Cómic: Reseña de "Batman Robin: Nacido para matar" de Peter Tomasi y Patrick Gleason [ECC Ediciones]

En el mundo de los cómics hay parejas que nunca pasan de moda, que son inamovibles y que es difícil de pensar en uno sin pensar en el otro, una de esas parejas son Batman y Robin, sea quien sea el que lleve la máscara debajo. En este caso estamos hablando concretamente de los Batman y Robin de Peter Tomasi y de Patrick Gleason, quienes nos presentan el volumen que tenemos hoy a reseñar en nuestras manos con Bruce Wayne y Damian Wayne como esta eterna y oscura pareja.

El volumen en este caso ha sido editado por ECC Ediciones, presentándolo como un cartoné de 192 páginas a color que incluyen en su interior los primeros 8 números del llamado “Nuevo universo DC”, recopilándose en un solo volumen titulado Batman y Robin: Nacido para Matar. Originalmente se lanzó el pasado mes de Diciembre de 2016 y está en librerías y tiendas especializadas a un precio de 19,50€

Autores:

Peter J. Tomasi es un editor y editor de cómics estadounidense conocido por sus trabajos para DC Comics. Como editor supervisó varios cómic de la Liga de la Justicia, incluyendo series protagonizadas por varios miembros de ese equipo,

como Batman, Aquaman, Martian Manhunter, Linterna Verde y Flash. Como escritor, ha escrito títulos con personajes relacionados con Batman, como Batman y Robin y The Outsiders, y series relacionadas con Green Lantern como "Blackest Night", Brightest Day y Green Lantern: Emerald Warriors.

Patrick Gleason: Dejando a un lado colaboraciones muy puntuales con Marvel e Image, este dibujante norteamericano ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional con DC Comics. Tras pasar por las páginas de Aquaman, H-E-R-O y Robin, el reconocimiento por parte de los lectores llegó con la alabada etapa de Green Lantern Corps, realizada junto a Peter Tomasi, un guionista con el que se ha reencontrado en El día más brillante y Batman y Robin. 

Batman y Robin: Nacido para matar

Batman y Robin, Bruce Wayne y Damian Wayne, padre e hijo. Las tres definen a estos vigilantes de la noche pero ninguna los enmarca totalmente y eso Bruce lo sabe. Damian su hijo es un niño que fue creado para ser el mejor asesino, para mezclarse en la noche y ser la pesadilla de los villanos que en ella habitan y eso es precisamente lo que más teme Bruce, que esa máquina de matar que es su hijo llegue realmente a matar a alguien manchándose las manos y siendo incapaz de deshacer ese error. Pero ahora mismo Bruce tiene otras cosas en las que pensar, como el asesino que está desarticulando toda su red de Batman Inc a través del globo, un asesino un tanto peculiar que se hace llamar “nadie” y que a su vez nadie ha logrado verlo y seguir con vida para contarlo.

Es justamente en una de esas redadas en la ciudad de Gotham en la que Bruce se da cuenta una vez más del oscuro potencial de su hijo al ver como este vapulea a los delincuentes y como en lugar de preocuparse por salvar civiles se dedica única y exclusivamente a exterminar a los villanos, sean quienes sean, aunque eso involucre un reactor, una piscina escolar y un montón de niños pequeños.

Bruce lo sabe, que Damian no es un niño normal, no es Dick, no es Tim, no es como ninguno de sus Robins anteriores y el que se tenga que contener para eliminar a los ladrones le hace pensar que quizás deba buscar otra estrategia para acercarse a el. Y como hacen muchos padres decide regalarle una mascota. Un perro casi tan grande como él y al que supuestamente tendrá que encargarse de cuidar cuando lo deje en la mansión bajo estrictas ordenes de no salir. Pero eso tampoco sale bien.

Damian es un niño demasiado listo y no tardará nada en escaparse de la batcueva, eso si, con un rastreador colocado por Alfred en la espalda. Uno que les notificará a estos dos adultos que el jovencito de los Wayne ha sido secuestrado por justamente, "nadie", un antiguo conocido de Bruce, con quien se entrenó durante unos cuantos años en el difícil arte de matar, sin matar claro está, y que dejó con una serie de asuntos pendientes que ahora a decidido es el momento perfecto para arreglar.

Y la mejor forma de arreglarlo es secuestrar a Damian, demostrarle que su padre no es lo que el creía que era y ponerlo de su lado para que deje atrás la vida que le trae el murciélago y se adentre en la oscuridad que "nadie" le ofrece. Sin embargo, que hará Damian? se dejará llevar por esa oscuridad innata que su madre le implantó o permanecerá con su padre en la luz del nuevo camino que le brinda?

Análisis:

Este es uno de esos libros que una vez más profundizan en el corazón de nuestros héroes, llegando a esos recovecos más personales y mostrándonos facetas que no solemos ver. En este caso, Batman o más bien Bruce Wayne se ha decidido finalmente a dejar de llorar a sus padres por su muerte, ese evento que lo trastocó por dentro y que lo convirtió en lo que es ahora, para pasar a honrarlos por sus bodas y por todo lo bueno que hicieron por ellos y por la ciudad. Todo un paso adelante muy significativo para este héroe oscuro que siempre había estado rodeado de la pena y la rabia por la muerte de sus congéneres.

