Siguiendo a su cita mensual ineludible, la editorial Ivréa nos ofrecía para dar inicio a este mes de febrero el sexto volumen de Saint Seiya Saintia Shō (聖闘士星矢・セインティア翔), la nueva saga con toque shojo que sigue expandiendo el rico mundo creado por Masami Kurumada a lo largo de estos treinta largos años con la inmensa franquicia Saint Seiya – Los Caballeros del Zodiaco.
En esta ocasión abordamos el volumen 6 de la colección, que Editorial Ivréa nos ofrece en un formato que no decepciona para nada a los seguidores de los santos de Atenea; un rústica con sobrecubierta que incluye en su interior los capítulos 22 al 27 a lo largo de 200 páginas en blanco y negro, incluyendo además 2 a color y un precioso póster interno desplegable, en el cual podemos disfrutar por un lado de las Saintias y por el otro de un espectacular Aioria de Leo con Saga de fondo.
¡Sentid arder vuestro cosmos!
Como bien sabemos, el clásico shonen Saint Seiya – Los Caballeros del Zodiaco es un manga que tiene a estas alturas spinoffs para parar un tren. Junto a la serie de toda la vida protagonizada por los caballeros de bronce tenemos sagas paralelas, anteriores o posteriores que han ido surgiendo del imaginario de Masami Kurumada a lo largo de estos treinta largos años.
Hemos visto la anterior guerra de Hades en Lost Canvas o Next Dimension, hemos visto a los santos de oro de nuestra generación luchando contra titanes en Episodio G, e incluso recientemente les hemos visto peleando contra Odín en el cuestionable nuevo anime de Soul of Gold.
Hasta la fecha, todas las sagas han terminado llegando a España, ya fuere por la mano de Planeta Cómic (quienes poseen los derechos de la saga original de Seiya y compañía) o de la mano de Ivréa, quienes han ido publicando casi religiosamente todo lo que la editorial japonesa Akita ha ido lanzando en el país del sol naciente, algo que se repite una vez más con el spinoff más reciente de todos; la nueva saga con toque shojo Saint Seiya Saintia Shō (聖闘士星矢・セインティア翔).
Este nueva saga dio inicio en el 2013, cuando nuestro venerado sensei Masami Kurumada unió su ingenio al precioso dibujo de la mangaka Chimaki Kuori, fanática incondicional de la serie, para crear una nueva trama paralela a la historia original de Seiya, pero esta vez enfocada en las Saintias; unas guerreras del santuario cuyo rol a desempeñar es el de sirvientas y guardaespaldas de la diosa Atenea encarnada.
Guerreras que, debido a sus obligaciones diferentes a las de los santos y con una justificación más que adecuada no se veían obligadas a abandonar su feminidad con las más que conocidas máscaras que ya vimos en Marin del Aguila.
La serie dio inicio en las páginas de la revista Champion Red de la editorial japonesa Akita, logrando bastante éxito en el público e incluso logrando recientemente luz verde para una próxima adaptación a anime por parte de TOEI Animation. Un éxito más que justificado gracias al atrayente arte de sus páginas y a los bien llevados paralelismos con la saga original.
En el anterior volumen veíamos como la historia llegaba cronológicamente al final del arco del santuario, con la derrota de Saga de Geminis a manos de los santos de bronce y Saori Kido logrando al fin ser reconocida como la santa Athena, dando pie a una nueva era para todos los Caballeros de la diosa.
Con la situación en este punto y con la saga de Poseidón aun cociéndose en la linea argumental original, nuestra atención regresa una vez más a la Diosa de la Discordia que tantos problemas dio en la primera saga de este manga.
Así es, un enemigo que ya parecía derrotado ha aprovechado todo el caos generado por la guerra interna del santuario para lograr resurgir de entre los derrotados, y una vez más las semillas de la discordia comienzan a extenderse por todo el planeta, amenazando con terminar con toda la humanidad.
Eris comienza su resurrección más poderosa que nunca, esta vez habiéndose unido de forma definitiva con Kyoko, antigua Saintia de Equuleus y hermana de nuestra protagonista Shoko, quién debería haber sido su huésped original.
Por supuesto su regreso siembra toda una serie de dudas y nuevos propósitos en el corazón de Shoko, cuyos deberes como SAintia contrastan con el amor que siente por su hermana fallecida y ahora corrupta por la discordia.
La respuesta del Santuario al renacimiento de Eris no se hace esperar, y mientras algunos de los santos de oro supervivientes de la guerra se quedan para defender su base frente a los atacantes de Eris junto a algunos bronces, la propia Saori parte hacia el nuevo árbol de la discordia junto a Shoko, Milo de Escorpio y Aioria de Leo, dispuestos a frustrar y terminar de una vez por todas con la amenaza que supone Eris para la humanidad, contando en esta ocasión con el apoyo de Mayura.
