Como ya os comentamos, con motivo de la celebración del pasado May the 4th (4 de mayo), Planeta Cómic incluía en sus lanzamientos de dicho mes toda una oleada de títulos de Star Wars que enriquecían notablemente el nuevo universo expandido de la franquicia.
Entre ellos se encontraba un must have con todas las letras: el recopilatorio Princesa Leia, en cuyo interior encontramos las cinco entregas de la colección que fueron lanzadas por la editorial en formato grapa en el segundo semestre del 2015; un precioso integral que viene acompañado de una galería de portadas a lo largo de 128 páginas a todo color, en el interior de un cartoné de lujo en formato 16,8 x 25,7 centímetros.
Una colección que es en si misma un doble homenaje: por un lado a la Princesa de Alderaan que se ha convertido en todo un icono de la mujer independiente, valiente e imparable, un símbolo de la cultura popular que a estas alturas todo el mundo conoce. Por otro a la fallecida Carrie Fisher, que nos abandonaba el pasado 27 de diciembre, dejando un hueco en Star Wars que nadie podrá llenar jamás (ni todos los CGs del mundo).
Princesa Leia.
Esta historia da inicio justo al final de Episodio IV: Una Nueva Esperanza, tras la celebración en la que se condecora a Skywalker y Solo. Una celebración en la que la princesa Leia Organa debe hacer de tripas corazón tras haber sido obligada a presenciar como la Estrella de a Muerte a reducido a asteroides a Alderaan, planeta de cultura y arte en el que ella se crió.
Con la estación de combate orbital destruida, su trabajo lejos de terminar parece tomar un nuevo inicio: este desafío por parte de la Alianza Rebelde a puesto en alerta al Imperio, que ha decidido no solo poner precio a la cabeza de la diplomática, si no de todos los supervivientes de la destrucción del planeta.
En vista de esta represalia que pone en peligro a todos sus súbditos / congéneres y a que de momento parece no haber lugar para ella en la Rebelión, Leia decide autoimponerse una misión: poner a salvo a todos los Alderaanís de las garras del Imperio.
Acompañada de su leal droide R2-D2 y de Evaan, una piloto alderaaní que no parece de acuerdo ni con los métodos ni los ideales de la princesa, comenzarán un viaje a lo largo y ancho de la galaxia con una única finalidad: rescatar a todos los desvalidos que han perdido su mundo natal y, de paso, echar sal en las recientes heridas del imperio dentro de todo lo posible.
A lo largo de esta fantástica y magistralmente elaborada historia del maestro Mark Waid, veremos una vez más a la carismática Leia que todos conocemos, una mujer que, lejos de su rango y su alta cuna, no duda en ensuciarse las manos, agarrar una pistola, los mandos de un caza, o arrearle un cabezazo a un matón sin previo aviso.
Un encanto arrebatador que ha sabido retratar perfectamente y que, al mismo tiempo, a enriquecido con la aparición de Evaan, un personaje que evolucionará a su lado a lo largo de toda esta trama.
A esto le sumamos el impecable arte de Terry Dodson, que acompañando sus lápices de la tinta de su esposa Rachel Dodson y dotando a los dibujos de más vida si cabe con el espectacular color de Jordie Bellaire, nos ofrecen la que casi sin lugar a dudas, y con permiso de Fisher, es la interpretación más bella de la Princesa Leia hasta ahora.
Su dibujo, que destaca por ese toque pin-up a lo Adam Hughes y que ya hemos visto hacer brillar a Harley Quinn y Wonder Woman en DC Comics, aporta una dulzura inigualable a cada una de las viñetas, enamorándonos en cada nueva expresión y aparición de la princesa sin dejar de lado su dureza y atrevimiento.
Toda una maestría que, unida a los guiones de Waid, nos dejan con una pequeña obra de arte que engrandece aun más a la inolvidable Princesa Leia.