Y si para Bruce el cambio es hacia la luz y la calma de recordar tiempos felices, en el caso de Damian es para aceptar que el mundo y sobretodo su padre no son como él creía. Su imagen de la realidad estaba distorsionada por sus propios deseos y anhelos, creyéndose que las limitaciones impuestas por Batman sobre la vida y la muerte de los villanos le hacían ser blando. Es en este punto en el que se encuentra Damian al inicio de este cómic, creyéndose mejor que cualquier Robin, mejor que Dick, mejor que Tim, siendo lo más similar a Jason que podemos encontrar actualmente, pero dudando sobre si ser así es realmente lo que desea ser.

Por suerte para nosotros en medio de esta dualidad de luz recién descubierta y de oscuridad acechadora se encuentra Alfred, el padre que los ha cuidado a todos, tanto a Batman como a múltiples Robin, siendo él quien les aconsejará sobre el camino más adecuado a seguir para todos, indicándoles sus fallos y sus virtudes siempre con una pequeña dosis de retintín británico, que a fin de cuentas un mayordomo de su nivel puede permitírselo.

El único elemento que encontré más fuera de lugar en este volumen fue el villano, no por su actitud o por su aspecto si no por sus habilidades. Estas me parecían demasiado rocambolescas, sobrepasadas para el tipo de trasfondo con el que contaba ese personaje. Quizas para otro tipo de villano que ya contara con conocimientos tecnológicos tendría más lógica, pero en este caso se trataba de un detective, uno muy bueno pero un detective al fin y al cabo cuyas armas predilectas eran simplemente unas pistolas. Que de eso evolucionara a ser prácticamente invisible y algo similar a un ninja, no me acabó de parecer creíble.

Por suerte eso es algo que se puede dejar pasar sin miedo a que el comic se arruine del todo, porque a decir verdad las escenas de lucha entre “Nadie” y este dúo oscuro es son realmente buenas, desapareciendo en la noche y apareciendo cual sombras. Así que aunque sea un pega hacia el argumento general no resulta un gran agravio que destruya totalmente la atmósfera creada por el guionista.

Finalmente, podemos decir que argumentalmente hablando Peter Tomasi ha sido capaz de tomar el relevo y la dinámica que dejó Grant Morrison en la serie anterior de batman logrando una buena química entre los personajes. Si bien en un inicio esta actitud de Damian no acababa de gustarme al estar acostumbrada a ese personaje que pese a que le costó tenían tan buena relación con Dick, el que ahora Damian estuviera en contra de todo y todos aquellos que se acercaban me parecía un error. Por suerte al final la fuerza en los sentimientos reales de Damian han sido lo suficientemente fuertes y el poder ver como luchaba contra sus demonios casi, casi ha hecho que me olvidara de lo mucho que me gustaba el duo Dick-Damian. Pero bueno, es un cómic de Batman y Robin y como los dos cuentan con buenas líneas eso ya me deja contenta.

Arte:

En el apartado artístico Patrick Gleason consigue unas composiciones simplemente magistrales que se mezclan perfectamente con el argumento de Peter Tomasi dando lugar a un cómic que realmente destaca entre los que podemos encontrar en el mercado.

Si bien la mayoría del arte cuenta con fondos negros y vacíos, lo que podría dar pie a una obra sosa o aburrida, en este caso Gleason consigue que sus personajes sobresalgan de esa oscuridad y la convierte en un elemento más del cómic, como un telón oscuro del que surgir o en el que esconderse. En cuanto a los colores y las tintas se nota que también cuentan con un gran trabajo de realización, logrando que los personajes destaquen bajo diferentes colores y fuentes de luz que normalmente no son las que utiliza el resto de los dibujantes.

En cuanto a las escenas de acción están son simplemente increíbles, pocas veces he visto batallas como estas en las que el villano se funde con el entorno de una forma tan eficaz visualmente, además de que el uso de las capas en este volumen hace que estas tengan una razón de ser para los héroes, el destacar como el que más.

Conclusión:

Este primer número es un gran arranque para una serie que tenía una dura competidora a sus espaldas y desde luego ha sabido ganarse un puesto en el corazón de los lectores del Caballero Oscuro. Puede que este nuevo Robin no haga las delicias de todos aquellos que se paren a leer estas aventuras, ya sea por su poca madurez o por sus instintos primarios tan arraigados, pero desde luego no dejará indiferente a nadie al contar con un trasfondo trágico y profundo, el cual solía estar reservado para nuestro murciélago favorito. 

Ahora solo queda por ver si este dúo sabrá mantener la química con la que cuenta ahora o si por el contrario tanta oscuridad engullirá los números de la pareja de Gotham mas famosa.