Pero ellos no son los únicos que llegan hasta el Templo del Árbol Maligno, ya que previamente las Saintias que intentaban impedir esta resurrección fueron derrotadas, siendo Alice del Delfín una de ellas.
Frente a ella no tarda en aparecer una resucitada Emony de la Malicia, quién además de ahora poseer un cuerpo mucho mayor que el anterior a aumentado su poder más allá de lo que conocía la Saintia, convirtiéndose en un rival mucho más peligroso que antes.
Pero Alice no es la única que se encuentra en el templo, y pronto recibirá una inesperada ayuda cuando la Saintia Katya de la Corona Boreal, a quién conocíamos como una enemiga recientemente, se unirá al combate convirtiéndose en una inestimable ayuda que decantará una batalla que a priori podría haberse considerado perdida.
En cuanto a Aioria de Leo, veremos como el poderoso santo de oro se abre paso hasta la Zona Central del templo casi sin despeinarse, hasta que finalmente se encuentre con un enemigo más que inesperado... ¡Saga de Geminis!
Masami Kurumada y Chimaki Kuori continúan con este tomo maravillándonos con un desarrollo que, aun siendo paralelo a la saga original, no rompe nada de lo anteriormente establecido, añadiéndole de hecho más miga y detalle a una saga mítica.
Una historia que goza de su propio atractivo y a la que le sumamos el arte de Chimaki Kuori que como ya decíamos cuenta con un trazo precioso que, si bien se aleja y mucho del estilo de Kurumada para cercarse más al de Shiori Teshirogi (Lost Canvas) con un estilo claramente shojo, nos deja contentos y entusiasmados con su versión de los personajes que conocíamos de toda la vida.
Con la situación en este punto y con la saga de Poseidón aun cociéndose en la linea argumental original, nuestra atención regresa una vez más a la Diosa de la Discordia que tantos problemas dio en la primera saga de este manga.
Así es, un enemigo que ya parecía derrotado ha aprovechado todo el caos generado por la guerra interna del santuario para lograr resurgir de entre los derrotados, y una vez más las semillas de la discordia comienzan a extenderse por todo el planeta, amenazando con terminar con toda la humanidad.
Por supuesto su regreso siembra toda una serie de dudas y nuevos propósitos en el corazón de Shoko, cuyos deberes como SAintia contrastan con el amor que siente por su hermana fallecida y ahora corrupta por la discordia.
La respuesta del Santuario al renacimiento de Eris no se hace esperar, y mientras algunos de los santos de oro supervivientes de la guerra se quedan para defender su base frente a los atacantes de Eris junto a algunos bronces, la propia Saori parte hacia el nuevo árbol de la discordia junto a Shoko, Milo de Escorpio y Aioria de Leo, dispuestos a frustrar y terminar de una vez por todas con la amenaza que supone Eris para la humanidad, contando en esta ocasión con el apoyo de Mayura.
Frente a ella no tarda en aparecer una resucitada Emony de la Malicia, quién además de ahora poseer un cuerpo mucho mayor que el anterior a aumentado su poder más allá de lo que conocía la Saintia, convirtiéndose en un rival mucho más peligroso que antes.
Pero Alice no es la única que se encuentra en el templo, y pronto recibirá una inesperada ayuda cuando la Saintia Katya de la Corona Boreal, a quién conocíamos como una enemiga recientemente, se unirá al combate convirtiéndose en una inestimable ayuda que decantará una batalla que a priori podría haberse considerado perdida.
Masami Kurumada y Chimaki Kuori continúan con este tomo maravillándonos con un desarrollo que, aun siendo paralelo a la saga original, no rompe nada de lo anteriormente establecido, añadiéndole de hecho más miga y detalle a una saga mítica.
Una historia que goza de su propio atractivo y a la que le sumamos el arte de Chimaki Kuori que como ya decíamos cuenta con un trazo precioso que, si bien se aleja y mucho del estilo de Kurumada para cercarse más al de Shiori Teshirogi (Lost Canvas) con un estilo claramente shojo, nos deja contentos y entusiasmados con su versión de los personajes que conocíamos de toda la vida.
El volumen además cuentan con un buen par de atractivos a remarcar, entre los que encontramos la preciosa página doble a todo color con el que dan inicio a modo de póster, y que recibe un broche de oro al terminar con un clasicazo en la franquicia que nos arranca una sonrisa: Los esquemas de la nueva Armadura de Equuleus.