Cómic: Reseña de "La Búsqueda en Sueños de la Ignota Kadath" de H.P. Lovecraft y I.N.J. Culbard [Norma Editorial]
Hoy volvemos una vez más con la review de cómic americano que en esta ocasión adapta una de las novelas de terror de un autor encumbrado en el género. Esta es la base de sus historias y con ella creó esa mitología que se ha vuelto objeto de culto e investigación para muchos y de inspiración para otros tantos. Estamos hablando de La Búsqueda en Sueños de la Ignota Kadath, obra de H.P. Lovecraft, pasada a formato de cómic por I.N.J. Culbard.
Curiosamente la novela original que fue escrita entre 1926 y 1927 y en la que está basada esta adaptación fue una de las obras inacabadas del mismo Lovecraft, pero no porque no contara con un final, sino porque no era lo suficientemente buena para su autor, quien decidió no publicarla. Por suerte tras varios años, ya en 1948 vio la luz tras ser rescatada y publicada por Arkham House pasando a ser uno de los relatos centrales de sus mitos más famosos junto con El caso de Charles Dexter Ward.
Así pues La Búsqueda en Sueños de la Ignota Kadath se puede considerar el relato más extenso escrito por el autor y pertenece a un conjunto de historias de terror todas ellas protagonizadas por Randolph Carter, como por ejemplo, El Innombrable y en La llave de plata.
En cuanto a la edición en cómic esta ha sido editada por Norma Comics con un sencillo formato en Cartoné de 17x24cm que incluye 144 páginas a color que repasan las aventuras de este protagonista a través del mundo onírico en el que se sumerge. El precio del volumen son 22€ y se puede encontrar en librerías y tiendas de cómic especializadas.
La Búsqueda en Sueños de la Ignota Kadath:
La historia comienza con nuestro protagonista, Randolph Carter siendo consciente de que un sueño le tiene obsesionado, en él puede ver bellos paisajes, ciudades de otras épocas y un gran misterio, la ciudad de Kadath, allí donde moran los dioses primigenios y a donde se siente irresistiblemente atraído. Tres veces ha tenido ese sueño y cuando le reza a esos dioses para que le muestren el lugar donde se encuentra la extraña ciudad sus sueños se detienen por completo.
Dicha obsesión es tan grande que un día mientras charla con un amigo le explica su problema y este, que conoce dicha sensación, le explica el método para llegar a esos mundos en lo profundo de su sueño. Para comenzar tendrá que descender en el camino del sueño setenta pasos y hablar con los sacerdotes que allí moran justo en el límite de la ciudad de los sueños.
Sin embargo lo que estos le cuentan no es demasiado halagueño, su camino hacia Kadath es muy peligroso y bien puede ser que los dioses a los que suplicó le cegaran la visión a propósito para que no se internara más en ese lugar.
Pero su decisión es férrea y Carter seguirá su camino preguntándole a la raza de roedores, los zoogs, sobre el paradero de Kadath. Lamentablemente estos aunque desconocen la forma de llegar a la ciudad le sugieren que busque en Ulthar a un sacerdote quien dice conocer el camino de los dioses. Este, cuyo rostro es el de un gato le hablará de una talla forjada en el lado oculto de Ngranek y sus pasos le llevarán un poco más lejos.
En este extraño camino tendrá que tomar una galera negra dirigida por remeros invisibles, quienes le secuestrarán y le llevarán a la luna donde será entregado a su amo, el Caos Rastreador Nyarlathotep. Por suerte para él aunque su destino sea aciago los gatos de Ulthar le rescatarán y lo llevarán a un lugar seguro, eso sí, manteniéndolo en la ruta para buscar Kadath.
Decidido a llegar a Ngranek Carter tomará un barco y cuando el mar se acabe una cebra, en cuyos lomos atravesará la isla hasta llegar a la montaña donde se encuentra la talla. Sin embargo cuando por fin a entendido el camino a tomar volverá a ser secuestrado y su destino será morir en el valle de Valle de Pnath en el inframundo. Pero la suerte de nuevo estará de su lado cuando vuelvan a rescatarle unos seres comandados por Richard Pickman, un antiguo amigo y quien le dio las claves para comenzar este viaje.
