Tras llegar a su final la aclamada serie regular de Darth Vader, Planeta Cómic incluía en sus lanzamientos del pasado mes de julio toda una oleada de títulos de Star Wars entre los que se encontraba la serie destinada a sustituirle.
Hablamos de la serie regular Star Wars: Doctora Aphra, la cual como bien intuis está protagonizada por este peculiar, rebelde y gamberro personaje que tuvo su nacimiento en la colección del lord sith y que recibió tan buena acogida entre los fans.
Debido a ello y respondiendo a la reacción de los lectores, tenemos entre nuestras la cabecera propia de la Doctora Aphra, que Planeta nos hace llegar en un precioso cartoné que viene acompañado de una galería de portadas a lo largo de 152 páginas a todo color, en el interior de un cartoné de lujo en formato 16,8 x 25,7 centímetros.
De esta manera recibimos de una sentada los seis primero grapas de una colección que sin duda, va ha abrirse por si misma un camino en el vasto universo de Star Wars.
Pero aquellos que aun no la conozcáis no temáis, que ahora os la presentamos.
Pero aquellos que aun no la conozcáis no temáis, que ahora os la presentamos.
La historia que tenemos ante nosotros nos sitúa justo después de la fallida alianza con lord Vader, momento en el que la Doctora Aphra y sus peculiares acompañantes han decidido continuar su vida intentando sobrevivirla, lo cual no es poco si tenemos en cuenta que se encuentra endeudada hasta las cejas y que su único oficia y afición es la búsqueda arqueológica / saqueo de artefactos arqueológicos de gran valor y posterior venta a gente de cuestionable reputación.
Con esto ya queda claro que la Doctora Aphra no es en absoluto trigo limpio, si no más bien una oportunista a la que le importa más bien poco la galaxia y cuya propia preservación está por encima de todo.
Pero Aphra no viaja sola. A bordo de su nave encontramos a los droides Triple Cero y BT-1, dos psicópatas cuya programación presenta una una preferencia por el más turbio de los homicidios y el desmembramiento de todos los seres vivos, y Krrsantan el Negro, un wookie altamente peligroso por sus inclinaciones violentas que la sigue protegiendola por que le debe una gran suma de dinero. Así está el panorama.
Con semejante plantilla ya sobre la parrilla, los problemas de la Doctora Aphra dan comienzo cuando se encuentra inhabilitada como arqueóloga debido a uno tejemaneje de su padre, lo que le impide cobrar recompensas por su trabajo.
Todo resulta ser una estrategia por parte de su progenitor para que le ayude a localizar la cuna del Ordo Aspectu, una orden largo tiempo desaparecida relacionada con La Fuerza que parecían encontrarse al borde de encontrar la inmortalidad.
Coaccionada por la situación y en compañía de sus amigos sociópatas y el poco estable de su padre, Doctora Aphra iniciará un periplo hacia las raíces del Doctora Aphra mientras en el proceso intenta sobrevivir a la caza a la que se ve sometida por el Imperio, en este caso encabezado por la Capitana Tolvan, cuya carisma y carrera poco acertada nos llama la atención y se gana al lector desde la primera página en la que aparece.
Con estas cartas sobre la mesa, se nos presenta un arco argumental repleto de aventuras y muy buen orquestado bajo los guiones de Kieron Gillen, a quién conocemos de sobra por su autoría de la colección regular de Darth Vader y que vemos defenderse de sobras con la Doctora Aphra en solitario, en parte gracias a la genialidad de los personajes secundarios que la rodean, entre los que destacan sin duda sus droides asesinos Triple Cero y BT-1; sin duda lo mejor del cómic.
A cargo del apartado artístico nos encontramos con otros dos clásicos gracias a Kev Walker (Marvel Zombies), quién nos ofrece unas viñetas repletas de carisma con la ayuda estelar del gran Salvador Larroca.
El resultado: un acabado muy resultón que logra atrapar lo trepidante de las aventuras dela Doctora Aphra y el espíritu de La Guerra de las Galaxias al mismo tiempo.