Manga: Reseña de "Seraph of the End" (Owari no Seraph 終わりのセラフ) vol.4 [Norma Editorial].

Con las novedades de febrero de 2017 de Norma Editorial, lanzadas a la venta el pasado 20 de enero, nos llegaba por fin el cuarto tomo Seraph of the End (conocido en Japón como Owari no Seraph 終わりのセラフ), en el cual podemos seguir con la continuacón y el desenlace de la batalla de Shinjuku, gracias a la cual se arrojará mucha luz sobre los eventos que han pasado hasta la fecha e, incluso, sobre el título del propio manga.

Seraph of the End (Owari no Seraph 終わりのセラフ, también conocido como El Serafín del Fin y El Reino de los Vampiros) es un manga shonen que surge de la unión de los guiones de Takaya Kagami y los dibujos de Yamato Yamamoto, contando además con Story Board de Daisuke Furuya.

Inició su publicación en Japón en la revista Jump Square de Shueisha el 3 de septiembre de 2012, y hasta la fecha ha recopilado un total de 12 tankoubons.

La popularidad del manga ha logrado que entre otros productos como novelas y toneladas de merchandising que cada día aumentan más, hayan surgido a estas alturas dos adaptaciones anime de la mano de WIT Studio que suman un total de 24 episodios, licenciados por Yowu Entertainment en nuestro territorio.

Por su parte, Norma Editorial nos trae una edición que hace honor a la serie, con un formato idéntico al japones en un rústica con solapas de 11,5 x 17,5 centímetros en cuyo inyterior hayamos 196 páginas en blanco y negro acompañadas de 4 previas a color (la primera desplegable en un precioso póster de los protagonistas.

Un virus de origen desconocido ha aniquilado a casi toda la humanidad. Tan solo los niños menores de 13 años han logrado sobrevivir, aunque se hallan bajo el control de los vampiros en una ciudad subterránea. Yûichirô Hyakuya escapa de sus dominios y jura venganza tras participar en una huida frustrada en la que mueren todos sus amigos. ¡¿Cómo será el mundo que le aguarda una vez alcance la superficie?!

El Serafín del Final
La historia postapocalíptica de vampiros continua con nuestros protagonistas camino de Shinjuku, justo tras haber salvado el pellejo prácticamente por pura suerte frente a un noble al que, claramente, eran incapaces de hacer frente.

En vista de la situación, Shinoa Hiiragi decide explicar a su equipo la posibilidad de utilizar unas píldoras para poder incrementar el poder que poseen de forma momentánea; unas pastillas que si bien potencian muchísimo sus habilidades, pasan una enorme factura, pudiendo el dopaje causarles la muerte en caso de ingerir más de una de ellas.

Mientras nuestro equipo protagonista se encuentra a la carrera, en Shibuya se desata una terrible batalla entre el grupo de vampiros de Ferid y Mikaela y la unidad del Gekki no Kumi liderada por el teniente coronel Guren Ichinose, un enfrentamiento que solo se complica más y más hasta que finalmente Guren termina cayendo herido frente a Mikaela... justo antes de que llegue a escena la unidad de Rinoa y nuestro protagonista Yûichirô, cegado por completo ante la caída de su compañero carga de frente contra el que fue su hermano... Momento en que los ojos de ambos se encuentran tras tantos años.

Yûichirô tiene frente a él al hermano que daba por muerto tantos años antes.

Con esto finalmente tiene lugar el encuentro entre los adolescentes Mikaela y Yûichirô, despejando a cada uno las dudas sobre la supervivencia del otro durante todo este tiempo y dejando a cada uno de ellos en un bando opuesto de la guerra. Sorprendidos y sometidos a una carga sentimental atroz, los dos muchachos se quedan paralizados y sin saber como actuar, creando un momento de incertidumbre en el que el ahora vampirizado Mikaela toma en sus brazos al confundido Yûichirô para escapar del lugar pasando por completo de los ideales de sus amos.

Pero no todo es tan sencillo. Mientras Mikaela solo le tiene a él como objetivo, Yûichirô se niega a abandonar a su familia, y esa oleada de sentimientos termina despertando en él algo bastante inesperado...

De forma inesperada, un poder enorme y con una capacidad destructiva sin parangón emerge de nuestro protagonista, algo totalmente diferente a lo que le proporciona su katana demonio Ashuramaru, y probablemente aquello de lo que Mika decía quería salvarle.

Llegados a este punto de inflexión y sin querer revelar más sobre este interesante e intenso volumen, nos encontramos ante unas viñetas que nos hacen replantearnos seriamente los bandos de este manga.

¿Qué es lo que exactamente han hecho los humanos?

¿Al final son los vampiros quienes tenían razón?

¿Qué es el Serafín del Final?

Daisuke Furuya continúa adaptando la historia magistralmente, llegando en este volumen a un antes y un después en la situación de nuestros protagonistas, y lo hace al mismo tiempo en que crea los suficientes misterios como para que nuestro interés por la trama solo crezca.

Por otro lado es imposible no destacar la maestría gráfica de Yamato Yamamoto, quién realiza una obra faraónica con un tomo en el que sus contrastes entre claros y oscuros logran crear un ambiente tenebroso cuando es necesario, siempre aderezado con escenas de acción dónde el dinamismo habla por si mismo. La inmensidad de detalles que podemos encontrar en sus viñetas también contrasta con las escenas de acción, dónde esos detallados fondos dan paso a un dinamismo que habla por si mismo.

Sin lugar a dudas una colección fuerte, de pilares sólidos, que se abre paso entre nuestra estantería shonen por méritos propios.