Siguiendo su viaje encontrará a más personas conocidas en las llanuras de los sueños, como Kuranes, viejo soñador amigo suyo que al morir se convirtió en residente del mundo onírico, además de a extrañas criaturas como los ghouls o pájaros místicos como los Shantak. Todos ellos le guiarán, de una forma o otra, hasta la ciudad de Kadath que tanto había anhelado encontrar. Lástima que lo que allí encuentre no sea exactamente lo que estaba buscando.
Análisis:
Admitámoslo, este no es un cómic para todo el mundo igual que el libro no es de agrado para todos los lectores, no tanto por su trama si no por su prosa. Lovecraft siempre escribió de forma densa, barroca y sobretodo hiperbólica, con extrañas descripciones de raros monstruos acechando en las esquinas oscuras o en los confines del sueño. Por suerte en este cao las descripciones se transforman en viñetas y esos extraños seres que bien nos costaría de imaginar ahora son formas definidas por la mente de otra persona y encarceladas en el papel que nos permite verlas. Ese pues es un problema solventado.
Sin embargo, porque este libro no es para todo el mundo? Básicamente porque la mitología de Lovecraft es muy extensa, conteniendo en un pequeño mundo una gran cantidad de nombres, horrores y maravillas que pueden confundir a quien no esté versado en su mundo, e incluso a aquel que lo esté también. Por lo tanto antes de empezar a pasar sus páginas es necesario ir preparado.
Aquí encontraremos referencias a otros tantos libros e historias del autor, desde a personajes como tal, como Pickman, Nyarlothep o los Otros Dioses, a otras más veladas como El rey Amarillo entre tantas. Lo que si esperáis que aquel que mora en lo profundo del océano, el gran Cthulhu aparezca, os llevareis una decepción porque precisamente el personaje que le ha hecho más famoso no tiene lugar en este volumen.
Pero lo que me ha aparecido realmente interesante no han sido estas extrañas criaturas que pueblan el mundo de los sueños, si no el afán del protagonista para llegar a esta extraña Kadath, tan efímera y llena de peligros en su camino que anhela más que cualquier otra cosa. Este hombre, ya que a fin de cuentas no es más que un nombre en un mundo de monstruos, es capaz de atravesar llanuras, montañas, llegar a la luna y bajar casi al infierno con tal de conseguir lo que busca. Sin engañar ni mentir a aquellos a los que aprecia, sin arrasar civilizaciones ni generar guerras que no puedan solventarse. Un hombre sencillo abriéndose paso hasta llegar a su destino, aunque este se vuelva en su contra una y otra vez
Arte:
A veces encontramos autores cuyo dibujo parece encajar de forma mágica en el mundo que están creando, como si fueran una extensión mas allá del papel o si el mismo dibujante se hubiera metido en la mente del guionista. Esto es lo que pasa con Culbard y Lovecraft.
El arte de este hombre siempre ha sido llamativo, con colores planos, técnicas aparentemente sencillas y fondos simples es capaz de trasladarnos a una tierra llena de misterio, y tal y como sucedió en el Rey Amarillo, en esta ocasión vuelve a tener una simbiosis con Lovecraft.
Desde la imagen de la portada, protagonizada por uno de los dioses mas famosos de la mitología de Lovecraft, Nyarlathotep, hasta la última página, todo el viaje onírico del protagonista se ve reforzado por el dibujo de Culbart, quien retrata muy bien a las bestias salidas de la historia original de una forma fascinante. Sus fondos neutros ayudan a crear ambiente y aunque el volumen se nota colorido a primera vista este gana profundidad a medida que se lee.
Conclusión:
Con este volumen nos acercamos un poco más al onírico mundo de Lovecraft, manteniendo la esencia de sus historias pero adentrándonos en valles poco comunes y accediendo a otras ramas mas allá de los dioses a los que estamos acostumbrados.
Gracias al dibujo de Culbard se ensalza la historia y nos permite ver este extraño mundo poblado de monstruos y criaturas con otros ojos, haciendo mucho mas fácil la lectura de algo que podría resultar quizás demasiado pesado. Toda una obra de arte que ensalza el contenido haciéndolo si cabe mas atractivo y por lo tanto mas peligroso.