Entre las novedades de este mes de febrero llegaba el volumen único Transformers: Combiner Wars, un volumen mediante el cual Planeta Cómic nos lanzaba de cabeza a un terrible enfrentamiento entre mundos de Autobots y Decepticons, rompiendo con la precaria paz que ahora se tambalea entre ellos.
Este tomo en rústica de 16,8 x 25,7 centímetros incluye y recopila en su interior los originales lanzados en Estados Unidos bajo el sello IDW Publishing Transformers: Windblade Vol. 2 números 1 al 3 y The Transformers números 39 al 41 a lo largo de 160 páginas a todo color que han sido traducidas por Ignacio Bentz.
La autoría de esta saga está bastante repartida, siendo John Barber el responsable de la historia de los grapas de The Transformers en compañía del dibujo de Livio Ramondelli, mientras que en Transformers: Windblade Vol. 2 hallamos a Mairghread Scott a cargo de la trama, en compañía del dibujo de Sarah Stone, Livio Ramondelli y Marcelo Ferreira con Corin Howell; un equipo creativo de lo más amplio que logra retratar a los cybertronianos en estas espectaculares viñetas que nos acompañan.
Starscream, gobernante de Cybertron, establece contacto con el mundo natal de Windblade y la única defensa contra un nuevo Imperio Cybertroniano son los combinadores… múltiples cybertronianos que se unen en enormes y peligrosas formas.
Con esta sinopsis en ciernes, cualquier persona que no esté al día con la miríada de la serie Transformers de IDW puede sentirse bastante confuso. Así que antes de nada, pongámonos en situación; sí, nos encontramos con una situación bastante peculiar cuando, tras millones de años de guerra entre las facciones Autobot y Decepticon, da inicio una peculiar paz con el reinado de Starscream como gobernante.
Una paz bastante dudosa debido a los enfrentamientos en territorio de Cybertron, pero que aun se complica más cuando logra abrirse el puente espacial que comunica con Caminus, el planeta origen de Windblade y una de las colonias perdidas de los cybertronianos.
Pero por desgracia para los originarios de Caminus, que se encuentran en una terrible situación de escasez de materias primas y que esperan que sus hermanos de Cybertron los salven de una lenta extinción, los planes de Lord Starscream son muy diferentes...
Moviendo los hilos desde las sombras y haciendo uso del enigma de combinación, Starscream da inicio a un conflicto del cual es causa y solución, buscando el presentarse ante ellos como un salvador y futuro líder de un imperio mucho más amplio con el que espera abarcar todas las colonias y, de paso, justificar la utilización de las máquinas de guerra Gestalt.
Bajo esta premisa, este volumen nos presenta un montón de intriga política y maquinaciones que sirven de telón de fondo a las batallas entre Combiners que son la parte espectacular de una trama enrevesada y retorcida que hace que nos olvidemos de que sus personajes son robots transformables, dotándolos de una personalidad desarrollada repleta de ambiciones y esperanzas, pasando de caricaturas unidimensionales creadas para vender juguetes a unas personalidades de múltiples capas con profundidad y emoción.
En cuanto al arte, nos encontramos ante dos estilos muy diferentes que llegan ha hacerse algo confusos, con el cambio continuo entre el estilo sucio, detallista y realista y el estilo cartoon.
Cada artista hace un trabajo realmente impresionante, logrando retratar perfectamente las batallas de robots gigantes, pero los bruscos cambios de grafismo y color entre un capítulo y otro puede llegar a ser poco agradable para el lector.
Por otro lado la transición entre la escritura de Barber y Scott es mucho más liviana, logrando una voz unificada en todo el curso de la historia.
Con estos ingredientes, logramos un tomo único capaz de transformar de una forma inesperada a estos personajes ante nuestros ojos, logrando un ambiente dramático y trascendental que incluso se tercia inesperado.
Un volumen altamente recomendado para los más fanáticos y curiosos recién llegados por igual.