeros y caballeretes que se le pongan por delante. Toda una oda al feminismo y a la autosuficiencia de la mujer, vamos.
Este poderío femenino se puede ver reflejado además de en una forma divertida y muy amena de narrar a este personaje que se mantiene con una charla de lo mas locuaz hacia al lector, también gracias a los maravillosos diseños de personajes que nos ofrece Sergio García.
Para comenzar, el primer gran detalle a apreciar de este volumen es como toda la historia corre a lomos de un enorme dragón hecho de vegetación, sobre el que corretea Talia siendo la protagonista de su propia historia.
El segundo elemento en el que fijarse es su protagonista Talia, quien aunque es mona (como ella misma aclara) no es la princesa de tez pálida y cabello dorado, si no una chica normal como cualquier otra que viste con pantalones y corre descalza. Así resulta mucho más fácil verse identificada con ella que si fuera una belleza nórdica, la verdad.
Y por último no podemos obviar al resto de personajes, sobretodo a esos caballeros de pulida armadura que nos recordarán a grandes hombres de la historia que han dejado huella en el mundo y que pese a intentar ser pretendientes de nuestra Talia, realmente ninguno llegó a interesarse demasiado en el reto que suponía el castillo. Para alegría de la muchacha.
Así pues, con que nos deja todo esto? Pues con una novedosa versión de un cuento clásico que va mucho mas acorde a los tiempos que corren pero sin pasarse de hypster o de moderno, siendo capaz de mantenerse en ese balance que logra el éxito entre tanta similitud.
Es un claro ejemplo de la fuerza humana, porque tanto podría ser un príncipe como una princesa quien decidiera acabar con ese destino que tan poco encaja con ellos. A nadie nos gustaría que nos besaran por obligación y mucho menos que eso implicara una boda instantánea!
El argumento aunque pueda parecer manido realmente es novedoso y muy fresco, aportándole una nota de gracia y revolución a un cuento cuyo origen es demasiado plano y como la misma Talia admite, ya necesitaba de una revisión y mas todavía si es por aquella que lo ha vivido.
Altamente recomendado a todos aquellos papas y mamas que quieran contarle cuentos mas novedosos a los niños de la casa, porque las princesas Disney están muy bien, pero la princesa Talia es harina de otro costal.