El pasado 17 de noviembre Netflix estrenó una de sus series mas esperadas, la primera temporada del justiciero The Punisher lanzando en su plataforma los 13 capítulos de los que estaba compuesta esta historia creada por Steve Lightfoot. Recordemos que este es el antiheroe que se pudo ver previamente en Daredevil y que nos dejó con ganas de conocer mas a fondo su historia y motivaciones, por lo que finalmente el momento ha llegado y nosotros que hemos podido ver la serie gracias a Netflix os comentamos que nos ha parecido.
Comencemos pues por sus orígenes, The Punisher es un justiciero y un antihéroe ficticio del universo de Marvel Comics que fue creado en 1974 por el guionista Gerry Conway y los dibujantes John Romita Sr. y Ross Andru, cuyo primer papel fue el de un enemigo de Spider-man.
Desde entonces mucho tiempo ha pasado y como no eso ha ido modificando en mayor o menor medida el personaje original, pero siempre hay una cosa que se ha mantenido inamovible, Punisher es un antiheroe, un ex-militar que considera matar, secuestrar, extorsionar, amenazar y torturar como tácticas aceptables de lucha contra el crimen. Eso si, siempre y cuando no perjudique a las personas inocentes o civiles.
Por lo tanto, no esperaremos encontrar una serie con superheroes honorables, gente con habilidades sobrehumanas o grandes romances, no, de esto no va la serie. Punisher pese a mantenerse en el mismo universo que las series predecesoras de Netflix como Daredevil, Jessica Jones o Iron Fist, realmente es mucho mas cruda, mucho mas dura y cruel y sobretodo de lo mas explicita en cuanto a muertes y sangre, pero sin regodearse. Dicho esto y advertidos todos, pasemos adelante y veamos en que se ha convertido este Punisher.
Para comenzar la temática de la serie mantiene el concepto original del personaje, Frank Castle (Jon Bernthal) es un ex-militar que tras volver de la guerra ve como asesinan a su propia familia logrando sobrevivr el de puro milagro. A lo largo de la segunda temporada de Daredevil se le ve buscando información y llevándose por delante a todos aquellos que se encuentra con tal de vengar el asesinato de su familia, forjandose el nombre de Punisher a la fuerza, pero no es hasta el inicio de esta serie que no lo logra.
Con su objetivo cumplido y un largo historial de muertes a sus espaldas pasa a convertirse en un ciudadano anonimo sin lazos hacia nadie y sin razón real para vivir, pero esto cambia cuando descubre que los verdaderos enemigos se esconden más allá de carteles Sudamericanos o bandas de moteros, aquellos que dieron la orden para que empuñaran las pistolas que asesinaron a su familia todavía siguen allí fuera y el no es el único que los busca.
Así dará comienzo de nuevo la cruzada por la justicia de Punisher, quien formará una extraña alianza con David “Micro” Lieberman (Ebon Moss-Bachrach) para buscar aquellos que han amenazado sus vidas y las de sus familiares, llevando algunos de ellos a la tumba.
Queda claro pues que Punisher es un producto duro y difícil, no apto para todas las mentes y los estómagos, por suerte aquellos que se lancen a la piscina encontrarán una serie cuyo ritmo narrativo es una verdadera obra de arte, comenzando con una increíble secuencia introductoria antes de entrar en materia y mostrándonos una calma que no es más que el preludio de la tempestad. Si, obviamente tiene escenas de acción, muchísimas, porque se nota que no escatiman en cuanto a mostrar sangre en pantalla, pero esta se dosifica en la justa medida.
Como en todo buen argumento encontramos los siempre gratos giros de trama que mantienen la tensión de la serie en todo momento así como una buena cantidad de flashbacks y escenas oníricas que nos recordarán algo muy importante, debajo de Punisher está Frank Castle y el también es humano.
Serán estos flashbacks y la relación con el resto de personajes lo que nos permita ver varias facetas de este justiciero urbano, logrando que no encontremos un producto cuyo argumento se hunde bañado en sangre, si no que nos permitirá apreciar toda la gama tonal del color carmesí reflejada en los sentimientos de su protagonista, ya sea furia como cariño o aprecio.
En definitiva, Punisher es una obra de arte dentro del mundo de las series. Si bien no llega a ser tan buena como Jessica Jones o como la primera temporada de Daredevil no se la puede menospreciar a la ligera, su ritmo trepidante y sus personajes te enganchan a la pantalla y resulta difícil ver únicamente un capitulo sin ir corriendo a ver el siguiente.